miércoles, 11 de septiembre de 2024

Marco Aurelio: El emperador filósofo


"¿Cuál es la duración de la vida del hombre? Un punto en el espacio. ¿La sustancia? Variable. ¿Las sensaciones? Oscuras. ¿Qué es el cuerpo? Futura putrefacción. ¿Su alma? Un torbellino. ¿Su destino? Un enigma. ¿Su reputación? Dudosa". Esta es una de las líneas más características y que a mí personalmente más me gustan de la obra del emperador Marco Aurelio, "Meditaciones". La obra filosófica por la que el padre del controvertido Cómodo ha pasado a la historia y que toma sus bases en las doctrinas del pensamiento estoico. 

Y es que el personaje de Marco Aurelio es uno de los más fascinantes de la historia, pero que por desgracia en la actualidad es conocido por todos no por el hecho de haber sido emperador de Roma y uno de los filósofos más relevantes del movimiento estoico, sino por ser uno de los personajes principales en "Gladiator", lo cual da una idea del nivel de cultura del personal. Una película, la de "Gladiator", que por supuesto está bastante bien y que yo recomiendo absolutamente, pero que no se ajusta a los hechos que realmente sucedieron en la vida del emperador romano. 

Algunos creerán todavía que Marco Aurelio designó como su sucesor a un general de las legiones Felix llamado Máximo Décimo Meridio con el propósito de que éste restableciese la República Romana tras la muerte del emperador. Nada más lejos de la realidad. Marco Aurelio fue un ferviente defensor del Imperio Romano y gobernó con mano firme pero serena Roma durante los casi veinte años que ejerció el poder. Pero claro, el personal solo se queda con lo que dice una película taquillera de Hollywood y no se interesa por lo que realmente hay detrás. Así nos va.

Marco Aurelio fue un tipo bastante peculiar, el cual se podría decir que representa lo más cercano a la figura del gobernante perfecto, o al menos a un intento de lograr este objetivo. Defensor del estoicismo nacido en la Antigua Grecia, Marco Aurelio creía fervientemente en las ideas principales de esta corriente filosófica: Preocuparse por cambiar lo que realmente está en tu mano y dejar pasar o resignarse ante aquello que no se puede cambiar y que está fuera del alcance de uno. Una corriente filosófica bastante interesante y atractiva, aunque yo personalmente me inclino más por el pesimismo filosófico que defendía Schopenhauer. Y que conste que quien escribe esto no es un apasionado de la filosofía, pero reconozco que de vez en cuando me intereso por ella. 

A la vez que se formaba y se convertía en un tipo culto y en un hombre de filosofía, Marco Aurelio se convirtió en César después de la muerte del emperador Antonino. Cabe decir que nuestro protagonista no gobernó solo en sus primeros años, sino que co-gobernó con su hermano adoptivo y futuro yerno, Lucio Vero, el cual se convertiría en marido de una de sus hijas, Lucila. Finalmente, y tras la muerte de Vero, su hija quedó viuda y Marco Aurelio pasaría a gobernar solo el Imperio. 

Cabe decir que la época de la dinastía de los Antoninos, la cual se inició con el emperador Nerva, fue sin lugar a dudas la mejor época del Imperio Romano y la más pacífica, además del periodo en el que el Imperio alcanzó sus cuotas más altas de territorios bajo su poder (Incluída obviamente nuestra actual España, que ya llevaba siglos siendo territorio del Imperio Romano). Es por esto por lo que se denomina a este periodo como el de "Los cinco buenos emperadores" (Excluyendo obviamente al último de los Antoninos: Cómodo).

Y todo ello bajo el gobierno de dos grandes emperadores hispalenses, como fueron Trajano y Adriano (Sí, los sevillanos también hemos dado emperadores sabios y ejemplares, entre otras cosas). Marco Aurelio heredó pues un Imperio rico y extenso y gobernó en la Edad de Oro del mundo romano, la cual se iría al traste después de su muerte con la llegada al poder de su hijo Cómodo. 

Marco Aurelio gobernó durante casi veinte años (Desde el 161 hasta el 180 d.C) caracterizándose su reinado por un ambicioso plan de reformas, sobre todo en materia civil. Finalmente, y tras años fuera de Roma como consecuencia de estar al frente de sus tropas en las consecutivas guerras que el Imperio padeció en aquel momento, en sus últimos años volvería a compartir el poder al designar como co-emperador a su hijo Cómodo, al cual designó a su vez como su sucesor. En el año 180, Marco Aurelio fallecería a la edad de tan solo 59 años y dejando el recuerdo de un gran gobernante y un reputado filósofo, un recuerdo que perdura hasta nuestros días. 

