jueves, 10 de noviembre de 2016

Ganó Trump, ¿Perdió el establishment?

Aunque me apasiona nunca he escrito sobre ella en este blog, pero hoy la ocasión lo merece sin duda alguna. Me refiero, por supuesto, a la política norteamericana. Han pasado ya cerca de 24 horas desde que el mundo se despertase hoy con la noticia, inesperada para muchos, esperanzada para algunos y temida para otros, de la victoria contundente del empresario y multimillonario candidato del partido republicano, Donald Trump. Empiezo felicitando al pueblo estadounidense por la valentía que ha tomado al votar a una persona que ha sido machacada incesantemente por los medios de comunicación del sistema desde que el ahora presidente electo de EEUU decidiese hace un año dar un paso al frente para disputarle a la ex primera dama y gran perdedora de las elecciones de anoche, Hillary Clinton, la presidencia de los Estados Unidos. Como no podía ser de otra forma debido a la incultura que padecemos por desgracia en nuestra sociedad, cuando hoy me enteré de la noticia de la victoria del partido republicano, una de las primeras cosas que hice fue leer los comentarios en las redes sociales. Mi sorpresa es mayúscula no porque la gente se lleven las manos a la cabeza por el triunfo del candidato republicano (Ya sabemos todos las escasas simpatías que Trump tiene fuera de EEUU gracias al gran trabajo de los medios de descomunicación y manipulación) sino por la tristeza generalizada por la derrota de Hillary Clinton y la indignación que ello ha ocasionado en gran parte de la población mundial. Personalmente debo añadir que he sentido gran vergüenza propia y ajena así como un asqueo bastante considerable cuando he leído uno tras otro los comentarios en apoyo a la candidata demócrata y su repulsa hacia un tipo que según los individuos indignados llaman "Racista, homófobo, machista, xenófobo, fascista, belicista, etc...". Al terminar de leer estos comentarios he podido comprobar que no sólo la sociedad española vive inmersa en una manipulación profunda. La población mundial está, cuanto menos, al mismo nivel que nosotros en lo que se refiere a información generalizada de los temas de actualidad, es decir, cero (Algo que considero bastante grave, ya que la población mundial cada vez se encuentra más manipulada y robotizada, además de estar más cerca de la sociedad Orwelliana de "1984" donde la voz de la prensa es la voz del sistema y la libertad de pensamiento está secuestrada en favor del sistema a través de la prensa). Más tarde me referiré a Hillary Clinton y a su marido, pero ahora quiero centrarme en Donald Trump, que es por mucho que les joda a una gran parte de la población mundial, el ganador de las elecciones y actual presidente electo de USA.

Tengo que añadir que cuando comenzó el proceso de primarias en el partido republicano no eché mucha cuenta de la candidatura de Trump, ya que estaba convencido de que las elecciones de anoche iban a disputarse nuevamente entre un miembro de la familia Bush, en este caso el hijo de George Herbert Walker Bush, y hermano de George Walker Bush; Jeb bush, y un miembro de la familia Clinton, en este caso la esposa del ex presidente de EEUU, Bill Clinton; Hillary Clinton. Cuál es mi sorpresa cuando observo que el candidato del establishment por el partido republicano, osease, Jeb Bush, está perdiendo las primarias del partido republicano en favor de un tipo multimillonario y ex presentador de un reality show que yo no conocía de antes pero que despertaba mucho interés allá por donde fuese; Donald John Trump. A partir de entonces comencé a indagar un poco sobre él y me sorprendió para bien algunas propuestas que defendía para USA y que con ello iba a beneficiar al resto de países aliados entre los que se encuentra España (TTIP, OTAN, Relaciones con Rusia, lucha contra el ISIS, refugiados...). Cuando finalmente Jeb Bush tiró la toalla y los republicanos dejaron vía libre a Trump para la candidatura a la Casa Blanca, me convenció definitivamente y creí que era un tipo que podría dar mucho juego a la situación actual en la que se encuentra inmersa el mundo. Desde entonces, aunque ya de por sí había una campaña bastante dura contra él desde los medios de comunicación, la campaña se recrudeció y empezaron a tildar a Trump cuánto menos de ser el demonio personificado. Tampoco ayudaba mucho a todo esto el lenguaje nada políticamente correcto de Trump, determinadas declaraciones que hacía eran aprovechadas por la prensa para arremeter contra él y tildarlo de ser una persona violenta que no respetaba ni a las mujeres, ni a los inmigrantes, ni a los homosexuales. Mientras los medios lanzaban a los infiernos a Trump, encumbraban a la candidata demócrata Hillary Clinton como la única persona capaz de detener a un "tipo peligroso que quiere destruir la democracia estadounidense" y que posee la experiencia suficiente para ser la primera mujer en ser la presidenta de EEUU. Con el paso de los meses la campaña se recrudecía cada vez más hasta el punto de ser tildada para muchos como una de las campañas electorales más sucias que se recuerdan. Los candidatos se echaban por tierra todos sus "puntos flacos". Mientras Clinton acusaba a Trump de ser un tipo peligroso, enemigo de los homosexuales, los inmigrantes y las mujeres, éste por su parte acusaba a Clinton de ser una candidata auspiciada por el establishment y no capacitada para ser presidenta de Norteamérica (Esta última acusación fue dicha también por el propio Barack Obama durante las primarias demócratas que los enfrentaron a ambos en 2008). Una vez empezada la campaña electoral, la salud de Clinton, así como la publicación por parte de Wikileaks de unos emails irregulares concernientes a ésta durante su etapa como secretaria de estado marcaron gran parte de la carrera a la Casa Blanca pero sin el grito puesto en el cielo por parte de los medios de comunicación aún con los altos y graves contenidos secretos que contenían dichos correos. Sin embargo la publicación de un vídeo del año 2005 donde Trump hace un comentario acerca de las mujeres, sí conduce a la prensa a poner el grito en el cielo y a exigir al partido republicano la destitución de Trump como candidato. Muchos miembros del partido republicano mueven ficha durante esos días para apartar al empresario de la candidatura tras anunciar éstos su decisión de no votarlo en las elecciones presidenciales. Finalmente el intento de destituir a Trump como candidato a sólo un mes de las elecciones queda en nada, aunque la tensión seguirá siendo la protagonista durante toda la campaña presidencial. Dicha situación se ha prolongado hasta esta misma noche pasada en la que los norteamericanos han dicho "basta" a más gobierno demócrata y han puesto fin al deseo de los Clinton de regresar a la Casa Blanca, así como a los ocho años de presidencia de Obama con el regreso de los republicanos al gobierno federal de la mano de Trump.

