jueves, 17 de noviembre de 2016

Jesús; ¿Dios o extraterrestre?

Estos días he estado viendo de nuevo la impresionante superproducción de "Jesús de Nazaret" que Franco Zefirelli rodó en 1977 y que tan grandiosamente interpretó el magnífico actor británico, Robert Powell. Tras ver esta gran obra que yo considero la mejor que se ha hecho hasta la fecha sobre la vida de Jesucristo, me reitero aún más en mi teoría de que Jesús de Nazaret es la divinidad más conocida en toda la historia del ser humano, y a la vez el extraterrestre más desconocido hasta la fecha por toda la humanidad. Sí, han leído bien; extraterrestre. ¿Los motivos? Muy sencillos; En mi opinión, Cristo fue un ser que vino a la tierra proveniente de otro lugar del universo para intentar guiar a la humanidad por el buen camino. ¿Acaso la anunciación de María, la estrella de Belén, la Transfiguración de Jesús ante los apóstoles acompañado de Moisés y Elías, la nube que cubre a Cristo cuando asciende a los cielos, el posterior mensaje de los Ángeles anunciando la vuelta de Jesús algún día a la tierra del mismo modo que acababa de partir, además de otros pasajes bastantes significativos de los Evangelios hay que tomárselos al pie de la letra? Si uno lee detenidamente la Biblia, y/o ve una película sobre ella se da uno perfectamente cuenta de que todo lo que ahí se refiere es ni más ni menos que la historia de la creación de la humanidad contada desde un punto de vista religioso, ¿O acaso no podemos denominar "Dios" a quienes hoy en día podríamos decir "extraterrestres"?, ¿Acaso no es verdad que Dios existe en forma física como muestra un pasaje del Éxodo donde Moisés consigue verle la espalda a Dios, quedando impactado éste cuando la ve? Siempre se ha querido diferenciar entre religión y ciencia y enfrentar a una contra la otra, pero si uno lo observa desde un punto de vista frío, se llega a la conclusión de que la una es la otra pero desde puntos de vistas diferentes. ¿Por qué no podemos denominar la destrucción de Sodoma y Gomorra hoy en día como lo que perfectamente podría ser una destrucción nuclear por parte de una civilización avanzada?, ¿Por qué no podemos decir que el carro de fuego que transportó al profeta Elías al cielo, la gran ballena que se tragó a Jonás, o la columna de nube y fuego en la que Dios iba guiando a Moisés y al pueblo hebreo por el desierto son lo que en la actualidad denominamos OVNIS?. ¿Acaso hay un interés oculto entre la Iglesia y la ciencia para separar ambas cuestiones que repito, son más que evidentes que son una sola cosa que han sido separadas por el ser humano?. ¿Por qué no ponemos encima de la mesa la posibilidad de que ese Dios que nos creó según el Génesis puede ser un ser extraterrestre que dio inicio a la vida en este planeta con un fin que perfectamente puede ser un experimento como lo son los ratones para nosotros?, ¿Por que no reconoce el Vaticano la posibilidad de la existencia de seres alienígenas si el propio Jesús dice ante Pilatos que su "Reino no es de este mundo", dando a entender que existen otros mundos aparte del nuestro?, ¿O acaso no se refiere a ello Jesucristo cuando afirma que "En la casa de su Padre hay muchas moradas e iría allí a prepararnos un lugar"?, ¿Cómo iría Jesús a lo que todos conocemos como "Cielo" a prepararnos un lugar donde vivir allí si no fuese en realidad otro planeta dentro del Universo que en la Biblia se conoce como "El Reino de los Cielos" y/o "El Reino de Dios"?. El simple hecho de que el cielo como tal no existe, puesto que lo que vemos de día es la capa de ozono y por la noche el Universo, ya es una prueba de que la Biblia hace referencia a un lugar determinado del Universo que se especifica como Reino. Ese mismo Reino donde sería trasladado el profeta Elías en el famoso carro ya mencionado o que tan detalladamente Henoc (El bisabuelo de Noé) describe en un viaje que éste realiza hacia el cielo donde consigue ver a Dios en persona. 

Como dato curioso tengo que añadir que esta teoría que aquí estoy exponiendo la llevo manteniendo desde hace unos seis o siete años más o menos. Pues bien, en el año 2012, en una charla que mantuve con personas pertenecientes a testigos de Jehová, les expuse esta teoría. Las personas allí presentes no daban crédito a lo que estaban oyendo salir de mi boca, y negaron tal posibilidad de manera rotunda. No así, sí reconocieron la posibilidad de la existencia de otras civilizaciones de vida inteligente fuera de este planeta, pero todas ellas bajo la creación del mismo Dios que a nosotros nos creó en su momento. Cuando un poco después en esa misma conversación les pregunté directamente a estas personas sobre si su Fe seguirían intactas si se demostrase finalmente que Dios y por lo tanto también Jesucristo son seres de luz pertenecientes a una raza superior a la nuestra, éstos se mantuvieron callados sin lanzar en ningún momento una respuesta afirmativa. Yo personalmente no quise insistir en la respuesta, puesto que como dice el refrán "El que calla, otorga", y en ese silencio encontré la respuesta de esas personas. No seguirían creyendo en la existencia de Dios si dicha existencia fuese distinta a la expuesta en las Sagradas Escrituras. Como anécdota, hace unos meses me encontré de nuevo con una de las personas pertenecientes a Testigos de Jehová allí presente en la conversación de hace cuatro años. Cuál fue mi sorpresa cuando al hablar con esta persona en plena calle del tema religioso, me recordó sin venir a cuento la "barbaridad" que dije en su momento cuando les expuse mi teoría que hoy estoy tratando en este artículo. Cuando vi que esta señora recordaba muy bien mi tesis, supuse que a ella (No sé si a las otras dos personas también) la dejó cuanto menos reflexiva. Ante estos casos siempre me hago una pregunta ¿Por qué las personas creyentes son en su mayoría tan conservadoras? y cuidado porque esto lo dice una persona que es muy conservadora, como bien se puede apreciar en los artículos que vengo escribiendo desde hace tres años hasta la fecha. Insisto, me sorprende el conservadurismo de las personas creyentes independientemente de su religión. Aunque este artículo no tenga nada que ver con política como siempre escribo, tengo que añadir que si por un momento dejásemos al Jesús divino (O extraterrestre, según como quieran llamarlo) a un lado, y nos centrásemos en el Jesús humano, podemos ver sin lugar a dudas de que Jesucristo era una persona que hoy en día podría considerarse como un comunista revolucionario. Sólo hay que leer la famosa frase del propio Jesús en la que dice taxativamente que es "Más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el Reino de Dios", o la respuesta que le dio a un rico que le dijo qué podía hacer a cambio de seguirlo, a lo que Jesús le respondió "Vende todo lo que tengas y dáselo a los pobres". Por no hablar de la expulsión de los mercaderes en el Templo por parte del mismísimo Jesús al grito de "Habéis convertido la casa de mi Padre en una cueva de ladrones", algo que digamos no es muy conservador, sino todo lo contrario, es lo que hoy en día se puede considerar muy progresista y revolucionario. Por cierto, no creo que a Jesús le haga mucha gracia desde donde esté ver a otro tipo de mercaderes vestido de sotanas comercializando por todo el mundo en su nombre dentro de la Iglesia que Él mismo fundó en su momento con otros objetivos completamente distintos a los actuales. Analizándolo bien es bastante curioso como aquellos que se llaman a sí mismo "progres" son los primeros en rechazar a Cristo, mientras aquellos que son de mente bastante conservadora y de posiciones económicas altas son los primeros que acuden a misa todos los días. Ironías de la vida. Se ve que aquellos que dicen creer más en Cristo se les olvida la frase que Él dijo en su momento; "Buscad la verdad que ella os hará libres". 

Volviendo al tema que nos ocupa. Sé perfectamente que si así fuese, el reconocimiento de la Iglesia a Jesús como un ser de vida inteligente fuera de nuestro planeta jamás se produciría por muchas evidencias que se constatasen. Existen muchos motivos, no sólo económicos sino también, aunque parezca increíble, bélicos. El estallido de una Guerra Santa podría ser inminente si se confirmase este hecho. Del mismo modo que dicho conflicto bélico a nivel global sería una realidad si se demostrase definitivamente la posibilidad de que Jesucristo y María Magdalena se casaron y tuvieron descendencia. Sólo así se entiende el porqué el Vaticano no reconoció determinados Evangelios, entre ellos el de la propia Magdalena, y sólo aceptaron la versión oficial de los cuatro reconocidos. Si los Evangelios Apócrifos, que nos ofrecen una versión distinta de la vida de Jesús, hubiesen salido a la luz, la historia de la humanidad no sería en estos instantes la que hoy conocemos. Es por ello por lo que la Iglesia actual en sí es una de las mayores empresas existentes en el mundo y que más ingresos generan, por lo que su caída no podría consentirse bajo ningún concepto, ya que estarían en juego demasiados intereses. En el aspecto económico sólo hay que analizar el negocio que supone para muchos la veneración de imágenes en España, y concretamente aquí en Sevilla, donde la Semana Santa es para ignorancia de muchos un gran pecado donde se veneran imágenes esculpidas (Incumpliendo así los mandamientos de Dios) a la par que se hace un gran negocio con dicha festividad, y lo dice una persona que le encanta la Semana Santa y siempre va a verla todos los años. Eso sí, desde el punto de vista artístico y tradicional, puesto que desde el punto de vista religioso lo dejé de ver hace ya mucho tiempo.

Termino diciendo que he sido desde siempre, y lo sigo siendo, creyente. Mi fe en Dios y en Jesucristo sigue intacta por mucho que desde mi punto de vista personal haya cambiado mi forma de ver su existencia. Si para algunas personas, el hecho de que una civilización más avanzada que la nuestra (En este caso, lo que nosotros llamamos el Reino de Dios) nos crease en un momento determinado, no excusa bajo ningún concepto que nuestras creencias tengan que acabar. Al contrario, se reafirmaría nuestra fe desde un punto de vista, no sólo religioso, sino también científico. Reitero que soy una persona conservadora, pero creo que en esta cuestión tenemos que ser un poco más abiertos de mente. El simple hecho de que muchas personas se aferren a lo que diga un libro que ha sido modificado por las instituciones eclesiásticas desde hace más de 2.000 años, es lo peor que le puede ocurrir a un creyente. Ya que éste sólo acepta a Dios y a Cristo desde el punto de vista que nos ofrecen esas escrituras, demostrando con esto que su fe no es tan verdadera como ellos creen, y cerrándose pues a la posibilidad de creer en unas entidades divinas o cósmicas de una forma distinta a la que siempre hemos conocido. Si la sociedad católica es capaz de rezarle a hombres y mujeres que sin ningún motivo aparente han sido declarados por la Iglesia como santos, dejando a un lado con ello al mismísimo Dios e incumpliendo otro de sus mandamientos, puede perfectamente seguir rezándole a ese Dios aunque su existencia no sea como nosotros siempre nos la hemos imaginado. No le den la espalda a Dios ni a Cristo, y menos en estos momentos en los que de manera imparable el mundo se acerca cada vez más al borde del abismo, y puede que a sus últimos tiempos.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Ganó Trump, ¿Perdió el establishment?