El caso de nuestro protagonista es, en mi opinión, bastante interesante; ya que como he dicho anteriormente, Marco Aurelio representa como nadie el perfil de un buen gobernante que se guía por la filosofía para desempeñar lo mejor posible sus funciones como líder. A su vez se valió de la filosofía para comprender mejor el alma del ser humano y finalmente la usó como herramienta para, a través de sus obras, dejar un rico legado de consejos y advertencias a todo aquél que lea sus escritos. En la actualidad ya no existen, por desgracia, políticos así. Lo más cercano que hemos tenido los españoles es a Mariano Rajoy y sus célebres frases inconscientes y surrealistas, lo cual lo dice todo. 

En definitiva, Marco Aurelio no fue realmente un tipo que designó a un general que no existió para que restableciese una República en la cual no creía, sino que fue un emperador reformista y filósofo que con su muerte puso fin a la denominada Pax Romana por la que se caracterizó la etapa de los Antoninos, pasando a una etapa mucho más controvertida y oscura, como fue la protagonizada por su hijo Cómodo. 

Una etapa que ha dado mucho que hablar y que ha llevado al filósofo y emperador romano a ser uno de los protagonistas de diversos libros sobre este periodo, así como a ser uno de los personajes principales de célebres películas basadas en el final de su mandato y el inicio del reinado de su hijo: "La caída del Imperio Romano" y "Gladiator" (La original, no el desecho que ahora va a estrenar Ridley Scott con la segunda parte a finales de este año). 

A este respecto debo añadir que personalmente, y a pesar de la brillante interpretación que realizó hace veinticuatro años el gran Richard Harris en "Gladiator", me quedo con la inigualable interpretación de otro gran actor británico como fue Alec Guinness en "La caída del Imperio Romano", hace ahora justo sesenta años; el cual supo darle, en mi opinión, un perfil más ajustado en base a la personalidad tranquila, reflexiva y filosófica del emperador romano. 

Por último, y para terminar esta entrada, acabo con una reflexión que Marco Aurelio hace en "Meditaciones": "Dentro de breves instantes tu cuerpo no será más que cenizas, osamente desecadas; solo quedará un nombre, ¿Qué digo un nombre?, ni esto siquiera". Pues bien, visto el legado y la profunda huella que dejó aquél que escribió esas líneas, sin duda no solo sigue siendo recordado por su nombre, sino que, aunque muchos lo recuerdan simplemente por una película, otros muchos lo recuerdan como el emperador que a través de su filosofía llevó a Roma a su máximo esplendor. Ese es el recuerdo con el que, al menos yo, veo a un hombre irrepetible en la historia: Marco Aurelio. 

domingo, 8 de septiembre de 2024

No se nos permite saber


Hace unos días vi una vez más (Ya he perdido la cuenta de las veces que la he visto) la extraordinaria película magistralmente protagonizada por el carismático Richard Gere. Me refiero a una de mis películas favoritas de terror psicológico: "Mothman, la última profecía". Esta película se basa en los hechos reales que ocurrieron en un pequeño pueblo estadounidense de Virginia Occidental, el cual se sitúa en la frontera con el estado de Ohio: Point Pleaseant.

La película, aunque se toma cierta licencias, narra los sucesos sobrenaturales que se vivieron en este pequeño pueblo entre los años 1966 y 1967, donde una extraña criatura no humana de dos metros de altura, ojos rojizos y enormes alas, al cual denominaron Mothman y que muchos definieron como una polilla gigante, se aparecía a varios de los habitantes de esta localidad, causando el pánico y la histeria entre éstos. 

A la misma vez se produjeron en este territorio encuentros extraños y telepáticos por parte de un supuesto extraterrestre que se hacía llamar Indrid Cold y que, según él, provenía de un planeta llamado Lanulos. La aparición de este sujeto, el cual las personas que entablaron contacto con él describían como un tipo alto, con una permanente y perturbadora sonrisa en su rostro y el cual se relacionaba con los habitantes del pueblo a través de la telepatía, fue uno de los muchos otros sucesos que se vivieron en Point Pleaseant y otros lugares de Virginia Occidental en el periodo 1966-1967.

La zona vivió otros fenómenos paranormales donde se produjeron durante el periodo 1966-1967 avistamientos de OVNIs, apariciones en el pueblo de individuos extraños al cual se les ha conocido popularmente como "los hombres de negro", los cuales acudían a visitar a aquellas personas que habían visualizado al Mothman, a Indrid Cold e incluso los OVNIs. En el libro que escribió el periodista John Keel, y en el cual se basa la película para narrar los hechos, los miembros que fueron visitados por estos sujetos los describieron como seres extraños, de alta estatura, delgados, pálidos, vestidos de negro y con un comportamiento extraño e incluso no humano. 