La cuestión ahora es; ¿Por qué ha ganado Donald Trump las elecciones americanas?. Para mí la respuesta es muy sencilla; los americanos han votado cambio, pero no ese cambio que prometió Obama en 2008 y que luego resultó ser simples palabras vacías llevadas por el viento. Los estadounidenses han votado romper con todo lo establecido hasta ahora y reconducir otra vez a una nación que vive sus horas más bajas en mucho tiempo. Hay quienes dicen que Estados Unidos es el Imperio Romano del siglo XX y XXI, y que el presidente de los Estados Unidos es el nuevo Emperador romano de nuestra época, y tienen razón. Pero al igual que Roma, USA está también en pleno proceso de decadencia. Sinceramente no puedo decir el momento exacto que Estados Unidos comenzó su declive, pero la presidencia de George Bush hijo y los atentados del 11-S son determinantes a la hora de iniciarse este proceso. Aún así se puede considerar que esta situación ya viene de muy atrás. Concretamente desde la presidencia de Ronald Reagan (Para muchos, el padre del neoliberalismo actual y primer responsable del sistema socioeconómico actual), seguida por la presidencia de George Bush padre, donde la Guerra del Golfo contra Saddam Hussein fue decisiva para los conflictos que posteriormente se sucederían, y más tarde la presidencia del marido de Hillary; Bill Clinton. Aquí me quiero detener para analizar varias cuestiones acerca de la presidencia de Clinton. Bill Clinton hereda de Bush padre una situación económica bastante nefasta con unos índices de desempleo bastante considerables. La famosa frase "Es la economía, estúpido" le llevará en 1993 a la presidencia con 46 años desalojando a un Bush de 68 años que tenía garantizada la reelección en 1992 gracias a la victoria en la Guerra del Golfo. Una vez en la presidencia, Clinton inicia una serie de reformas que en teoría serán el origen de la remontada en la economía estadounidense. Este buen período con el paso de los años ha demostrado ser una farsa en la que la economía americana estuvo envuelta durante los años 90 hasta el año 2008. Los buenos datos de la economía que deja Clinton en 2001 no son más que un puro espejismo que Bush hijo explotará aún más hasta su estallido en septiembre de 2008. Es por ello por lo que se puede decir que uno de los grandes responsables del estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense fue el propio Clinton junto con su sucesor en el cargo, Bush hijo. También es bastante curiosa la forma en la que Clinton trata el asunto de la lucha contra el terrorismo durante su presidencia. En una entrevista ya como ex presidente en 2002, Clinton reconoce que en un momento dado de su mandato tuvo la posibilidad de asesinar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, pero sin saberse a día de hoy los motivos, decidió finalmente no hacerlo. Es bastante curioso que el presidente americano no decidiese dar muerte cuando tuvo la ocasión al líder de una organización terrorista que suponía un gravísimo peligro para Estados Unidos y que finalmente decidió dejarlo escapar, teniendo como consecuencia los atentados que cambiaron la historia del mundo y la vida de todos nosotros; el 11-S. También hay que tener en cuenta la actitud que adopta Clinton en diciembre de 1998 cuando está en pleno proceso de "impeachment" por el escándalo sexual de Mónica Lewinsky. En un momento determinado, Clinton, para distraer a la opinión pública del caso que le podía costar la presidencia, de la infidelidad y humillación a Hillary Clinton, y del proceso de destitución al que estaba siendo sometido en ese momento, decide bombardear Irak en la famosa "Operación Zorro del Desierto". Esta acción tendrá consecuencias muy graves también después de su presidencia. En resumen, se puede considerar que la presidencia de Clinton supone junto con la de Reagan y Bush padre un punto y aparte en la decadencia de USA. Pero por supuesto, cuando oficialmente comienza el deterioro del "Imperio" es durante la presidencia de Bush hijo. El comienzo de su mandato coincide con la llegada del siglo XXI y el III milenio, y con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 (Unos atentados que poco después de llegar al gobierno, Bush es informado del peligro de su perpetración, a lo que éste hace caso omiso sin saber hoy en día por qué). Atentados con los que Bush aprovecha para crear la mayor ley de restricciones de derechos y libertades a la población americana en pos, según el gobierno americano, de proteger a la ciudadanía del terrorismo (Patriot Act), dando paso posteriormente a la guerra inmediata contra Afganistan y en 2003, al igual que su padre 13 años antes, en Irak contra Saddam Hussein. Bush anuncia entonces en 2002 su plan de invadir Irak con el falso testimonio de la existencia de armas de destrucción masivas en poder de Saddam Hussein. Posteriormente y ya en 2003, Bush declara la guerra a Irak, pero tras la invasión del país y la posterior caída del poder, captura y ejecución de Saddam, el gobierno americano reconoce no encontrar esas armas por las que declaró en su día la guerra a Bagdad. Por supuesto no hace falta decir que Bush y su gobierno sabían de antemano la no existencia de esas armas químicas, pero el gobierno estadounidense encontró en esta la excusa perfecta para invadir un país que ya estaba en el punto de mira de Estados Unidos desde hace mucho tiempo por una simple cuestión: el petróleo, por el que el gobierno de Bush se vio ampliamente beneficiado una vez invadido el territorio iraquí. La guerra contra el terror sigue durante todo el mandato de Bush y la economía le explota en la cara cuatro meses antes de abandonar la presidencia en septiembre de 2008. La famosa burbuja inmobiliaria creada por Clinton en los 90 y continuada por él, estalla llevándose consigo también toda la economía mundial, dando con ello comienzo a la mayor crisis financiera y económica global desde la gran depresión. Tras rescatar a la banca americana (Algo ilógico viniendo de un supuesto liberal) y con la victoria en las presidenciales de un desconocido senador afroamericano de 47 años llamado para ironías del destino o no, Barack Hussein Obama, prometiendo cambios en Estados Unidos y en el mundo, Bush hijo deja el despacho oval tras una nefasta presidencia con la que sí comienza oficialmente el declive del "Imperio estadounidense". Ya en 2009 comienza el mandato del que muchos llaman el "Presidente del cambio". Como si de un mesías se tratase (Nunca olvidaré las escalofriantes imágenes de un grupo de mujeres latinoamericanas rezándole a fotos de Obama al día siguiente de su victoria en las elecciones como si fuese un dios) Obama comienza la presidencia prometiendo el paraíso terrenal y nombrando a Hillary Clinton secretaria de estado, pero con el paso del tiempo Obama demuestra que no es ese ser sobrenatural que los medios de comunicación del establishment habían hecho creer al mundo. Su determinación de cerrar la prisión cubana de Guantánamo no se llega a producir, su decisión de retirar las tropas de Irak es aplaudida por muchos pero criticada por otros, y su idea de cambiar radicalmente la sanidad estadounidense queda finalmente en una pobre reforma que aunque beneficiosa en muchos casos, es muy insuficiente a lo que prometió Obama en su día al pueblo americano. Su momento más "dulce" lo vive en mayo de 2011 cuando consigue lo que ninguno de sus predecesores había conseguido antes; matar a Osama Bin Laden (Aunque todavía es un misterio si finalmente consiguieron matar a Bin Laden o no, ya que el gobierno americano jamás publicó ninguna foto de su cadáver), pero la decisión de intervenir en Libia para derrocar a Gadafi con el apoyo entusiasta de Hillary (Por los mismos objetivos que los de Bush al invadir Irak: el petróleo) y la intromisión en Siria, donde el interés y la obsesión por parte de Obama y Clinton de deshacerse de al-Ásad les conduce incluso a financiar y a vender armas a los rebeldes sirios que posteriormente crearán el Estado Islámico, hacen de la política exterior de los demócratas una gestión criminal e irresponsable que ahora paga muy caro occidente y en especial el continente europeo debido a las muertes que han provocado aquellos que en su día el gobierno norteamericano con Obama y Clinton a la cabeza financiaron y comercializaron con armas. Ya en 2013, la decisión casi segura de Obama de atacar Siria se queda en nada cuando Rusia anuncia en el último momento su apoyo al líder sirio si Washington interviene en Damasco. Tras esto, Obama da marcha atrás en el último instante, dejando la reputación militar estadounidense por los suelos. Posteriormente, la política de Obama tanto a nivel interno como a nivel externo se minimiza y su última etapa queda marcada por los atentados del ISIS en Europa, el problema de la discriminación racial en América del Norte, y el fin del embargo a Cuba. Con todo esto llegamos a noviembre de 2016, con Trump de presidente electo, y Hillary y Obama apartados del poder (Los cuáles quedarán en mi opinión marcados para siempre y con toda la razón del mundo, como los primeros responsables de la creación del Estado Islámico, tanto por acción como por omisión), porque aunque la derrota recaiga en Hillary Clinton como candidata, esta es también la derrota que recibe el todavía presidente Obama como consecuencia de sus pésimos ocho años en la Casa Blanca.