Aunque me apasiona nunca he escrito sobre ella en este blog, pero hoy la ocasión lo merece sin duda alguna. Me refiero, por supuesto, a la política norteamericana. Han pasado ya cerca de 24 horas desde que el mundo se despertase hoy con la noticia, inesperada para muchos, esperanzada para algunos y temida para otros, de la victoria contundente del empresario y multimillonario candidato del partido republicano, Donald Trump. Empiezo felicitando al pueblo estadounidense por la valentía que ha tomado al votar a una persona que ha sido machacada incesantemente por los medios de comunicación del sistema desde que el ahora presidente electo de EEUU decidiese hace un año dar un paso al frente para disputarle a la ex primera dama y gran perdedora de las elecciones de anoche, Hillary Clinton, la presidencia de los Estados Unidos. Como no podía ser de otra forma debido a la incultura que padecemos por desgracia en nuestra sociedad, cuando hoy me enteré de la noticia de la victoria del partido republicano, una de las primeras cosas que hice fue leer los comentarios en las redes sociales. Mi sorpresa es mayúscula no porque la gente se lleven las manos a la cabeza por el triunfo del candidato republicano (Ya sabemos todos las escasas simpatías que Trump tiene fuera de EEUU gracias al gran trabajo de los medios de descomunicación y manipulación) sino por la tristeza generalizada por la derrota de Hillary Clinton y la indignación que ello ha ocasionado en gran parte de la población mundial. Personalmente debo añadir que he sentido gran vergüenza propia y ajena así como un asqueo bastante considerable cuando he leído uno tras otro los comentarios en apoyo a la candidata demócrata y su repulsa hacia un tipo que según los individuos indignados llaman "Racista, homófobo, machista, xenófobo, fascista, belicista, etc...". Al terminar de leer estos comentarios he podido comprobar que no sólo la sociedad española vive inmersa en una manipulación profunda. La población mundial está, cuanto menos, al mismo nivel que nosotros en lo que se refiere a información generalizada de los temas de actualidad, es decir, cero (Algo que considero bastante grave, ya que la población mundial cada vez se encuentra más manipulada y robotizada, además de estar más cerca de la sociedad Orwelliana de "1984" donde la voz de la prensa es la voz del sistema y la libertad de pensamiento está secuestrada en favor del sistema a través de la prensa). Más tarde me referiré a Hillary Clinton y a su marido, pero ahora quiero centrarme en Donald Trump, que es por mucho que les joda a una gran parte de la población mundial, el ganador de las elecciones y actual presidente electo de USA.

Tengo que añadir que cuando comenzó el proceso de primarias en el partido republicano no eché mucha cuenta de la candidatura de Trump, ya que estaba convencido de que las elecciones de anoche iban a disputarse nuevamente entre un miembro de la familia Bush, en este caso el hijo de George Herbert Walker Bush, y hermano de George Walker Bush; Jeb bush, y un miembro de la familia Clinton, en este caso la esposa del ex presidente de EEUU, Bill Clinton; Hillary Clinton. Cuál es mi sorpresa cuando observo que el candidato del establishment por el partido republicano, osease, Jeb Bush, está perdiendo las primarias del partido republicano en favor de un tipo multimillonario y ex presentador de un reality show que yo no conocía de antes pero que despertaba mucho interés allá por donde fuese; Donald John Trump. A partir de entonces comencé a indagar un poco sobre él y me sorprendió para bien algunas propuestas que defendía para USA y que con ello iba a beneficiar al resto de países aliados entre los que se encuentra España (TTIP, OTAN, Relaciones con Rusia, lucha contra el ISIS, refugiados...). Cuando finalmente Jeb Bush tiró la toalla y los republicanos dejaron vía libre a Trump para la candidatura a la Casa Blanca, me convenció definitivamente y creí que era un tipo que podría dar mucho juego a la situación actual en la que se encuentra inmersa el mundo. Desde entonces, aunque ya de por sí había una campaña bastante dura contra él desde los medios de comunicación, la campaña se recrudeció y empezaron a tildar a Trump cuánto menos de ser el demonio personificado. Tampoco ayudaba mucho a todo esto el lenguaje nada políticamente correcto de Trump, determinadas declaraciones que hacía eran aprovechadas por la prensa para arremeter contra él y tildarlo de ser una persona violenta que no respetaba ni a las mujeres, ni a los inmigrantes, ni a los homosexuales. Mientras los medios lanzaban a los infiernos a Trump, encumbraban a la candidata demócrata Hillary Clinton como la única persona capaz de detener a un "tipo peligroso que quiere destruir la democracia estadounidense" y que posee la experiencia suficiente para ser la primera mujer en ser la presidenta de EEUU. Con el paso de los meses la campaña se recrudecía cada vez más hasta el punto de ser tildada para muchos como una de las campañas electorales más sucias que se recuerdan. Los candidatos se echaban por tierra todos sus "puntos flacos". Mientras Clinton acusaba a Trump de ser un tipo peligroso, enemigo de los homosexuales, los inmigrantes y las mujeres, éste por su parte acusaba a Clinton de ser una candidata auspiciada por el establishment y no capacitada para ser presidenta de Norteamérica (Esta última acusación fue dicha también por el propio Barack Obama durante las primarias demócratas que los enfrentaron a ambos en 2008). Una vez empezada la campaña electoral, la salud de Clinton, así como la publicación por parte de Wikileaks de unos emails irregulares concernientes a ésta durante su etapa como secretaria de estado marcaron gran parte de la carrera a la Casa Blanca pero sin el grito puesto en el cielo por parte de los medios de comunicación aún con los altos y graves contenidos secretos que contenían dichos correos. Sin embargo la publicación de un vídeo del año 2005 donde Trump hace un comentario acerca de las mujeres, sí conduce a la prensa a poner el grito en el cielo y a exigir al partido republicano la destitución de Trump como candidato. Muchos miembros del partido republicano mueven ficha durante esos días para apartar al empresario de la candidatura tras anunciar éstos su decisión de no votarlo en las elecciones presidenciales. Finalmente el intento de destituir a Trump como candidato a sólo un mes de las elecciones queda en nada, aunque la tensión seguirá siendo la protagonista durante toda la campaña presidencial. Dicha situación se ha prolongado hasta esta misma noche pasada en la que los norteamericanos han dicho "basta" a más gobierno demócrata y han puesto fin al deseo de los Clinton de regresar a la Casa Blanca, así como a los ocho años de presidencia de Obama con el regreso de los republicanos al gobierno federal de la mano de Trump.

La cuestión ahora es; ¿Por qué ha ganado Donald Trump las elecciones americanas?. Para mí la respuesta es muy sencilla; los americanos han votado cambio, pero no ese cambio que prometió Obama en 2008 y que luego resultó ser simples palabras vacías llevadas por el viento. Los estadounidenses han votado romper con todo lo establecido hasta ahora y reconducir otra vez a una nación que vive sus horas más bajas en mucho tiempo. Hay quienes dicen que Estados Unidos es el Imperio Romano del siglo XX y XXI, y que el presidente de los Estados Unidos es el nuevo Emperador romano de nuestra época, y tienen razón. Pero al igual que Roma, USA está también en pleno proceso de decadencia. Sinceramente no puedo decir el momento exacto que Estados Unidos comenzó su declive, pero la presidencia de George Bush hijo y los atentados del 11-S son determinantes a la hora de iniciarse este proceso. Aún así se puede considerar que esta situación ya viene de muy atrás. Concretamente desde la presidencia de Ronald Reagan (Para muchos, el padre del neoliberalismo actual y primer responsable del sistema socioeconómico actual), seguida por la presidencia de George Bush padre, donde la Guerra del Golfo contra Saddam Hussein fue decisiva para los conflictos que posteriormente se sucederían, y más tarde la presidencia del marido de Hillary; Bill Clinton. Aquí me quiero detener para analizar varias cuestiones acerca de la presidencia de Clinton. Bill Clinton hereda de Bush padre una situación económica bastante nefasta con unos índices de desempleo bastante considerables. La famosa frase "Es la economía, estúpido" le llevará en 1993 a la presidencia con 46 años desalojando a un Bush de 68 años que tenía garantizada la reelección en 1992 gracias a la victoria en la Guerra del Golfo. Una vez en la presidencia, Clinton inicia una serie de reformas que en teoría serán el origen de la remontada en la economía estadounidense. Este buen período con el paso de los años ha demostrado ser una farsa en la que la economía americana estuvo envuelta durante los años 90 hasta el año 2008. Los buenos datos de la economía que deja Clinton en 2001 no son más que un puro espejismo que Bush hijo explotará aún más hasta su estallido en septiembre de 2008. Es por ello por lo que se puede decir que uno de los grandes responsables del estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense fue el propio Clinton junto con su sucesor en el cargo, Bush hijo. También es bastante curiosa la forma en la que Clinton trata el asunto de la lucha contra el terrorismo durante su presidencia. En una entrevista ya como ex presidente en 2002, Clinton reconoce que en un momento dado de su mandato tuvo la posibilidad de asesinar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, pero sin saberse a día de hoy los motivos, decidió finalmente no hacerlo. Es bastante curioso que el presidente americano no decidiese dar muerte cuando tuvo la ocasión al líder de una organización terrorista que suponía un gravísimo peligro para Estados Unidos y que finalmente decidió dejarlo escapar, teniendo como consecuencia los atentados que cambiaron la historia del mundo y la vida de todos nosotros; el 11-S. También hay que tener en cuenta la actitud que adopta Clinton en diciembre de 1998 cuando está en pleno proceso de "impeachment" por el escándalo sexual de Mónica Lewinsky. En un momento determinado, Clinton, para distraer a la opinión pública del caso que le podía costar la presidencia, de la infidelidad y humillación a Hillary Clinton, y del proceso de destitución al que estaba siendo sometido en ese momento, decide bombardear Irak en la famosa "Operación Zorro del Desierto". Esta acción tendrá consecuencias muy graves también después de su presidencia. En resumen, se puede considerar que la presidencia de Clinton supone junto con la de Reagan y Bush padre un punto y aparte en la decadencia de USA. Pero por supuesto, cuando oficialmente comienza el deterioro del "Imperio" es durante la presidencia de Bush hijo. El comienzo de su mandato coincide con la llegada del siglo XXI y el III milenio, y con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 (Unos atentados que poco después de llegar al gobierno, Bush es informado del peligro de su perpetración, a lo que éste hace caso omiso sin saber hoy en día por qué). Atentados con los que Bush aprovecha para crear la mayor ley de restricciones de derechos y libertades a la población americana en pos, según el gobierno americano, de proteger a la ciudadanía del terrorismo (Patriot Act), dando paso posteriormente a la guerra inmediata contra Afganistan y en 2003, al igual que su padre 13 años antes, en Irak contra Saddam Hussein. Bush anuncia entonces en 2002 su plan de invadir Irak con el falso testimonio de la existencia de armas de destrucción masivas en poder de Saddam Hussein. Posteriormente y ya en 2003, Bush declara la guerra a Irak, pero tras la invasión del país y la posterior caída del poder, captura y ejecución de Saddam, el gobierno americano reconoce no encontrar esas armas por las que declaró en su día la guerra a Bagdad. Por supuesto no hace falta decir que Bush y su gobierno sabían de antemano la no existencia de esas armas químicas, pero el gobierno estadounidense encontró en esta la excusa perfecta para invadir un país que ya estaba en el punto de mira de Estados Unidos desde hace mucho tiempo por una simple cuestión: el petróleo, por el que el gobierno de Bush se vio ampliamente beneficiado una vez invadido el territorio iraquí. La guerra contra el terror sigue durante todo el mandato de Bush y la economía le explota en la cara cuatro meses antes de abandonar la presidencia en septiembre de 2008. La famosa burbuja inmobiliaria creada por Clinton en los 90 y continuada por él, estalla llevándose consigo también toda la economía mundial, dando con ello comienzo a la mayor crisis financiera y económica global desde la gran depresión. Tras rescatar a la banca americana (Algo ilógico viniendo de un supuesto liberal) y con la victoria en las presidenciales de un desconocido senador afroamericano de 47 años llamado para ironías del destino o no, Barack Hussein Obama, prometiendo cambios en Estados Unidos y en el mundo, Bush hijo deja el despacho oval tras una nefasta presidencia con la que sí comienza oficialmente el declive del "Imperio estadounidense". Ya en 2009 comienza el mandato del que muchos llaman el "Presidente del cambio". Como si de un mesías se tratase (Nunca olvidaré las escalofriantes imágenes de un grupo de mujeres latinoamericanas rezándole a fotos de Obama al día siguiente de su victoria en las elecciones como si fuese un dios) Obama comienza la presidencia prometiendo el paraíso terrenal y nombrando a Hillary Clinton secretaria de estado, pero con el paso del tiempo Obama demuestra que no es ese ser sobrenatural que los medios de comunicación del establishment habían hecho creer al mundo. Su determinación de cerrar la prisión cubana de Guantánamo no se llega a producir, su decisión de retirar las tropas de Irak es aplaudida por muchos pero criticada por otros, y su idea de cambiar radicalmente la sanidad estadounidense queda finalmente en una pobre reforma que aunque beneficiosa en muchos casos, es muy insuficiente a lo que prometió Obama en su día al pueblo americano. Su momento más "dulce" lo vive en mayo de 2011 cuando consigue lo que ninguno de sus predecesores había conseguido antes; matar a Osama Bin Laden (Aunque todavía es un misterio si finalmente consiguieron matar a Bin Laden o no, ya que el gobierno americano jamás publicó ninguna foto de su cadáver), pero la decisión de intervenir en Libia para derrocar a Gadafi con el apoyo entusiasta de Hillary (Por los mismos objetivos que los de Bush al invadir Irak: el petróleo) y la intromisión en Siria, donde el interés y la obsesión por parte de Obama y Clinton de deshacerse de al-Ásad les conduce incluso a financiar y a vender armas a los rebeldes sirios que posteriormente crearán el Estado Islámico, hacen de la política exterior de los demócratas una gestión criminal e irresponsable que ahora paga muy caro occidente y en especial el continente europeo debido a las muertes que han provocado aquellos que en su día el gobierno norteamericano con Obama y Clinton a la cabeza financiaron y comercializaron con armas. Ya en 2013, la decisión casi segura de Obama de atacar Siria se queda en nada cuando Rusia anuncia en el último momento su apoyo al líder sirio si Washington interviene en Damasco. Tras esto, Obama da marcha atrás en el último instante, dejando la reputación militar estadounidense por los suelos. Posteriormente, la política de Obama tanto a nivel interno como a nivel externo se minimiza y su última etapa queda marcada por los atentados del ISIS en Europa, el problema de la discriminación racial en América del Norte, y el fin del embargo a Cuba. Con todo esto llegamos a noviembre de 2016, con Trump de presidente electo, y Hillary y Obama apartados del poder (Los cuáles quedarán en mi opinión marcados para siempre y con toda la razón del mundo, como los primeros responsables de la creación del Estado Islámico, tanto por acción como por omisión), porque aunque la derrota recaiga en Hillary Clinton como candidata, esta es también la derrota que recibe el todavía presidente Obama como consecuencia de sus pésimos ocho años en la Casa Blanca.