Parece ser que estos individuos acudían de forma imprevista a las casas de los testigos para amenazarles, advertirles y/o insinuarles que no hablasen sobre lo que habían visto, desapareciendo de la misma forma misteriosa e imprevista a como habían llegado. Pero aquí no quedó la cosa, ya que también se vivieron durante aquellos meses sucesos extraños como interferencias electromagnéticas, premoniciones, mensajes extraños, llamadas por teléfono donde se emitían chirridos e incluso voces misteriosas, apariciones de otros individuos no humanos y entidades sobrenaturales, avistamientos de pájaros gigantes con aspecto humano por la zona de Virginia Occidental, etc. 

Finalmente, y como desenlace a todo aquello, la historia de estos fenómenos sobrenaturales terminaron un 15 de diciembre de 1967, cuando el puente de esta localidad se vino abajo, provocando la muerte de cuarenta y seis personas. Muchos contactados y testigos de los sucesos paranormales producidos en Point Pleaseant afirman que tuvieron premoniciones acerca del derrumbe de ese puente, lo cual lleva a la conclusión que todo lo que ocurrió en aquel pequeño pueblo fue la antesala o aviso por parte de esas entidades sobre lo que iba a ocurrir. 

De hecho, aunque Indrid Could ni ningún otro ser visto en aquellos meses ha sido visto de nuevo, Mothman por el contrario sí ha sido visto en otras partes del mundo después de los sucesos de Point Pleaseant, concretamente en lugares donde poco después han ocurrido catástrofes. De esta forma se podría determinar que esta criatura conocida como "El hombre polilla" es quien provoca, o al menos presagia con su presencia, esas catástrofes en los lugares en los que ha sido visto por todo el mundo.

Debo decir que la película de Mothman la vi por primera vez cuando era niño, pero no fue hasta el año 2019 cuando la vi nuevamente despues de varios años y debo reconocer que me llamó bastante la atención todo el misterio que envuelve a esta película y los sucesos reales que se vivieron en la zona en la década de los 60s. Tras verla por televisión logré comprar tiempo después tanto la película en DVD como el libro en el cual se basa la producción protagonizada por Richard Gere: "Las profecías del Mothman", de John Keel. Desde aquí animo a todo el que esté leyendo esta entrada a comprar la película y el libro, aunque ya aviso que es difícil adquirirlos. 

Pues bien, debo decir que tanto la película como el libro son extremadamente buenos, y nos da una idea sobre los extraños sucesos que se vivieron en aquel lugar durante aquellos turbulentos años 60s. Unos años en los que Estados Unidos estaba bajo la presidencia de Lyndon B. Johnson, sumergida profundamente en la guerra de Vietnam. Una guerra que también hay que decir, no está exenta de enigmas. 

Y no me refiero a las cuestiones político-militares que se vivieron y discutieron en este periodo, sino a las vivencias que muchos soldados estadounidenses afirmaron haber vivido en las selvas vietnamitas, donde aseguraron ver criaturas extrañas de más de dos metros de altura, serpientes gigantes de más de treinta metros, criaturas sobrenaturales que se escondían en la noche, los cuales podían verse gracias a los destellos rojos provenientes de sus ojos, etc. 

Todo ello nos da una idea de que no se ha contado siquiera la cuarta parte de lo que se vivió hace sesenta años en Vietnam. E insisto, no me refiero a las cuestiones políticas y militares (Que también), sino a los fenómenos paranormales que muchos aseguraron ver durante aquel conflicto bélico que tanto daño causó. Por no hablar de los experimentos altamente secretos que se usaron durante aquel conflicto por parte del gobierno de EEUU con respecto a los soldados, y que dio pie a la película "La escalera de Jacob".
 
Pero volviendo a los fenómenos sobrenaturales de Point Pleaseant, son muchas las incógnitas que rodean a aquellos eventos. Se ha llegado a decir que todo lo que se vivió en aquel tiempo fue un experimento del gobierno de EEUU o de una agencia ultrasecreta dependiente del gobierno americano con el objetivo de averiguar cuál era la reacción de la población ante fenómenos de ufología, criptozoología, entidades sobrenaturales, extraterrestres, ultraterrestres, multidimensionales, etc. De esta forma, el gobierno o las agencias gubernamentales habrían "sacado a pasear" a estos seres (Lo cual indica a su vez que los tendrían ocultos en algún lugar), con el objetivo de comprobar hasta dónde llegaría la reacción humana al ver a estas criaturas. 