Después de exponer lo acaecido en Estados Unidos a lo largo de estos 20 años, reitero el porqué de la victoria de Donald Trump en la noche de ayer. Los americanos quieren un cambio, quieren romper con todo lo que llevan vivido durante estas últimas décadas, y sobre todo quieren un cambio real cuanto antes. Las decepciones de los últimos mandatarios, en especial la de Obama (El cuál ha sido sido más un personaje televisivo y de redes sociales, y un producto de marketing que un presidente durante sus ocho años de mandato), han hecho mella en el pueblo estadounidense y no creen ni esperan ya nada de los políticos "profesionales" que llevan varias décadas mintiendo a la población desde Washington. Es por ello por lo que han elegido hace 24 horas como presidente de la nación más poderosa del mundo a un multimillonario y empresario alejado de la política, que aunque no sea muy políticamente correcto a la hora de hablar, sí ha demostrado que tiene un lenguaje completamente distinto a los de esos políticos "profesionales", que llega y conecta con el sentir verdadero de la población norteamericana de 2016, asqueada y harta de sus gobernantes y de su establishment. Es por ello también por lo que Hillary Clinton, que representa mejor que nadie ese establishment que componen la clase política, económica y financiera, junto con la Reserva Federal, la CIA, el FBI, y Wall Street, ha recibido un varapalo electoral que sería verdaderamente justo que fuese acompañado de su entrada en la cárcel por haber inundado junto con el todavía presidente Obama, a todo occidente de un grupo terrorista que ellos mismos han estado involucrados en su creación. Ahora por desgracia ya es tarde para volver a atrás, pero sí hay tiempo aún para recomponer lo que han dejado los anteriores gobiernos no sólo en Estados Unidos sino también en el resto del mundo, y que tanto daño han hecho.