Después de exponer lo acaecido en Estados Unidos a lo largo de estos 20 años, reitero el porqué de la victoria de Donald Trump en la noche de ayer. Los americanos quieren un cambio, quieren romper con todo lo que llevan vivido durante estas últimas décadas, y sobre todo quieren un cambio real cuanto antes. Las decepciones de los últimos mandatarios, en especial la de Obama (El cuál ha sido sido más un personaje televisivo y de redes sociales, y un producto de marketing que un presidente durante sus ocho años de mandato), han hecho mella en el pueblo estadounidense y no creen ni esperan ya nada de los políticos "profesionales" que llevan varias décadas mintiendo a la población desde Washington. Es por ello por lo que han elegido hace 24 horas como presidente de la nación más poderosa del mundo a un multimillonario y empresario alejado de la política, que aunque no sea muy políticamente correcto a la hora de hablar, sí ha demostrado que tiene un lenguaje completamente distinto a los de esos políticos "profesionales", que llega y conecta con el sentir verdadero de la población norteamericana de 2016, asqueada y harta de sus gobernantes y de su establishment. Es por ello también por lo que Hillary Clinton, que representa mejor que nadie ese establishment que componen la clase política, económica y financiera, junto con la Reserva Federal, la CIA, el FBI, y Wall Street, ha recibido un varapalo electoral que sería verdaderamente justo que fuese acompañado de su entrada en la cárcel por haber inundado junto con el todavía presidente Obama, a todo occidente de un grupo terrorista que ellos mismos han estado involucrados en su creación. Ahora por desgracia ya es tarde para volver a atrás, pero sí hay tiempo aún para recomponer lo que han dejado los anteriores gobiernos no sólo en Estados Unidos sino también en el resto del mundo, y que tanto daño han hecho.

Por último quiero añadir un par de cosas más sobre Donald Trump. Personalmente no sé si dentro de dos meses, cuando tome posesión como presidente de los EEUU, nos engañará a todos y será simplemente uno más de los presidentes que ha tenido la historia de USA (Si es así entonces es cuando sí podemos darlo todo por perdido). Yo en estos meses que lo he seguido en su campaña me ha dado la intuición de ver en él algo nuevo y distinto que no había visto en otros candidatos a la presidencia. Puede que sea un tipo que sólo busca poder, puede que sea lo que algunos llaman "disidencia controlada", o puede que sea un tipo que va por libre y que verdaderamente quiere cambiar las cosas. Sólo el tiempo lo dirá, pero el simple hecho de hablar las cosas que ha hablado durante la campaña electoral (Trapos sucios de los Clinton y de su fundación, las críticas al ex presidente Bush en su actuación en el 11-S, y las críticas al partido demócrata, pero también al republicano y a muchos de sus miembros, entre otras cosas) y de haber derrotado a una representante del sistema como es Hillary Clinton (La cuál por cierto tenía mucho interés en plantarle cara a Rusia y a Putin con unas consecuencias que no me quiero ni imaginar) tiene para mí un voto de confianza. Yo espero no equivocarme en mi opinión sobre Trump y espero y deseo que tenga la mayor de las suertes en este momento en el que Estados Unidos necesita de verdad un liderazgo claro y conciso, y en un momento en el que están cambiando demasiadas cosas en el mundo a un rito más rápido del que estamos acostumbrados. Enhorabuena Donald, espero que tengas éxito en tu tarea. Ya que de ese éxito saldrá beneficiado no sólo EEUU, sino también el resto del mundo.

lunes, 3 de octubre de 2016

No hay alternativa al PP de Rajoy

Ayer finalmente se consumó el golpe de estado interno del PSOE contra Pedro Sánchez orquestado por Susana Díaz, la vieja guardia socialista con Felipe González a la cabeza, y el establishment nacional con los medios de comunicación como cómplices. Tras una dura y larguísima jornada de comité federal donde ocurrió de todo (Incluso se rumoreó un intento de agresión a Sánchez por parte de uno de los fieles a Susana Díaz), finalmente el ya ex secretario general del PSOE dimitió sobre las ocho de la tarde tras perder una votación en la que se optaba entre un congreso extraordinario urgente, o el nombramiento de una gestora. Sánchez, que había anunciado previamente su dimisión en caso de salir victoriosa la opción de la gestora, puso ayer por la tarde fin a sus dos años como líder del PSOE tras votar los delegados allí presentes la formación de una gestora que desde ayer es presidida por el presidente del Principado de Asturias y secretario general de los socialistas asturianos, Javier Fernández (Susanista y firme partidario de la abstención frente a Rajoy).

Lo de ayer no constituye solamente la caída definitiva (O no, ya que algunos hablan incluso de su regreso en unas futuras primarias) de Pedro Sánchez como secretario general, sino también constituye la defunción oficial del PSOE a nivel nacional. Un partido de gobierno no puede jamás dar un espectáculo como el que ayer se dio en la calle Ferraz de Madrid. La foto que apareció ayer públicamente en la que se observaba cómo los delegados discutían a grito pelado, demuestra la bajeza en la que ha caído definitivamente este partido. Del mismo modo que hoy se puede confirmar la guerra civil abierta que ha supuesto la división en dos de la formación socialista. Por un lado los "Sanchistas" y partidarios del no a Rajoy, y por otro lado los "Susanistas" y partidarios de la abstención al PP. Una división que va a ir a más conforme pasen los días y las semanas, y que supondrá a medio plazo la desaparición definitiva del PSOE y de cualquier alternativa socialdemócrata al gobierno de Rajoy por mucho que los críticos intenten lavar la imagen del partido con la complicidad de los medios de comunicación elsalzando a la futura líder que cerrará la persiana de Ferraz en poco tiempo, Susana Díaz. Hoy, el ex ministro de Zapatero, Jordi Sevilla anunciaba su salida del PSOE, y será la primera de muchas renuncias en el partido a partir de ahora. Renuncias que suponen la pérdida de afiliados, que por otro lado ya han anunciado desde el periódico "El Mundo" que de continuar así la sangría de pérdidas, no le quedara más remedio a los socialistas que queden en el partido de vender la sede de Ferraz.

Pero esta noche no voy a hablar de la crisis y futura desaparición del PSOE. Hoy quiero hablar sobre las consecuencias de lo gravemente ocurrido ayer en la sede socialista en lo que respecta a la gobernabilidad de España a partir de ahora. Si alguien resultó ayer vencedor absoluto de la explosión del PSOE ese es Mariano Rajoy Brey. El actual presidente del gobierno en funciones vio ayer cómo desaparecía de manera imparable cualquier posibilidad de alternativa a su gobierno y a su partido en futuras elecciones generales. El de Pontevedra es consciente de que ya no hay ningún obstáculo ni en lo referente a personas (En este caso, Pedro Sánchez) ni en lo partidista (La bomba que estalló ayer en el PSOE supone su inminente desaparición) que impida su continuidad al frente del gobierno de España. Rajoy es plenamente consciente también que la izquierda no va a volver al ejecutivo en muchos años (Yo me atrevería a decir que incluso hasta dentro de 20 años) por múltiples razones; la primera es la extinción del PSOE, que puede ser ya historia cuando se produzcan las siguientes elecciones en 2020. La segunda es Podemos; aunque la caída del PSOE beneficiará y mucho a los de Pablo Iglesias, no quiere esto decir que los "Podemitas" se conviertan en alternativa de gobierno, ya que muchas personas siguen desconfiando de éstos cuando se habla de su posible llegada a la Moncloa algún día. La tercera es Ciudadanos; otro partido que puede verse algo beneficiado de la caída del PSOE, ya que los votantes de izquierdas más moderados pasarán a votar a la formación de Albert Rivera. Aún así Rajoy puede dormir tranquilo, ya que los "Naranjitos" no alcanzarán jamás ser alternativa de gobierno, puesto que el motivo por el que fue creado por parte del establishment no era otro que el de convertir este partido en bisagra del bipartidismo en los gobiernos tanto a nivel local, regional, y nacional.