De ser así habría que preguntarse ¿Qué información poseen los gobiernos, especialmente el de Estados Unidos, sobre lo desconocido que ignoramos el resto de la sociedad? ¿Qué tipo de material tienen en su poder y hasta dónde llega el contacto de la civilización humana con otras civilizaciones extraterrestres e incluso ultraterrestres? Porque lo que quedaría claro de todo esto sería el hecho de que EEUU no solo posee material tecnológico avanzado y ajeno a la civilización humana, sino que también tendrían contacto e incluso podrían tener bajo su protección a seres ajenos a nosotros con el objetivo de que éstos colaborasen con el gobierno e incluso pudiesen experimentar con la raza humana u obtener materiales procedentes de la tierra para su beneficio. 

Obviamente ya estaríamos entrando en el ámbito conspiranoico y en las múltiples tesis que este asunto genera entre la población, pero hay que reconocer que las innumerables teorías que rodean a fenómenos como este y a otros muchos no hacen sino preguntarse qué es lo que realmente hay a nuestro alrededor y cuánto se nos oculta a la humanidad del origen de nuestra especie, de nuestra finalidad en la vida, de nuestro destino, del porqué de nuestra existencia... en definitiva, las respuestas a todas y cada una de las preguntas que nos hacemos el ser humano y sobre las cuales yo ya escribí sobre ello hace un mes en este blog.  

Otra de las teorías que han circulado sobre este asunto sería el hecho de que estuviésemos hablando de seres ultraterrestres/multidimensionales, procedentes de otro universo o dimensión paralela a la nuestra, los cuales serían hostiles hacia nosotros y no buscarían nada bueno de nuestra especie. Esta teoría se basaba en que todo lo ocurrido durante aquellos meses fue consecuencia de un agujero de gusano o portal dimensional por el cual estos seres aparecían y desaparecían a su antojo. 

Esta es una de las teorías que John Keel afirma en su libro, "Las profecías del Mothman" y en otras dos obras que escribió en su momento, tituladas "La octava torre" y "Operación caballo de Troya", y parece ser que es una de las teorías por las que el autor más se inclina. De hecho Keel no dio bastante credibilidad a la hora de considerar que estas entidades fuesen extraterrestres, ya que él pensaba que todo obedecía más a un fenómeno ultraterrestre que extraterrestre.

Otra teoría que también John Keel baraja en sus obras es el hecho de que estamos ante fenómenos de origen demoníaco. Y que todo lo que vemos y oímos acerca del fenómeno OVNI y de las apariciones de seres y criaturas monstruosas y sobrenaturales estarían relacionadas con entidades demoníacas y malignas (Entre los que incluye a hadas, duendes, brujas, vampiros, etc), ajenas obviamente al plano terrenal. Pese a ello, parece que Keel siempre se inclinó, como ya he indicado anteriormente, por la teoría ultraterrestre/multidimensional que por darle una explicación religiosa y/o mitológica al respecto, aunque tampoco la descartaba completamente. 

En lo que a mí respecta ya dije en la entrada que publiqué hace un mes titulada "¿Algo en lo que creer?" que a día de hoy no creo en nada, aunque tampoco descarto en absoluto que pueda haber algo más allá de nosotros. De hecho es incluso hasta lógico en cierta forma que exista algo, ya que nuestro día a día y el hecho de estar simplemente aquí dudo que sea por una mera casualidad o por una evolución biológica que ha ido desarrollándose a lo largo de millones de años para pasar del Australopithecus al Homo Sapiens, aunque todo podría ser. 

¿Pudo producirse en un momento determinado una intervención o, mejor dicho, un experimento de manipulación genética por parte de entidades ajenas con respecto a nosotros para convertirnos en lo que somos? Seguramente. ¿Somos el origen de la creación de Dios a través de Adán, Lilith (No olvidemos que en los textos sagrados apócrifos se habla de Lilith, mientras que en el Génesis se omite) y posteriormente de Eva? Ni de coña. A estas alturas ya no me creo esa versión de un Dios misericordioso y bondadoso que solo quiere el bien para sus hijos tras haberlos creado para no se sabe qué. 

Ya comenté hace un mes cuál era mi opinión actual acerca de las religiones, de Dios, de Jesús, del Diablo, así como de los ángeles y los demonios y no voy a hacer más hincapié en ello. Pero sí diré que de existir un Dios, o un ente supremo sobre el ser humano, no es para nada lo que se nos ha dicho en los textos sagrados. Es por ello por lo que la teoría de los demonios a la que se refiere Keel no le doy personalmente mucha relevancia, aunque, al igual que Keel, también reconozco que no debería ser descartada en absoluto, ya que cualquier teoría es posible. 

Lo que está claro es que jamás sabremos la verdad sobre lo que hay a nuestro alrededor. Ni sabremos el origen verdadero ni el sentido de la vida, ni de lo que pueda haber, si es que hay, más allá de la muerte, ni de quién o quiénes nos han creado, ni de lo que somos ni del por qué estamos aquí. Del mismo modo, tampoco sabremos nunca lo que nos rodea; ni la energía invisible que puede haber a nuestro alrededor, ya sea benigna o maligna; ni los seres y entidades que puedan existir en un plano ajeno y/o superior al nuestro. 