Por último quiero añadir un par de cosas más sobre Donald Trump. Personalmente no sé si dentro de dos meses, cuando tome posesión como presidente de los EEUU, nos engañará a todos y será simplemente uno más de los presidentes que ha tenido la historia de USA (Si es así entonces es cuando sí podemos darlo todo por perdido). Yo en estos meses que lo he seguido en su campaña me ha dado la intuición de ver en él algo nuevo y distinto que no había visto en otros candidatos a la presidencia. Puede que sea un tipo que sólo busca poder, puede que sea lo que algunos llaman "disidencia controlada", o puede que sea un tipo que va por libre y que verdaderamente quiere cambiar las cosas. Sólo el tiempo lo dirá, pero el simple hecho de hablar las cosas que ha hablado durante la campaña electoral (Trapos sucios de los Clinton y de su fundación, las críticas al ex presidente Bush en su actuación en el 11-S, y las críticas al partido demócrata, pero también al republicano y a muchos de sus miembros, entre otras cosas) y de haber derrotado a una representante del sistema como es Hillary Clinton (La cuál por cierto tenía mucho interés en plantarle cara a Rusia y a Putin con unas consecuencias que no me quiero ni imaginar) tiene para mí un voto de confianza. Yo espero no equivocarme en mi opinión sobre Trump y espero y deseo que tenga la mayor de las suertes en este momento en el que Estados Unidos necesita de verdad un liderazgo claro y conciso, y en un momento en el que están cambiando demasiadas cosas en el mundo a un rito más rápido del que estamos acostumbrados. Enhorabuena Donald, espero que tengas éxito en tu tarea. Ya que de ese éxito saldrá beneficiado no sólo EEUU, sino también el resto del mundo.

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