Después de lo ocurrido ayer se ha hablado y mucho de la posibilidad de que las terceras elecciones estén más lejanas. Lo curioso de todo es que, ironías de la vida, se está dejando entrever la posibilidad desde el propio PP que Rajoy rechace acudir a otra sesión de investidura propuesta por el rey, y que aceptará ir a unas nuevas elecciones para conseguir un resultado mucho mejor y de paso pegarle la estocada final al PSOE en beneficio de Podemos. Con esta decisión y con unos resultados electorales beneficiosos para el PP y para Podemos, que podrían llevarlos a ser la segunda fuerza política, Rajoy tendrá garantizada la gobernabilidad de España, ya que fomentará el voto del miedo en el supuesto de que la población acabe harta de las políticas que aplique el PP y decida votar a Podemos como alternativa para echar a los conservadores de la Moncloa. La alternativa pues, ha desaparecido en España. Antes de ayer, cuando escribí sobre la crisis del PSOE, dije que no sólo el PP tiene ya garantizado por muchos años el gobierno del país. También lo tiene Mariano Rajoy, el cuál no descarto en absoluto que en 2020, y ante un PSOE extinguido, un Podemos que no termina de despegar definitivamente por el miedo de la gente, y un Ciudadanos en retroceso aún con los nuevos votos que se añadan por parte de ex votantes socialistas, decida postularse por sexta vez a la presidencia del gobierno. Incluso, y ya lo dije el otro día, no es descartable tampoco la posibilidad de que Rajoy, que por entonces contará con sesenta y nueve años, decide presentarse por séptima vez a la Moncloa en 2024. El gallego ya no tiene nada que temer. Tiene el camino de la gobernabilidad sólo para él durante varios años. Ha eliminado poco a poco a todos sus enemigos políticos, tanto a nivel interno del PP como a nivel externo de otros partidos. Pedro Sánchez ha sido la última víctima de su interminable lista de cadáveres políticos, y no es para nada insospechado que pueda acabar dentro de poco con la carrera política del que ahora muchos en la prensa ven como su delfín, Alberto Nuñez Feijóo. Nuestro actual presidente ha conseguido con todo esto lo que ningún presidente (A excepción del intento de Zapatero con el "Pacto del Tinell") había conseguido antes: la eliminación de cualquier alternativa política y la ocupación de un partido en el poder durante varios años (E incluso puede que durante varios lustros). El pontevedrés ha jugado de una manera muy sucia con respecto a sus adversarios políticos y ha quedado a la altura de Hugo Chávez y Nicolás Maduro (Los cuales Rajoy siempre los ha expuesto de mal ejemplo de gobernantes), que han dejado a Venezuela sin alternancia política en favor de su permanencia en el poder. Con esto no quiero decir que Rajoy sea un dictador ni muchísimo menos, pero sí que ha conseguido su continuidad en el poder sólo equiparable a como lo hace el presidente de una república bananera. Por todo ello, y a menos que la política que lleve a cabo el PP sea tan desastrosa y agresiva que la población salga a la calle a votar masivamente en unas elecciones generales a Podemos sin importarles las consecuencias de la llegada de éstos al poder, los populares tienen ente sí un largo camino de flores en el que la alternativa real de poder será nula como mínimo durante una década.

De momento nos esperan cuatro años más de Marianismo hasta el 2020 (Y que quede ahí la cosa). Cuando el gallego decida retirarse por su propia voluntad (Cuan monarca absolutista que desea abdicar del trono), entonces llegará el momento de la sucesión de manos de Soraya Saénz de Santamaría, de Alberto Nuñez Feijóo, o de cualquier otro político del PP que todavía no haya salido a la luz. Lo que es un hecho es que el cambio político en España va a tardar y mucho en llegar, si es que llega algún día. La operación de Moncloa en 2013 donde se ideó la división del voto de la izquierda en favor de Podemos, y con ello la supresión de cualquier forma de alternativa a un gobierno del PP ha dado sus frutos y ayer se pudo confirmar. Con una oposición dividida y una alternativa de gobierno que no se vislumbra por ningún horizonte, acabo con una pregunta cuya respuesta dejo en el aire. Para democracias así, ¿Quién envidia y/o necesita un sistema unipartidista? Porque yo personalmente no veo la diferencia por ningún lado.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Crónica de una muerte anunciada



Ayer por la tarde se produjo el golpe definitivo contra el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez Pérez-Castejón. 17 miembros de su ejecutiva presentaron su dimisión con el fin de provocar la caída fulminante del líder socialista para, acto seguido, nombrar una gestora que se hiciese cargo del partido hasta la celebración del próximo congreso federal del PSOE donde sería proclamada por unanimidad Susana Díaz como nueva secretaria general. Un golpe de estado interno en toda regla que llevaba días preparándose desde la calle San Vicente de Sevilla (Sede del PSOE andaluz) con el beneplácito de los ex secretarios generales Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, y Alfredo Pérez Rubalcaba, así como de los principales medios de comunicación nacionales y lo más destacado del establishment español. Hasta las siete y pico de la tarde todo funcionaba de maravilla, el golpe había sido un exitazo (Se llegó a incluir en la lista de bajas al fallecido Pedro Zerolo y a dos ex miembros de la ejecutiva socialista cesados por corrupción) y los minutos de Sánchez al frente del PSOE estaban contados. Hasta que aparece en escena el secretario de organización y mano derecha de Pedro Sánchez, César Luena, y confirma que la directiva socialista sigue siendo el legítimo órgano ejecutivo del partido aún después de la dimisión de la mitad de sus miembros. Luena afirma también que los planes que Sánchez adelantó el lunes de convocar primarias en octubre y posteriormente un congreso federal seguían adelante, y que la ejecutiva socialista seguiría en funciones aunque 17 de sus ya ex miembros le hubiesen echado un pulso sin precedentes con el objetivo de poner fin a la etapa Sánchez en el socialismo español. 

Pedro Sánchez, por lo tanto, ni dimite ni acaba doblegándose ante el intento de golpe perpetrado para destituirlo. Hoy ha anunciado su intención de celebrar el sábado un comité federal que a su vez convocará para el 23 de octubre las primarias en la que los militantes elegirán al próximo secretario general, y la posterior celebración de un congreso federal extraordinario para noviembre. Con esto Sánchez consigue ganar horas para mantener su liderazgo al frente del partido, lo cuál no quiere decir que lo tenga asegurado ni muchísimo menos. Por parte de los críticos, éstos no reconocen ya al madrileño como líder del partido y mantienen la presión extrema para que claudique ante ellos y ponga fin a su período como secretario general. En resumen, si el otro día hablé del 80 aniversario del estallido de la Guerra Civil en España, ayer estalló la guerra civil en el partido que fundó hace 138 años Pablo Iglesias. Una prueba de ello son las declaraciones de Verónica Pérez, secretaria general del PSOE de Sevilla y mano derecha de Susana Díaz, que afirmaba que debido al vacío de poder producido por las cascadas de dimisiones presentadas ayer, ella era la máxima autoridad en el partido en estos momentos. Autoridad que no ha sido correspondida por parte de los miembros de Ferraz, los cuáles han impedido la entrada de Pérez a la sede socialista en Madrid.

Personalmente tengo que añadir que esto que se está viviendo desde la tarde de ayer supone lo más bajo que he podido ver en mucho tiempo en la política española (Y que conste que el listón estaba ya bastante alto). Nos encontramos con la situación en la que un secretario general elegido por vía directa de los militantes del partido socialista obrero español, es intentado ser destituido fulminantemente por un golpe de estado interno en el que participan no ya la mitad de la ejecutiva nacional del partido y barones territoriales del mismo, sino también ex secretarios generales y ex presidentes del gobierno del partido, así como personas ajenas a la formación de izquierdas. Mi pregunta es la siguiente; ¿Por qué se intenta destituir a Pedro Sánchez?, ¿Por los malos resultados electorales obtenidos durante sus dos años al frente del PSOE?, ¿Por no haber seguido la hoja de ruta que le impusieron la vieja guardia del partido y Susana Díaz en 2014?, ¿Por no consentir la abstención de Mariano Rajoy como presidente del gobierno en la investidura de éste?, ¿Por querer pactar con Podemos para formar gobierno?, ¿Por todo a la vez?, ¿O por otras cuestiones ajenas al conocimiento general de la sociedad?. Si es por la primera cuestión; Sánchez es también responsable de que se hayan recuperado gobiernos tanto a nivel local como regional en las pasadas elecciones de mayo de 2015. Si es la segunda cuestión; Sánchez es el líder de un partido político que debe de llevar su propia hoja de ruta, independientemente de quién lo haya puesto ahí. Si es por la tercera cuestión; El líder del PSOE tiene motivos más que justificados de votar en contra de Rajoy en todas las investiduras que éste quiera presentarse, ya que está en juego la superviviencia del partido en sí. Si es la cuarta cuestión; Los rebeldes que han puesto el grito en el cielo por un posible pacto PSOE-Podemos han sido los mismos que el año pasado recuperaron los gobiernos autonómicos y locales gracias a un pacto con los de Pablo Iglesias. 

En mi opinión, esta operación va más allá de lo puramente partidista, y señala directamente a las instituciones más altas del estado con el fin de eliminar políticamente a Sánchez (Principal obstáculo para la permanencia de Rajoy en el poder) para evitar unas terceras elecciones en diciembre que muchos consideran que dejaría herido de muerte al Sistema político en España, y de paso para dejar que Mariano Rajoy continúe en su puesto como presidente del gobierno otros cuatro años más. Desde el primer momento siempre se ha dicho que la persona que debía dar un paso atrás y no ser un obstáculo en la formación de gobierno era Pedro Sánchez y no Mariano Rajoy, ¿Por qué?. No basta con afirmar que el actual presidente del gobierno ha sido la persona que ha ganado las dos últimas elecciones generales y por ello tiene más legitimidad que nadie en seguir gobernando. Rajoy perdió en diciembre más de 60 diputados con respecto a las elecciones generales de 2011, y recuperó 14 escaños en junio aunque esos resultados eran insuficientes para formar gobierno. Estos motivos nadie, o casi nadie los expuso sobre la mesa para plantear la caída política de Rajoy. Sí, por el contrario, se planteó desde el primer momento la salida inmediata de Sánchez al frente del PSOE, ya que éste había llevado al partido socialista a la ridícula cifra de 90 diputados frente a los 110 que cosechó Rubalcaba en noviembre de 2011, Después de las elecciones de junio donde los socialistas alcanzaron la vergonzante cifra de 85 diputados, todos los medios de comunicación pedían incesantemente la cabeza de Sánchez para acto seguido catapultar a Susana Díaz como nueva líder de la izquierda en España. No, el problema no radica en los resultados electorales. El problema radica en unos medios de comunicación que están al servicio de los gobiernos de turno (Hace siete años lo estaban con el gobierno de Zapatero y ahora lo están con el de Rajoy) y obedecen las órdenes que reciben desde presidencia del gobierno para presionar a aquellos que no consienten, y con toda la razón del mundo, la continuidad del presidente del PP en la presidencia del gobierno. Estos hechos, y no unas terceras elecciones generales como dicen algunos, son los que contribuyen a deteriorar aún más la calidad "democrática" de un país en el que no existe una verdadera libertad de prensa. Sólo hay que leer el editorial que desde el grupo PRISA, Cebrián ha escrito hoy en "El País", donde éste ha descalificado como nadie a Pedro Sánchez siguiendo la línea de Felipe González y la vieja guardia socialista, para darse cuenta de que la prensa española no se caracteriza precisamente por su imparcialidad y libertad.