Ni tampoco sabremos jamás cuestiones como la supuesta existencia de civilizaciones previas a la nuestra aquí en la tierra; o la vida extraterrestre o ultraterrestre; o la reencarnación; o las supuestas bases ultrasecretas como el Área 51; o la supuesta vida intraterrestre e incluso la vida que algunos creen fervientemente que existe más allá de la Antártida; o la verdadera identidad de los hombres de negro; o lo ocurrido en Roswell en 1947; o los límites del universo; o la existencia de dimensiones/universos paralelos; o la veracidad o no de los hechos narrados en los textos sagrados; o las apariciones marianas; o la existencia de Dios, Jesús, el Diablo y demás entidades sobrenaturales mencionadas en la Biblia. 

Como tampoco sabremos lo que realmente ocurrió en Point Pleaseant, o si realmente existió Mothman, Indrid Cold y todas esas criaturas y entidades sobrenaturales que los habitantes de Virginia Occidental afirmaron haber visto. Nunca sabremos si todo fue verdad o alucinaciones producto de la histeria y el pánico colectivo. Y si realmente fue verdad, nunca sabremos quiénes eran en realidad todas estas entidades ni qué querían exactamente. Del mismo modo, nunca sabremos lo que ocurrió realmente en Vietnam con respecto a esas presencias sobrenaturales durante la guerra, ni de ningún otro fenómeno paranormal que se tenga o no constancia. 

Ni tampoco sabremos jamás lo que son realmente los OVNI. Aunque con respecto a esto último debo decir que creo personalmente que los avistamientos y este tipo de objetos no son más que aparatos militares de alta tecnología y secretos, propiedad de las principales potencias mundiales. Pero obviamente, esto es solo una opinión personal. Lo cierto y verdad es que nunca sabremos, como he dicho anteriormente, lo que son realmente. 

Todo esto me lleva a una escena (Para mí, una de las mejores) de la película Mothman, donde el personaje de John Klein (El cual interpreta brillantemente el gran Richard Gere) y el personaje de Alexander Leek (Interpretado magistramente por otro grande del cine, como era Alan Bates) hablan acerca de la experiencia de Leek sobre lo que le ocurrió a él antes de conocer a Klein. 

En un momento de desesperación por la situación en Point Pleaseant, Klein va en busca de Leek (Al que ya conocía) y le pregunta qué fue lo que le pasó a él. Tras contárselo y comentarle que no desea volver a saber nada de los sucesos paranormales que vivió ni desea seguir buscando respuestas, Klein le pregunta a Leek "¿Pero no sientes la necesidad de saber?"; ante esta pregunta Leek le responde "No se nos permite saber", respuesta que deja a Klein impactado.
 
Quizás esa y no otra sea la mejor respuesta que se puede dar de estos fenómenos que escapan a nuestro conocimiento y de todo aquello que he comentado en esta entrada. Quién sea, o quiénes sean, (Y en esto incluyo tanto a esas entidades sobrenaturales como a los propios gobiernos e instituciones humanas que manejan información sobre ello) no nos permiten ni nos permitirán saber jamás lo que hay detrás de la cortina. Lo cual demuestra, en mi opinión, que algo muy oscuro hay acerca de nuestro mundo, nuestra existencia y todo lo que nos rodea, y que nada bueno puede haber detrás de todo esto. 

Esa y no otra es la auténtica realidad. Y a falta de respuestas solo nos quedan las teorías y suposiciones para el resto de los mortales. Por ello, y al igual que Pilatos le pregunta a Cristo, debemos nosotros preguntarnos igualmente ¿Qué es la verdad? Los Evangelios Canónicos dicen que Cristo no respondió a esta pregunta, lo cual nos deja, al igual que Pilatos, con la intriga permanente de no saber nunca qué es la verdad. 

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Luis XIV/Pedro Sánchez: El Estado soy yo


Corría el año 1655 cuando un joven Luis XIV pronunció una frase por la que pasaría a la historia: "El Estado soy yo". Esta frase (La cual se ha dicho posteriormente que no pronunció y que se trata de una frase apócrifa) ha servido, con independencia de su veracidad o no, para ilustrar la forma de poder despótico y absoluto que los monarcas ejercían en el Antiguo Régimen. Un sistema absolutista que Luis XIV representó mejor que nadie a lo largo de sus setenta y dos años como rey de Francia. Un reinado extenso que aún hoy nadie ha logrado superar. Ni siquiera la reina Isabel II, que en el momento de fallecer hace ahora dos años, llevaba a sus espaldas un extenso reinado de setenta años sobre Reino Unido y los demás países de la Commonwealth. 

En el caso de Luis XIV es lógico que una persona de estas características pronunciase una frase como esta. Personalmente no soy muy dado a creerme las frases que se ponen en boca de alguien pero que no están documentadas. Aún así, e incluso suponiendo que el denominado "Rey Sol" no hubiese pronunciado jamás esta frase, insisto en que es lógica que la hubiese pronunciado. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que estamos hablando de un tipo que nació y fue educado para reinar, con lo que en un monarca es comprensible desde su punto de vista que él mismo se vea como la propia personificación del Estado que lidera.

Y más si tenemos en cuenta que esta frase no la pronunció un monarca actual, acostumbrado a un sistema constitucional o parlamentario, sino un monarca de la Edad Moderna donde el poder ejecutivo, legislativo y judicial recaían a su vez en una misma persona: el rey. Todo ello, obviamente, fue cambiando a raiz de la Revolución Francesa tanto en Francia como en el resto de países europeos donde el monarca tenía poder absoluto para hacer y deshacer a su antojo, en un sistema donde la desigualdad, la injusticia y el lujo de la clase dominante frente a la pobreza del pueblo eran el pan nuestro de cada día. 

A pesar de ello, Luis XIV gobernó durante más de siete décadas de forma regia y personalista una Francia que en aquel momento era una de las principales potencias europeas bajo un régimen despótico en el cual la decandencia y los excesos del Antiguo Régimen se hacían cada vez más visibles e insoportables. En 1715 Luis XIV fallecería como rey tras un extenso reinado y sin que nadie lograse derrocarlo. Ese "honor" le sería concedido a su pariente y sucesor, Luis XVI, cuatro años después del estallido de la Revolución Francesa de 1789.

Y aunque parezca que con la Revolución Francesa y la posterior ejecución de Luis XVI y María Antonieta había terminado el sistema absolutista y la personificación del Estado en su líder, en la España del año 2024 la situación no parece ser muy diferente en el fondo a la que se vivía en la Francia gobernada por los Borbones. Y es que hoy nos hemos enterado de dos noticias bastante peculiares. Por un lado se ha logrado un acuerdo para que una magistrada progresista y cercana al PSOE llamada Isabel Perelló sea nombrada nueva presidenta del Consejo General del Poder Judicial, y con ello presidenta del Tribunal Supremo. De esta forma se pone fin definitivo a los seis años de interinidad que llevaba el CGPJ desde la expiración de mandato del último gobierno judicial en 2018. 

Un nombramiento, consensuado con el PP de Feijóo, donde una vez más el PSOE de Pedro Sánchez ha conseguido posicionar en la más alta institución judicial del Estado a uno de los suyos. Concretamente a una magistrada muy cercana a la actual ministra de Defensa, Margarita Robles. Sánchez ve así consumado su asalto al poder judicial, aunque para conseguirlo haya tenido que repartirse los cargos del CGPJ con Feijóo, el cual no quería quedarse sin su pedazo de pastel en este apetecible reparto, como no podía ser menos.

 "¿Asalto al Poder Judicial? Ni hablar... a menos que el asalto sea a medias". Ese y no otro era el verdadero eslogan del PP en este periodo de interinidad judicial que ha durado seis años y en el que el PSOE y el PP no se han puesto de acuerdo hasta ahora para poner fin a esa interinidad. De esta forma, Sánchez consigue asaltar una nueva institución del Estado: el CGPJ, y con ello el Tribunal Supremo. Nada ni nadie hay quien se le resista a un Sánchez imbatible que continua imparable en su idea de hacerse con todas las instituciones estatales. Y más ahora en la que el juez Peinado podría poner fin a la instrucción del caso que afecta a Begoña Gómez y elevarlo al Tribunal Supremo si finalmente decide, como se ha ido comentando, que solicitará al TS la imputación de Pedro Sánchez. 

Cabe recordar que en el caso de Sánchez, al ser éste presidente del gobierno, el juez no tiene competencia alguna para imputar a un jefe del ejecutivo. Esta decisión recaería en la Sala Segunda del Tribunal Supremo (En este caso, la sala de lo penal). Una decisión que con una nueva presidenta afín al PSOE en esta institución se vislumbra más difícil que nunca. Como se puede ver, Sánchez lo tiene todo atado y bien atado para que nada ni nadie escape a su poder absoluto y personalista. Y más cuando hablamos de casos de corrupción que salpican a su familia, a su mujer y a él directamente. Sánchez es pues la versión contemporánea y española de Luis XIV. 