Lo que queda claro con todo esto es que la continuidad de Mariano Rajoy en la presidencia del gobierno es ya un hecho incuestionable. Si Pedro Sánchez vence a los críticos y consigue imponerse durante unos meses más en su partido como secretario general, bastará con que el rey vuelva a llamar a consultas a los líderes políticos y le ofrezca a Rajoy de nuevo el encargo para formar gobierno y así acudir a una nueva sesión de investidura en la que los diputados socialistas andaluces pueden votar a favor o abstenerse por orden de Susana Díaz sin la aprobación de Sánchez, reavivando antes de tiempo la guerra civil en el partido. Si por el contrario son los críticos los que ganan este juego de tronos, ninguno estará en condiciones de exigir nada al PP, ni siquiera la cabeza de Rajoy. Sólo tendrán que aceptar sin más lo que hay y abstenerse para dar vía libre otros cuatro años más al de Pontevedra. Si por contra de lo expuesto anteriormente, Sánchez consigue imponerse provisionalmente y no hay una nueva sesión de investidura en octubre, bastará que en diciembre Rajoy saque un resultado mucho mejor que el de junio para que esta vez se organice un golpe de estado interno en el PSOE mucho mejor que el de ayer, donde Sánchez quedaría destituido definitivamente y los rebeldes apoyarían de una vez por todas a Rajoy como presidente del gobierno. Con esto se confirma que no sólo el PP seguirá en el gobierno todo el tiempo que quiera a falta de una verdadera alternativa de gobierno por parte del PSOE. Se confirma también que Mariano Rajoy podrá seguir en el gobierno de España todo el tiempo que desee. Si en 2020, e incluso en 2024, Rajoy decide postularse otra vez como presidente del gobierno, la falta de alternativa y puede que la desaparición por entonces del PSOE del panorama nacional, así como el voto del miedo del PP contra Podemos, hará que el gallego vuelva a ganar sin problemas las próximas elecciones generales. 

La estrategia del PP durante estos años para eliminar al PSOE como alternativa de gobierno dio ayer definitivamente sus frutos. Crear una alternativa de izquierdas extremista para dividir el voto de los socialistas, disminuyendo con ello los apoyos del PSOE mientras se intimidaba con la posibilidad de que los extremistas llegasen al gobierno. Con ello sólo había que esperar a contemplar como el partido que es alternativa de gobierno por el centro-izquierda se devora entre sí eliminando cualquier atisbo de posibilidad para echar al PP de la Moncloa. Una operación perpetrada desde presidencia del gobierno que muestra una vez más que no tenemos nada que envidiar a la "democracia" que pregona Nicolás Maduro en Venezuela. Un país en el que el partido del gobierno intenta eliminar cualquier posibilidad de alternativa democrática no es un país democrático. Y esto no es nuevo. Hace trece años un tal José Luis Rodríguez Zapatero hizo lo mismo en Cataluña al consentir que se firmase con las fuerzas nacionalistas e independentistas catalanas el famoso "Pacto del Tinell". Un pacto en el que se excluía al PP de cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo en Cataluña. Como podemos ver, tanto el todavía presidente del gobierno, Mariano Rajoy, como el ex presidente del gobierno y partícipe de la conspiración golpista de ayer en su partido, José Luis Rodríguez Zapatero, se autocaracterizaban por ser personas moderadas y dialogantes mientras excluían cualquier posibilidad de alternativa y pacto alguno con el adversario político. Por cierto, me sorprende que los miembros que ayer consumaron su acto de traición contra Pedro Sánchez cuan Bruto y Casio contra Julio César en los Idus de Marzo, no actuasen de este modo y con el mismo impulso hace ahora diez años cuando Zapatero traicionaba a la nación española apoyando el estatuto de Cataluña y negociando con la banda terrorista ETA. Se ha querido culpabilizar a Sánchez de pactar con los independentistas cuando el propio Zapatero lo hizo en su momento e incluso participó activamente en el proceso que hoy ha conducido a Cataluña al borde de la secesión. Si hay algo que se puede decir a favor de Pedro Sánchez es que, en comparación con sus predecesores en el cargo, si tiene algo de principios éticos y morales. Factores de los que están exentos aquellos dos que desde el PSOE han contribuido y mucho en la deriva de España y de su partido; Me refiero, por supuesto, a Felipe González Márquez y a José Luis Rodríguez Zapatero. Es curioso, para una persona que tiene un mínimo de decencia y honradez en la política española, vienen los suyos e intentan matarlo políticamente. Se confirma con esto que en España sale más caro ser leal consigo mismo y con los tuyos que ser un traidor a tus ideales y a tu país. A la hora de escribir el título de este artículo he pensado en Pedro Sánchez, pero conforme he ido escribiéndolo he pensado que quizás el muerto no sea de manera inminente el todavía secretario general, sino tanto el propio partido que en teoría sigue liderando y que acaba de estallar en guerra civil, como el Sistema político que padecemos que ha vuelto a demostrar que es capaz de cualquier cosa cuando una persona se compromete a ser fiel a sus principios y se sale de la hoja de ruta. Sí, esta es la crónica de una muerte anunciada, pero a la vista de los acontecimientos que estamos viviendo en las últimas horas y del análisis que yo mismo saco de todo esto, podemos decir; ¿La muerte política de Pedro Sánchez?, ¿La del PSOE?, ¿La del Sistema?, ¿O la de los tres a la vez? Ahí dejo la respuesta.


martes, 27 de septiembre de 2016

80 años de la Guerra Civil; 80 años de Franquismo

Como todos sabemos, el 18 de julio de este año se conmemoró el octogésimo aniversario del estallido de la Guerra Civil en España. Por supuesto no me olvidé de dicha efeméride, e incluso estuve apunto de escribir algo sobre ello. Pero pensé que quizás era mejor escribir dentro de unos meses, es decir, ahora, cuando se cumplen ochenta años del nombramiento de Francisco Franco Bahamonde como jefe del estado español. Los motivos por los cuales escribo ahora son muy sencillos; el momento en el que Franco es proclamado Generalísimo de los ejércitos y Caudillo de España es el momento que supone un antes y un después en el transcurso de la guerra y en la historia de España del siglo XX. Por ello es más fácil escribir en estos momentos sobre dos acontecimientos que se fusionan en uno: El nombramiento de Franco como líder de la España sublevada a los tres meses de iniciarse una guerra civil que cambió para siempre el futuro de nuestro país.

Después de ochenta años del estallido de la guerra y de la proclamación de Franco, el recuerdo de dicho acontecimiento bélico sigue más presente que nunca en la memoria de los españoles de ambos bandos. Durante los casi cuarenta años que transcurren desde 1936 hasta 1975, el régimen franquista siempre fue explicito al señalar al bando nacional como el ganador de la guerra civil y su potestad clara y legítima para enterrar aquella España destruida por los "rojos, liberales, masones y comunistas" y transformarla en un país "grande y libre" que volviese a ser un ejemplo para todo el mundo recuperando la grandeza que había perdido siglos atrás. Sin dejar de ser malas aquellas intenciones, mientras el gobierno franquista emprendía aquella tarea, humillaba y vejaba a la media España que había perdido la guerra en abril de 1939. Millones de españoles sufrían durante la dictadura de Francisco Franco las consecuencias de haber participado en el bando republicano y/o de apoyarlo en su caso. Para el régimen vencedor no había más España que aquella que representaba los valores que compartían aquellos que habían derrocado a los republicanos, siendo éstos perseguidos, oprimidos, encarcelados y fusilados durante los cuarenta años de dictadura de aquél hombre que pasó a convertirse en un rey sin corona, regente de una España totalitaria la cuál dirigió como un cuartel durante sus cuatro décadas al frente del estado.

Pero por supuesto, para comprender la opresión de cuarenta años de dictadura tras una cruenta Guerra Civil que aún resuena en la mente y en los corazones de muchos, tenemos que remontarnos al 14 de abril de 1931, fecha en la que tras las elecciones municipales del 12 de abril, Alfonso XIII huye de España tras la proclamación de la II República con el único propósito de salvar su real pellejo y esperar al fracaso del nuevo sistema político para volver a ocupar el trono de España a medio plazo. La caída de la Monarquía representada por un personaje de la talla de Alfonso XIII (Al cuál considero el primer responsable de los futuros acontecimientos que se derivaron en nuestro país a lo largo del siglo XX) fue el primer paso para la instauración de un nuevo sistema, que lejos de ser un régimen democrático, acabo siendo el comienzo de un período que dejaría al descubierto el odio recíproco por parte de la derecha y la izquierda y las ansias de ambos por derrocar al adversario político y a todo aquél que defendiese las ideas que éstos representaban. Al comienzo de la II República y con la izquierda recién llegada al gobierno, había pues que ajustar cuentas pendientes con aquella parte de la sociedad que muchos consideraba culpable de los males de España hasta entonces. Buena prueba de ello fueron las sucesivas reformas que afectaban a sectores tan conservadores como el ejército o la Iglesia. También la idea de "descentralizar" el estado en favor de una nueva España más "integradora" era vista por muchos como la ruptura definitiva con esa España que mantenía inquebrantable su unidad política y territorial. Si a las reformas radicales emprendidas por parte de los sucesivos gobiernos republicanos, y la idea por parte de ciertos sectores de la izquierda de "sovietizar" España le sumamos el escepticismo y el recelo por parte de varios sectores de la derecha hacia la República, se podía deducir que el futuro de este nuevo sistema no iba a acabar con buen pie.