Pero aquí no acaba la gracia. Pocas horas después de enterarnos de la designación de la progresista Perelló como nueva presidenta del Poder Judicial, el gobierno ha anunciado el nombramiento del actual ministro de Transformación Digital y Función Pública, José Luis Escrivá, como nuevo gobernador del Banco de España. Ahí es nada. Todo un ministro actual del gobierno pasará a ser dentro de unos días gobernador del Banco de España. Supongo que desde Moncloa habrán pensado que una vez metida, se mete hasta el fondo; y eso es lo que han hecho hoy. Conseguir finalmente la designación de una de sus afines en el Poder Judicial y a las pocas horas anunciar el nombramiento del ministro Escrivá como nuevo gobernador. 

Dos asaltos institucionales en un solo día. Eso sí, desde el PP han llorado públicamente cuando se han enterado que Escrivá (El cual Sánchez quería destinarlo como gobernador sí o sí) ha sido designado oficialmente para el cargo. Pobrecillos, supongo que en protesta por este nombramiento no consensuado por parte de Sánchez ahora harán como los niños que se encogen y aguantan la respiración cuando se enfadan. Pero solo durante cinco segundos, no vayan a marearse los nenes. 

En un solo día Pedro Sánchez ha conseguido hacerse con la principal institución económica del Estado y con las dos principales instituciones judiciales: el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Todo ello tras haber logrado hace casi dos años su objetivo de hacerse con el control del Tribunal Constitucional. Una institución que ya solo sirve para indultar por la puerta de atrás a malversadores y corruptos pertenecientes al PSOE y a dar el visto bueno a las leyes inconstitucionales que aprueba el gobierno.

Y aquí no acaba la cosa, ya que dentro de unos días se estrenará definitivamente en TVE el polémico programa presentado por David Broncano "La Revuelta", el cual ha sido finalmente fichado por la cadena pública después de la intervención directa de Pedro Sánchez. Un fichaje que se llevó a cabo tras la destitución de la ex presidenta de RTVE, Elena Sánchez, la cual se negó a fichar a Broncano por la descomunal cifra que su fichaje llevaba consigo. Tras su destitución, Sánchez ha nombrado a la actual presidenta de RTVE, Concepción Cascajosa, afín al PSOE y hasta su nombramiento militante socialista (Según ella, se dio de baja voluntariamente para que su militancia no fuese motivo para atacar su gestión), la cual finalmente ha accedido a los deseos/ordenes del presidente del gobierno y ha fichado a Broncano con la descomunal cifra de catorce millones anuales por tres temporadas. 

Cuarenta y dos millones de euros en total que saldrán del erario público, con independencia de que el programa de Broncano tenga éxito o no. Y es que una de las cláusulas estipula que el formato se seguirá emitiendo (Y Broncano cobrando, obviamente) con independencia de las audiencias que tenga el mismo. Y todo esto es fruto del deseo de Sánchez de fichar a este sujeto a toda costa, con el fin de arrebatarle audiencia al programa de Pablo Motos en Antena 3 "El Hormiguero". Una obsesión de Sánchez por Motos que es fruto de la paranoia del presidente del gobierno, el cual cree que Motos dirige un programa que va en contra de su gobierno. Ante esta paranoia ¿Qué mejor que hacer uso de tus poderes como presidente de facto de RTVE para fichar a un sujeto afín a ti y tener un programa de humor que defienda tus intereses desde la televisión pública? Sánchez controla ya absolutamente todas las instituciones y organismos del Estado, y RTVE ha sido otra de las instituciones que ya están bajo su control. Por ello ¿Qué mejor forma de controlar la televisión pública que creando un formato donde se defienda tu gestión y de paso machaque en términos de audiencia a quienes, según Sánchez, están contra él? 

Esta es la España despótica y personalista de Pedro Sánchez, cuyo nombre va unido al del Estado, como en 1655 diría supuestamente Luis XIV con respecto al Estado francés. Un Pedro Sánchez que, según se ha anunciado en los medios, ha estado durante este fin de semana pasado de vacaciones privadas en Andorra junto a su mujer, Begoña Gómez. Unas vacaciones privadas en las que sin embargo se ha llevado a personal de Moncloa y donde la modestia no ha sido la principal característica del presidente del gobierno, ya que el lujo y el coste excesivo tanto del jet privado en el que ha acudido a Andorra como el hotel donde se ha hospedado han hecho gala en todo momento en esas supuestas vacaciones privadas que realmente tienen un coste público. 

Todo ello mientras ha estado hospedándose este verano (Como viene siendo habitual en los presidentes del gobierno) en el palacio de las Marismillas en Doñana y posteriormente en el lujoso palacio de la Mereta en Lanzarote. Y es que como diría Óscar Puente, Sánchez es "El puto amo" y él decide qué, cómo y cuándo se utiliza el Patrimonio del Estado, ya que para eso es el dueño absoluto del cortijo. Como se puede apreciar, el presidente del gobierno no se destaca por su humildad ni por su austeridad en el gasto. 