El año 1936 supone el culmen definitivo de la paciencia de muchos. Tras los gravísimos sucesos en octubre de 1934, donde se produce la proclamación fallida del estado catalán por parte del entonces presidente de la Generalitat, Lluís Companys, y la revolución fallida de la izquierda en Asturias para proclamar un estado socialista en España, se celebran las elecciones generales en febrero de 1936. En ellas se produce la victoria electoral por parte del Frente Nacional (Que representaba a los partidos de izquierdas, republicanos, socialistas y comunistas) frente a la CEDA de José María Gil Robles (Partido compuesto por los derechistas, conservadores, monárquicos y liberales). Con esta victoria de la izquierda se produce de manera fulminante la destitución del conservador y hasta entonces presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, por el izquierdista radical, Manuel Azaña. A partir de este momento se produce un incremento bastante elevado de la violencia política, el cuál tendrá su momento de culminación con los asesinatos del teniente y militante del PSOE, José del Castillo, por parte de un grupo de ultraderechistas, y del ex ministro de Hacienda y diputado conservador, José Calvo Sotelo, por parte de un grupo formado por guardias de asalto y militantes socialistas. Con estos dos asesinatos se activa el golpe de estado militar que el ejército ya venía preparando desde hacía meses, y que se produce finalmente el 18 de julio de 1936, el cuál fracasa, provocando de manera inmediata el estallido de la Guerra Civil en España. Una vez empezada la Guerra, las sospechosas muertes de José Sanjurjo (Que en un principio iba a encabezar el golpe), y de Emilio Mola en 1937, conducen al liderazgo de la sublevación al general que en un principio siempre se mostró desconfiado a participar en el golpe y que hasta última hora no decidió unirse a el. Ese general fue Francisco Franco Bahamonde, que por ironías del destino o por factores humanos bastantes discutibles, lo convirtieron en el cabeza del Bando Nacional durante la guerra y posteriormente en el jefe del estado español desde octubre de 1936 hasta su muerte en noviembre de 1975.

Han transcurrido ochenta años de estos sucesos, y después de tantos años hay una parte considerable de la sociedad española de ambos bandos, pero sobre todo del bando republicano, que ni ha olvidado ni perdonado lo ocurrido en nuestro país hace casi un siglo. La ley de Memoria Histórica aprobada por el gobierno de Zapatero en 2007 reabrió muchas heridas que en muchos casos aún no estaban cicatrizadas. El empeño de una parte de la izquierda española en reabrir la Guerra Civil y reescribir la historia de forma que se borre de ella cualquier relación con victoria del Bando Nacional en abril de 1939 y la posterior dictadura de Franco hace de nuestro país un lugar en el que el bando perdedor no ha asumido aún la derrota en la Guerra y por consiguiente no ha asumido la historia reciente de España. Con este panorama de reavivación del odio por parte de ambas partes y vista la situación política, territorial, social y económica actual que en muchos casos nos recuerda a lo vivido durante la II República me surge la siguiente pregunta; ¿Es posible una nueva Guerra Civil en esta España que todavía guarda rencillas de la anterior? Hay un refrán que afirma "El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla". Hay algo peor que olvidar la historia; reescribirla, y aún no hay refrán que diga lo que le depara al pueblo que, como nosotros, está en esa situación. Sólo el tiempo tiene la respuesta y no creo que tarde mucho en decírnosla.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Cuenta atrás para no se sabe qué

Hace justo medio año rotulé el artículo que escribí el mismo día de la investidura fallida de Pedro Sánchez con el título "Cuenta atrás para el 26-J". Hoy, horas después de la investidura fallida de Mariano Rajoy, comienza la cuenta atrás para no se sabe exactamente qué. Tras la sesión de hoy que por un lado se puede catalogar como de histórica, ya que es la primera vez en la historia de España que el actual presidente del gobierno y candidato a la reelección tras haber ganado unas elecciones generales no obtiene la confianza ni mayoritaria ni relativa del congreso de los diputados, no sabemos muy bien cuál va a ser el desenlace de esta película que llevamos presenciando en vivo y en directo los españoles desde hace casi un año. Desde hace unas horas se habla de un nuevo intento por parte de Pedro Sánchez para intentar formar gobierno con Podemos y sus confluencias, así como con Ciudadanos o los nacionalistas. Por otro lado se habla de la posibilidad de que el rey no proponga a nadie por el momento, y que sean los políticos los que se pongan de acuerdo. Se habla también de la posibilidad de tener prácticamente encima la tercera convocatoria electoral que todavía no se sabe cuándo se celebrará (algunos hablan del 25 de diciembre y otros del 18 de diciembre). Y se habla de la posibilidad de que Mariano Rajoy vuelva a intentar la investidura para después de las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre. En resumen; nadie sabe exactamente qué va a suceder a partir de ahora. Tras la investidura fallida de Sánchez se daba por hecho la inminente convocatoria electoral del 26 de junio, pero tras esta investidura fallida de Rajoy, el futuro inminente de España no está para nada claro.

Personalmente creo que no va a haber otras elecciones generales en diciembre. Los motivos son muy sencillos: Las elecciones vascas y gallegas serán determinantes para el futuro apoyo de los nacionalistas vascos a Rajoy en una futura sesión de investidura aunque éstos ahora lo nieguen. Por otro lado no existe una alternativa real al actual presidente del gobierno, ya que Sánchez se resiste de momento a dar un paso al frente mientras que el PP tiene blindada la candidatura de Rajoy aún con el rechazo que desde Génova saben que despierta el actual líder conservador. También la insistencia enfermiza del gallego en mantenerse como única solución posible para el desbloqueo nacional hacen que cualquier vía para la vuelta a la normalidad democrática pase por investirlo a él y sólo a él como presidente del gobierno nuevamente. Las presiones e incluso amenazas con la que el actual gobierno en funciones está llevando la situación hace impensable que España entre en el año 2017 con el mismo ejecutivo después de celebrar unas terceras elecciones en diciembre. Por cierto, presiones y amenazas que hacen de este país cualquier cosa menos un sistema democrático. Es inimaginable que la actuación del gobierno del PP se aplicase a otro país de la Unión Europea. No me imagino a Angela Merkel, a Francois Hollande, a Matteo Renzi, o a Theresa May amenazando a los pensionistas o a los funcionarios con sus prestaciones y/o sueldos si no hay gobierno de manera inminente. Como tampoco veo a ninguno de estos líderes chantajeando a la sociedad con elecciones generales el mismo día de Navidad si el principal partido de la oposición no ofrece sin rechistar su abstención para la formación de gobierno. Por no hablar de la presión constante que el PP ejerce a través de los medios de comunicación para que el nuevo gobierno se ponga ya en marcha. Con actuaciones como estas ríase usted de lo que pase en Venezuela.

Con el resultado de esta tarde ha quedado más que demostrado que Mariano Rajoy es un cadáver político que se resiste a ser enterrado. Mañana sábado hay convocada una junta directiva en la sede del PP en Génova con el único propósito de respaldar al fracasado candidato y dar la imagen ante la ciudadanía de que Rajoy es y será el único candidato por el PP para presidir el gobierno. Con esto se lanza también una advertencia tanto al PSOE como a Ciudadanos cuando hablan de la posibilidad de que los populares propongan a otro candidato a la presidencia tras una renuncia previa de Rajoy. Por supuesto todos los partidos políticos son soberanos de tomar las decisiones que tomen oportunas, pero si yo fuese algún miembro de la junta directiva del PP me cuidaría mucho de apoyar indiscutiblemente a Mariano como candidato. El PSOE (Partido que aún con sus fallos, tiene más democracia interna que el PP) sigue pagando muy caro cinco años después las consecuencias de no haber retirado a tiempo a Zapatero cuando éste llevaba a España hacia la ruina económica y social. El PP ahora no quiere saber nada de la sucesión del pontevedrés, pero que pongan sus barbas a remojar cuando están viendo las del vecino cortar, porque los líderes se van pero los partidos siguen, y esto es algo que los señores del PP se resisten a creer.

Por mi parte sigo creyendo que Rajoy conseguirá la investidura después de las elecciones vascas y gallegas con el apoyo de Ciudadanos y de los nacionalistas. Otra cosa será lo que pueda durar ese gobierno. Quizás por este motivo sea por lo que el propio Rajoy tenga más interés que nadie en una repetición electoral en Navidad, ya que dichos comicios le darían unos resultados mucho mejores que los de junio y le permitirían gobernar con total tranquilidad. Aunque yo creo que un nuevo escenario electoral es inviable, tampoco hay que descartar para nada esta posibilidad, y más estando de por medio nuestro querido Mariano. Con un desenlace así nadie podrá echar al actual presidente de la Moncloa hasta que éste no terminase su mandato allá por 2020/2021 independientemente de lo que ocurra en el transcurso de esos cuatro años. Aunque lo ocurrido hoy sería motivo más que suficiente para que Rajoy diese un paso atrás y regresase a Galicia, su historial nos demuestra que hasta que no consiga jurar de nuevo su cargo ante el rey no descansará. Y hablando del rey tengo que añadir algo que creo que Felipe VI debería de hacer para cubrirse las espaldas en estos momentos de incertidumbre (Y lo dice uno que es republicano y antimonárquico). Por su bien debería de o bien llamar nuevamente a Pedro Sánchez para formar gobierno, o por el contrario no nombrar a nadie como candidato hasta que Rajoy tenga asegurados los apoyos necesarios para una nueva investidura. Si el rey decide nombrar de nuevo al presidente del PP como candidato sin tener éste los apoyos suficientes y arriesgarse a que dé un paso atrás posteriormente estará llevando a la corona nuevamente a otra crisis constitucional en la que se pondrá en cuestión y con toda la razón del mundo el papel de la monarquía y del resto de las instituciones políticas en el actual sistema parlamentario.

Volviendo al hipotético escenario electoral. Aunque insisto en mi escepticismo con respecto a este caso, adelanto desde ya que de confirmarse, mi voto iría nuevamente para Pedro Sánchez. Creo que es el único que por contra de lo que publican los medios de comunicación, ha llevado hasta ahora un papel digno de admiración. Se ha enfrentado contra los pesos más pesados del PSOE así como del sistema financiero español cuando éstos le han exigido la abstención de los socialistas en la investidura de hoy. Sánchez ha hecho caso omiso y ha anunciado sin césar que su abstención iría contra los principios de su partido y contra la opinión mayoritaria de sus votantes. Aunque nunca será presidente del gobierno y no comparto muchas de sus ideas reitero que este hombre se lleva mi admiración ante la campaña de acoso y derribo que desde todos los sectores del sistema se ha llevado a cabo contra él debido a su negativa rotunda a una abstención que supondría sin lugar a dudas la pieza del puzzle definitiva para la caída del PSOE en España en favor del Podemos. Escenario que sin duda sería el favorito de los conservadores, ya que con la desaparición del único partido de centro-izquierda en nuestro país en favor de otro más radical, los populares tendrían la excusa perfecta para utilizar el voto del miedo en beneficio propio partidista.

Insisto en lo que ya he expuesto aquí y vengo exponiendo desde diciembre; Rajoy conseguirá su objetivo de seguir al frente del gobierno aunque esto suponga llevarse por delante a la corona y al sistema político actual. Los motivos por los que el actual presidente del gobierno en funciones desea fervientemente seguir en el ejecutivo los ignoro, aunque me hago una idea de por dónde pueden ir los tiros. El PP tiene a partir de octubre una serie de juicios a los que enfrentarse debido a sus interminables casos de corrupción, y aquí el aforamiento de Mariano Rajoy como presidente aunque sea en funciones puede serle de gran ayuda si llegase el caso de ser llamado a declarar a juicio ya bien sea en calidad de testigo o de imputado. El tiempo de este hombre ya pasó y lo sucedido hoy en el congreso lo corrobora. Podrá ser investido de nuevo como presidente pero a menos que vayamos de nuevo a las urnas en Navidad y consiga un resultado cercano a la mayoría absoluta, su presencia en el gobierno puede tener los días contados. Aún así no sé qué va a ocurrir, pero sí sé que nos encaminamos hacia una dirección hasta ahora desconocida que puede llevarnos a un escenario peor. Quizás la única solución a todo esto fuese que los cuatro líderes de los principales partidos den un paso atrás, pero en esta España donde un ex ministro del gobierno acusado de estar implicado en los "Papeles de Panamá" es fichado por el actual gobierno para el Banco Mundial minutos después de acabar la fallida sesión de investidura de hoy, confirma que en un país donde los políticos toman a los ciudadanos como gilipollas integrales, la peor situación imaginable es la más probable en este vergonzante juego de tronos nacional.

viernes, 26 de agosto de 2016

¿Dónde está la izquierda?