Y es que Pedro Sánchez, a diferencia de Luis XIV y por mucho que le joda, es un hijo de vecino como otro cualquiera (Aunque en su caso convendría utilizar otro término parecido pero menos agradable). A pesar de ello, Sánchez se cree, al igual que el monarca francés, un tipo elegido por la Providencia o el destino para gobernar al populacho del que él forma parte. Estamos pues ante un sujeto que se cree por encima del bien y del mal, y todo aquél súbdito que ose criticar su exceso modo de vida, su gobierno y/o la corrupción de su hermano, de su cuñada, de su mujer o de él mismo es un fascista peligroso que merece ser llevado a la Justicia que sus afines dirigen. Esa es la España de Pedro Sánchez y esa es la España que algunos creen que va a caer más pronto que tarde mientras el jefe del gobierno continua asaltando con éxito las instituciones de la mano del PP y se consolida cada vez más mientras extiende su poder e influencia hacia el resto de los organismos del Estado. 

Pero bueno, aquí el que no se consuela es porque no quiera. Supongo que en el siglo XVII los franceses pensarían lo mismo del Rey Sol (Nombre que se asocia históricamente a Luis XIV cuando éste tomó como emblema de su reinado el sol), y sin embargo se murieron la mayoría de ellos antes de que Luis XIV no lograse ser destronado y acabase sus días como rey en plena vejez y tras un extenso periodo de gobierno. Aquí el personal parece creer lo mismo, y espera que Sánchez acabe más pronto que tarde fuera del gobierno. 

Pero con una leal oposición que acuerda con él el reparto de los altos cargos en las instituciones del Estado ¿Quién puede pensar a día de hoy que esa supuesta oposición quiere descabalgar a Sánchez? Quizás en el PP han pensado lo mismo que los rojos pensaba cuando protestaban contra la dictadura: "Contra Franco vivíamos mejor". Quizás eso mismo piense Feijóo y sus acólitos, que "contra" Sánchez seguirían viviendo mejor que destronándolo. Un Sánchez que vive como Dios viviendo a costa del personal mientras ejerce un poder absoluto, corrupto y despótico. 

A fin de cuentas es comprensible ¿Qué sería de Pedro Sánchez sin el poder? Absolutamente nada. Por eso, y al igual que Luis XIV, Sánchez hará todo lo posible y lo imposible para mantenerse indefinidamente en el poder mientras el lujo, los excesos, el despilfarro, la tiranía y la corrupción se consolidan como los ejes centrales de su gobierno. Quizás Luis XIV se haya reencarnado en Pedro Sánchez y aún no lo sabemos, pero lo que es seguro es que al igual que el monarca francés, Sánchez cree que nació para gobernar; y que su periodo de gobierno no sería algo transitorio en su vida, sino permanente. Y esto es bastante preocupante: la férrea convicción de un tipo que cree que el poder está hecho solo y para él y que sin éste no es nada. Todo ello mientras mantiene una actitud chulesca y vacilante ante todo el personal que le mantiene, incluidos los suyos (Aunque esto a ellos, como buenos palmeros que son, les encanta). 

A pesar de que Sánchez con sus actos ha demostrado sobradamente ser la versión 2.0 de Luis XIV, todavía no le hemos visto decir públicamente la frase que se le atribuye al que fuera rey de Francia: "El Estado soy yo". Aunque visto el nivel de aguante (El cual es digno de estudio) y de ignorancia del pueblo español, no sería de extrañar que el presidente del gobierno dijese de forma altiva esta frase como aquellas que pronunció recién llegado a la Moncloa: "Yo soy el presidente del gobierno y haré lo que quiera en la Cámara" o "¿De quién depende la Fiscalía? (Del gobierno) pues ya está". 

Y lo más surrealista y preocupante de todo no sería que Sánchez se marcase un Luis XIV y proclamase a los cuatro vientos "El Estado soy yo", sino que la gente lo aplaudiría o cuando menos le serían indiferentes estas palabras; lo cual demostraría que el verdadero problema no sería Pedro Sánchez, ni Alberto Núñez Feijóo, ni el bipartidismo, ni los Borbones, ni siquiera el sistema partitocrático y la clase política corrupta que padecemos al completo, sino el propio pueblo español. 

Los franceses aguantaron la forma tiránica de gobierno de Luis XIV hasta su muerte, y solo setenta años después se levantaron contra el absolutismo y el despotismo. Aquí en España, pasará Pedro Sánchez, pasará el PSOE, pasará Feijóo, pasará el PP y todos los partidos políticos actuales y futuros, pero el despotismo y la corrupción permanecerán al no haber nadie con los cojones suficientes para levantarse contra el sistema actual. Y eso es lo verdaderamente preocupante.