Desde hace un tiempo a esta parte se viene hablando no sólo en España sino también en Europa de la crisis de identidad que sufre la izquierda debido al papel que ha venido desempeñando esta desde el año 2008 hasta la actualidad en lo concerniente a la crisis económica global que llevamos padeciendo y que parece no tener fin. Desde el año 2008 han sido más los gobiernos de centro-izquierda que los de centro-derecha los que han sufrido las consecuencias de las medidas que han venido impulsando los partidos socialdemócratas y/o socioliberales en el transcurso de la crisis. Haciendo un análisis rápido tenemos el ejemplo de Reino Unido, donde los laboristas llevan ya seis largos años en el desierto de la oposición desde que el ahora ex-primer ministro británico, David Cameron, llegase a Downing Street tras ganar las elecciones generales en mayo de 2010. Más crudo aún lo tienen los socialdemócratas alemanes, que desde la salida del ex-canciller Gerhard Schröder y la llegada de la democristiana Angela Merkel en octubre de 2005, viven en una crisis identitaria sin precedentes en el principal partido de la izquierda alemana mientras sostienen el gobierno de la CDU en coalición entre los dos partidos principales. En nuestro país, en España, la situación no es mucho mejor. Desde la salida de José Luis Rodríguez Zapatero del gobierno español en diciembre de 2011, la situación del PSOE no ha mejorado, todo lo contrario. Su caída en estos cinco años desde la salida de los socialistas de la Moncloa ha supuesto que éstos pasen de la escolofriante cifra de 169 diputados en agosto de 2011 a 85 diputados en agosto de 2016. La llegada de Podemos, liderada por Pablo Iglesias también ha supuesto un antes y un después en la vida centenaria del partido que en su día fundase otro Pablo Iglesias allá por mayo de 1879, viendo amenazo seriamente su liderazgo en la izquierda española. Pero si hay un caso que todos conocemos y que es el que más nos ha impresionado de todos es el de la izquierda en Grecia con el PASOK. De los 160 diputados obtenidos en las elecciones generales de 2009 con Yorgos Papandréu al frente, sólo conservan 15 en el parlamento Heleno en el año 2016, perdiendo el liderazgo de la izquierda en Grecia en favor del partido liderado por Alexis Tsipras; Syriza, y relegándolos a la indiferencia más absoluta dentro de la política griega.

Con todos estos ejemplos cabe preguntarse. ¿Qué ha fallado en la izquierda?, ¿Por qué la clase trabajadora ha dejado de confiar en los partidos tradicionalmente obreros?, ¿Por qué existe esa lejanía tan relevante entre los partidos socialdemócratas y sus votantes y ex-votantes?. Lógicamente un servidor habla desde su profundo punto de vista y el de nadie más, pero sin caer en la arrogancia y sin ser precisamente de izquierdas, creo que la teoría que a continuación voy a exponer es bastante compartida por muchas personas que en su día confiaban y votaban ciegamente a los partidos que ocupan escaño al lado izquierdo en los parlamentos de las naciones.

La izquierda es una posición política que nace al igual que la derecha política durante la Revolución Francesa, y que ha dado paso a determinadas ideologías que entran dentro del abanico de esta posición. La que más destaca es la del socialismo, cuyos principios en teoría propugnan la igualdad entre todas las personas, la defensa de los trabajadores, la crítica y destrucción de un sistema económico global, en este caso el capitalismo, por otro más igualitario, la defensa ferrea de un estado del bienestar donde todas las personas tenga asistencia a aquellas necesidades humanas más básicas; sanidad, educación, prestaciones sociales, etc... la defensa de un intervencionismo económico por parte del estado, así como su reconocido antinacionalismo y su posición en favor del internacionalismo, entre otras cuestiones... con el paso del tiempo esa idea del Socialismo ha ido desapareciendo y ha ido dando paso a posiciones más moderadas, como pueden ser la del socialismo democrático, representada por la socialdemocracia, o la del liberalismo social, representada por el socioliberalismo, dejando a un lado las posiciones creadas por Karl Marx en favor del Socialismo Científico, la Dictadura del Proletariado, la lucha de clases y el Comunismo. Personalmente tengo que reconocer el gran éxito que ha supuesto la implantación de políticas socialdemócratas en Europa a lo largo del siglo XX, las cuales han logrado un gran progreso en nuestra calidad de vida dentro de la sociedad en la que vivimos. Pero como escuché una vez, es bastante probable que la socialdemocracia haya muerto de éxito, y no es para menos. La implantación de gran parte de sus propuestas durante el pasado siglo han dejado patente que la misión de la izquierda podría haber quedado más que finalizada.

Desde la caída del Muro de Berlín y cuando los partidos socialdemócratas ya habían llevado a buen puerto grandes reformas sociales que requerían ser atendidas, se ha intentado renovar una imagen de la izquierda que en nada se corresponde con la de sus inicios. De partidos en defensa de los trabajadores y de un estado social se ha pasado a la imagen de partidos "progres" donde sus señas de identidad son el laicismo y el anticlericalismo más radical, la defensa de los colectivos LGTB, la de los colectivos de inmigrantes, así como la defensa acérrima de un feminismo radical que defiende la superioridad de la mujer por encima de la del hombre. Este posicionamiento por parte de las fuerzas de izquierdas ha supuesto de manifiesto la idea de que los partidos obreros han dejado de defender al colectivo por el que en su día nació, en este caso el colectivo de los trabajadores, en favor de la defensa de otros colectivos cuyas demandas no se ajustan en gran medida con la solventación de los problemas que la mayoría de la sociedad exige en pleno siglo XXI.

Otro factor que ha sido determinante y que pesa incluso más que el "progresismo guay y enrrollado" de la izquierda actual, es el de la "derechización" de los partidos izquierdistas. Podemos considerar que el padre de la izquierda neoliberal actual no fue otro que el ex-primer ministro británico, Tony Blair. El cuál llevó a efecto su famosa tesis de la "Tercera Vía", que suponía un posicionamiento intermedio entre el socialismo democrático y el liberalismo clásico. Esta corriente ideológica, que en la mayoría de los casos era más tendiente hacia la derecha que hacia la izquierda, fue la base de la política del ex-premier británico durante los diez años que duró su mandato al frente del Reino Unido, y que luego le costó a su sucesor, Gordon Brown su cargo en las elecciones generales de mayo de 2010. Lo mismo le sucedió a Gerhard Schröder en Alemania cuando presentó una serie de reformas en 2003 más propias de un partido liberal que de un partido socialdemócrata. Estas reformas, denominadas "Agenda 2010", que muchos catalogan como el adelanto de las reformas necesarias para hacer frente a la futura crisis económica, supuso en 2005 la caída de Schröder y el ascenso del partido conservador de Merkel. El caso de Zapatero es parecido al de Blair, que se presentó a la secretaría general del PSOE con la corriente "Nueva Vía" con la cuál emulaba la corriente del político británico. Aunque el ex-presidente del gobierno se diferenció de éste al posicionarse muy a la moderna izquierda progre llevando a cabo una serie de reformas "progresistas" durante su primer mandato, mientras que durante el segundo, y sobre todo en su último período de gobierno, llevo a cabo una política económica con claros síntomas neoliberales. Y para terminar tenemos el caso de Grecia, donde Papandréu, tras llegar al gobierno heleno en octubre de 2009, llevó a cabo la mayor aplicación de políticas neoliberales tras aprobar una serie de reformas económicas y recortes sociales nunca conocidos por ningún partido de izquierdas en Europa. Esta política le valió aún así la dimisión forzada a Papandréu en noviembre de 2011 y la imposición de un gobierno tecnócrata en Atenas.

Como se puede apreciar, tanto la aplicación de políticas neoliberales como la aplicación de políticas progresistas radicales han sido a mi juicio el detonante de la desaparición y caída en picado de la izquierda en una gran parte de los países de nuestro entorno. Es por ello por lo que la izquierda necesita dejar de ser la izquierda falsa que es actualmente al servicio de los mercados y las élites financieras para oprimir a la clase obrera. Necesita volver a sus orígenes y siempre dentro de la moderación reconvertirse en esa posición política que defendía de una manera noble los intereses de las clases trabajadoras. Necesita volver a ser esa posición política que defendía de una manera digna la igualdad entre todas las personas, y no de una manera impositiva, radical y discriminatoria como hacen aquellos que hoy en día se catalogan como "progres", los cuáles hacen un discurso radical en favor de las personas homosexuales, transexuales y/o bisexuales en detrimento en muchos casos de las personas heterosexuales, así como un discurso radical en favor de los inmigrantes, los cuáles muchos de ellos son personas que vienen de sus países de origen a los nuestros a delinquir y/o a asesinar. Pero por desgracia mientras los "progres" en cuestión sigan al frente de esa izquierda cautiva, seguirán incrementándose los gravísimos problemas sociales y laborales que padece la sociedad y que a ellos mismos no les interesa solucionar lo más mínimo, ya que éstos han sido quienes han traicionado sus ideales a cambio de una fuerte campaña de marketing global que se ha llevado por delante los principios básicos de las verdaderas señas de identidad de la izquierda. El progresismo radical y el neoliberalismo es el peor enemigo de la izquierda, y mientras ésta continúe abrazada a ambos, su fin definitivo está cada día más cerca.

sábado, 30 de julio de 2016

Terreno peligroso

Lo ha vuelto a hacer. Mariano Rajoy nos volvió a sorprender ayer cuando anunció en una deplorable rueda de prensa en Moncloa su disposición a "intentar formar gobierno" que le había conferido previamente el rey Felipe VI. Acto seguido, el presidente del gobierno en funciones dejó entrever para sorpresa de todos que no estaba dispuesto a acudir a la sesión de investidura si no reúne los votos suficientes para ser investido. Una vez acabada la rueda de prensa de la sí pero no aceptación de investidura, la presidenta del congreso, Ana Pastor, cuya función era la de anunciar una fecha más o menos aproximada de la supuesta investidura de Rajoy, termina su rueda de prensa sin anunciar ni una sola fecha. Pastor anunciaba que esa decisión tenía que consultarla con el presidente del gobierno y su jefe personal, Mariano Rajoy, dejando así bien clara la inexistencia de la separación de poderes entre el poder ejecutivo y legislativo español.

Personalmente no sé muy bien cómo definir esta situación. Yo comprendo que cuando un partido político, y un líder político gana unas elecciones, ya bien sean locales, regionales o nacionales, intente formar legítimamente gobierno porque así lo ha querido la ciudadanía con sus votos. Ahora bien, no todo es admisible en un estado que en teoría es "democrático", porque una cosa es buscar apoyos para gobernar y otra muy distinta es la de jugar sucio, que es lo que está sucediendo en este caso. Un servidor ha leído hoy muchos comentarios acerca de la decisión del jefe del gobierno de medio aceptar su candidatura a presidir el gobierno, y tengo que reconocer que hay ciertas cosas con las que hay que andarse con muchísimo cuidado. Se ha llegado a escuchar la posibilidad tan grotesca como la de que Mariano Rajoy va a intentar retrasar lo máximo posible su investidura, e incluso que intente gobernar de manera interina durante estos años sin necesidad de pasar por el Congreso para presentar su programa de gobierno y así continuar en la Moncloa aunque sea con un gobierno en funciones.

Hemos entrado en una situación que reitera mi opinión antes citada de que no todo vale en "Democracia". Y no lo digo sólo por el rumor anteriormente citado, que también, sino por la decisión de este señor de tomarse a la torera un artículo de la Constitución española al dejar en el aire su disposición de presentarse ante el parlamento. Si el jefe del gobierno español se salta las leyes a su antojo personal, ¿Qué mensaje está trasladando a las instituciones catalanas y al resto de la sociedad?, ¿Que es legítimo saltarse las leyes siempre y cuando vayan en contra de los intereses particulares?, ¿Que la Constitución española y demás leyes que forman el ordenamiento jurídico español son papel mojado que pueden ser violados cuando deseen los poderes públicos?, ¿Que España es un país a la altura de un país tercermundista donde las leyes pueden perfectamente ser interpretadas de la forma que mejor convenga en el momento oportuno? Esto ya es un puto cachondeo, señores. ¿Qué temor van a infundir a aquellos que quieren la autodeterminación de una parte del Estado saltándose la carta magna si el propio gobierno también se la salta públicamente en beneficio propio? Por cierto, supongo que el interesado habrá tomado constancia previamente del lío en el que ha metido también al actual jefe del estado. Un mandato recibido por el rey que el candidato puede declinar en contra de lo expuesto en la Constitución no es algo que afecte sólo a la persona que intenta formar gobierno, también perjudica gravemente y pone en jaque a la propia jefatura del estado y al poder legislativo español. Insisto, creo que el personaje en cuestión habrá medido los pros y los contras de esta decisión, aunque si no las ha medido tampoco importan mucho a estas alturas de la película.

Volviendo al rumor de antes, independientemente de su veracidad, el simple hecho de su existencia dice muchísimo acerca del sistema político en este país. De confirmarse no estaríamos sólo ante un semigolpe de estado, sino también ante la confirmación del peligro que supone actualmente la clase dirigente de un país muy jodido que no está ni para bromas ni para aventuras peligrosas. De hecho, lo sucedido ayer confirma una situación que roza la ilegalidad por culpa de una serie de personas que están llevando al límite una situación muy, insisto, muy peligrosa. Para terminar reitero por tercera vez lo dicho en esta entrada; no todo vale para conservar el poder cuando has ganado, como algunos están haciendo ahora mismo, ni todo vale para alcanzar el poder si has perdido, como algunos han hecho hace poco. Aquí no estamos hablando ya de cuestiones políticas, ni siquiera partidistas. Aquí entra en juego la falta de escrúpulos de una serie de individuos a causa de sus ambiciones personales y las graves consecuencias que pueden derivarse en clave colectiva para todos nosotros de la toma de decisiones tan peligrosas como las que estamos viviendo por parte de estos sujetos con ansias insaciables de poder.

jueves, 7 de julio de 2016

¿Quo Vadis, Mariano?

Casi dos semanas después de las elecciones generales del 26-J, todo sigue igual que antes. Mariano Rajoy sigue sin recibir apoyos para ser investido de nuevo como presidente, mientras que el PSOE se encuentra con el dilema de abstenerse en la investidura del candidato popular, o por el contrario, votar en contra y provocar unas terceras elecciones que serían fulminantes para el partido socialista. Sea cuál sea la decisión que tome el comité federal del PSOE, la legislatura que está apunto de comenzar tiene los días contados y a continuación voy a exponer los motivos por los que creo que así va a ocurrir.

Mariano Rajoy puede lograr salir investido como presidente del gobierno gracias a la abstención del PSOE, o al apoyo de C's, PNV, y CC. La cuestión a partir de entonces es: ¿Cuánto aguantará Rajoy?. Es verdad que el actual presidente en funciones es un tipo que sin lugar a dudas valdría para participar en el concurso de televisión "Supervivientes", posiblemente hasta fuese el ganador, ya que no creo que haya otra persona sobre la faz de la tierra que haya sobrevivido a más en la vida que el propio Mariano. Pero una cosa es la supervivencia política a la que ha llegado Rajoy hasta hace dos semanas, y otra muy distinta la lucha insistente que le espera a partir de ahora en relación a los pactos de todas y cada una de las leyes que deban aprobarse en el parlamento, los acuerdos a los que tenga que llegar con otros partidos para la aprobación de los sucesivos presupuestos generales del estado, el programa de reformas políticas, económicas y sociales que estará obligado a poner en marcha por parte de la presión insistente a la que será sometido día sí y día también por parte de los partidos de la oposición, los recortes que tendrá que llevar acabo el gobierno del PP en esta nueva hora de la crisis económica. Todo esto, así como la celebración del juicio del caso Gürtel, Bárcenas, Púnica, traerán de nuevo más de un quebradero de cabeza al gallego en esta próxima legislatura en la que su cabeza política va a estar expuesta a la guillotina durante los cuatro años que dure su mandato.

Ya lo dije hace unos días y lo reitero de nuevo: Mariano Rajoy no va a completar la legislatura que va a comenzar en España a partir del día 19 del presente mes. Las razones las acabo de exponer; Los partidos de la oposición, en especial el PSOE, no pueden permitirse abstenerse ante los recortes tan severos que les espera al gobierno del PP en estos años, no pueden tampoco permitirse abstenerse ante los PGE que redacten los populares de aquí al 2020, como tampoco pueden abstenerse sobre los proyectos de ley que el partido popular presente en la siguiente legislatura y que van en contra de los intereses de los partidos a los que he hecho referencia. Ante este panorama sólo queda una opción: Elecciones anticipadas para el próximo año ante la inestabilidad política y la difícil coyuntura que supone gobernar con tan sólo 137 diputados, o como muy tarde, para el año 2018. Lógicamente, si las elecciones se celebran para el año 2017, el gobierno podría prorrogar los presupuestos de 2016 hasta el año que viene. Si los comicios se celebran en 2018, es bastante probable que los presupuestos para ese año sean aprobados con el voto a favor de C's y de los nacionalistas vascos y canarios (Los cuales pondrán un alto precio encima de la mesa para dar a cambio sus votos en favor de los PGE). Lo mismo se puede decir de los recortes que el PP va a tener que aplicar en los próximos meses, y que cada vez hay más voces que apuntan a que tocarán esa materia tan sensible que nadie quiere ni oír hablar siquiera: Las pensiones. Ningún grupo parlamentario de la oposición se abstendrá, ni muchísimo menos votará a favor de más recortes sociales por mucho que Berlín y Bruselas así se lo exijan al gobierno español. Si por el contrario, algún partido votase a favor o se abstuviese por "sentido de estado" cuando llegue el momento de recortar más prestaciones sociales, o incluso las pensiones, se abrirá un nuevo frente social que nadie sabe qué consecuencias tendrá para nuestro país.

La corrupción también juega un papel trascendental aquí. Si en los próximos meses o años saliese a la luz algún otro escándalo de corrupción donde se viese envuelto en primera persona Mariano Rajoy, la petición unánime de elecciones anticipadas, o de dimisión hacia el actual presidente del gobierno en favor de otro miembro del PP será un hecho, sin descartar incluso la presentación de una moción de censura por parte del PSOE, Podemos y C's que lleve consigo el nombre de alguna persona independiente que provoque la decisión general de votar a ese candidato con el fin de sacar de una vez por todas al gallego de la Moncloa.

También existe la posibilidad de que la próxima legislatura sea igual de breve que esta última que hemos tenido, y que la falta de acuerdos para que haya nuevo gobierno provoque la repetición de unas terceras elecciones generales que algunos empiezan a dar por hechas. Los vascos ya han anunciado que votarán no a Rajoy en su investidura aunque los del PNV no dan por rotos todos los puentes, con lo que es bastante probable y así lo creo yo, que finalmente los del País Vasco se abstengan en favor del candidato popular con el fin de obtener a cambio importantes concesiones, incluso un acercamiento de presos etarras a Euskadi, Si finalmente hubiese elecciones generales de nuevo, se rumorea ya que cinco años después los españoles volveremos a votar un 20 de noviembre, o un 27 de noviembre como muy tarde. Por supuesto no hace falta decir que el candidato por parte de los conservadores volvería a ser Mariano Rajoy, el cuál podría conseguir un resultado mucho mejor que el obtenido hace casi dos semanas, a base de llevar a España a una situación de bloqueo político y económico por mera ambición personal. En cambio, el cartel de Podemos seguiría estando liderado por Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos por Albert Rivera, mientras que por parte del PSOE, Pedro Sánchez no sería casi con toda seguridad el cabeza de lista de los socialistas, y que se lamenten éstos si consienten lo contrario.

Vivimos una situación anómala. Si la falta de acuerdo predomina una vez más en la vida política española, los ciudadanos volveremos a votar por tercera vez en unas elecciones generales en menos de un año. Mientras que si finalmente se llega a un acuerdo "in extremis", (Escenario que yo creo que es el que se va a producir) la gravedad de la situación actual y los acontecimientos que se produzcan a partir de la constitución del nuevo gobierno provocarán la caída del ejecutivo dentro de dos años. Personalmente no creo en la posibilidad de que la legislatura acabe en los plazos que marca la ley aunque sea con otro presidente al frente del gobierno. Ahora sí me atrevo a decir que la carrera política de Mariano Rajoy está llegando a su fin. Volverá a ganar las próximas elecciones si se repiten y conseguirá seguir gobernando después de muchas negociaciones, pero la situación que se va a desarrollar a partir de ahora provocarán su caída dentro de cuarenta y ocho meses como muy tarde, y ahí sí creo que anunciará su retirada en favor de otro candidato/a del PP debido a que ya habría conseguido su objetivo: No ser el primer presidente del gobierno que no repite legislatura y que deja su tarea a medio hacer. Es por ello por lo que creo que el fin de la carrera política de Rajoy está más cerca que lejos en estos instantes, aunque viniendo de Mariano cualquiera sabe por dónde nos puede salir. Para terminar sólo voy a dejar una reflexión: ¿Le vale al actual presidente del gobierno seguir en el cargo que actualmente ocupa otra legislatura más sabiendo que su permanencia va a acarrear más problemas que soluciones a la sociedad española?. Ante esta reflexión sólo nos cabe preguntar ¿Quo Vadis, Mariano?, ¿Hasta dónde vas a arrastrarnos a todos para colmar una ambición personal? Mariano ya nos ha contestado con sus actos. Parafraseando a Buzz Lightyear, Rajoy nos responde: "Hasta el infinito y más allá".