viernes, 25 de febrero de 2022

Comienza la guerra


En la noche de ayer se ha producido la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Una invasión que ha estallado hace justo 24 horas y con la que todos nos hemos despertado hoy. Lo que nadie, entre ellos yo, creía que jamás fuese a ocurrir ha acabado sucediendo. Putin ha consumado su amenaza y ha comenzado a bombardear el territorio ucraniano mientras el ejército de dicho país se ha rendido prácticamente ante los rusos, dejándole a éstos vía libre para tomar Kiev, lo cual sucederá en las próximas horas ante la evolución vertiginosa de los acontecimientos. Unos acontecimientos que dejan ya una cifra de más de 130 muertos, los cuales serán desgraciadamente más a medida que avance la invasión. 

Esta declaración de guerra por parte de Putin supone la confirmación de las intenciones del Kremlin de recuperar lo que en su momento fue territorio ruso durante el periodo de la Unión Soviética. Un territorio que ha estado en disputa muchos años y cuyo desenlace se ha producido hoy con la declaración de guerra de Rusia hacia Ucrania. Cabe decir que a estas horas de la noche, los rusos han tomado ya la histórica central nuclear de Chernóbil, y se espera que en pocas horas alcancen la capital, donde ya se encuentran a poco más de 30 kilómetros. Todo esto ante una Comunidad Internacional que se encuentra en estado de shock y que jamás pensó que Putin cumpliese finalmente sus amenazas.

Y es que desde Washington se ha dado esta tarde una respuesta tibia y débil ante el ataque de Rusia. Una respuesta que se ha basado simplemente en la condena ante dicho ataque y en la decisión de Estados Unidos de imponer sanciones al país ortodoxo. La misma respuesta que se ha producido tanto desde la Unión Europea como desde la OTAN, los cuales han dejado, por así decirlo, con el culo al aire al presidente de Ucrania, el cual creía que tanto EEUU como la OTAN no iba a permitir jamás el ataque que se ha producido hoy. 

Debo decir que en este sentido el presidente ucraniano debería de ser un poco más prudente y reconocer que los primeros que no han salido en defensa de la propia Ucrania han sido sus fuerzas armadas. Y es que seamos adultos, ¿Quién va a arriesgarse a dar su vida frente a un gigante como Rusia? Todo aquel que decida jugársela frente a los rusos sabe que tiene todas las de perder, por eso ni el ejército ucraniano se ha atrevido a defenderse ni por eso la Comunidad Internacional lo ha hecho tampoco.

Por mi parte debo reconocer que me equivoqué cuando creí que Putin jamás tendría los cojones suficientes de iniciar una guerra. Como dije hace unas semanas, lo consideré perro ladrador pero poco mordedor. Hoy se ha demostrado que no ha sido así. Pero de lo que no me he equivocado ha sido cuando afirmé que un ataque de Moscú hacia Kiev provocase lo que algunos llamaban ya la Tercera Guerra Mundial. Ya dije que si ese escenario se producía, como finalmente ha ocurrido por desgracia, solo llevaría consigo la imposición de sanciones económicas, políticas, comerciales... pero nunca un ataque de la Comunidad Internacional contra Rusia, la cual está bien cubierta de las sanciones que ahora le van a caer gracias a sus acuerdos con China. Una China que en las últimas horas, tras ver la facilidad con la que Putin está logrando la victoria en Ucrania se está planteando la posibilidad de invadir por su cuenta Taiwán, lo cual supondría de nuevo otro varapalo para la Comunidad Internacional, y sobre todo contra Estados Unidos.

Demasiado supone para Biden el hecho de dar una imagen de debilidad frente a una potencia mundial como Rusia para encima darla de forma doble si los chinos también realizan su propia operación militar. La en teoría primera potencia del mundo siendo humillada por la segunda y tercera. Un suceso bastante desolador para Biden y Estados Unidos tras la polémica salida de los americanos de Afganistán el año pasado. Pero como ya he dicho, por mucho que la situación se desborde, esto no va a provocar que nos encaminemos hacia un escenario bélico a nivel mundial, ya que entonces las consecuencias serían desastrosas para todos. Y esto es un hecho por mucho que ahora se estén mandando tropas al este de Europa para proteger a los países de dicho entorno. 

Por otro lado cabe destacar la imagen patética y lamentable que estamos dando desde España por culpa del impresentable gobierno que padecemos. El hecho de que tengamos en la frontera con Rusia más de 800 soldados, así como cazas y buques no hace más que situarnos en una posición delicada frente a los rusos y que sin duda estoy seguro que tendrá sus consecuencias dentro de poco tiempo. 

En definitiva, nos encontramos ante una grave situación en la que Rusia está a punto de recuperar el territorio ucraniano, y en la que esperemos que sus ambiciones imperialistas queden ahí, ya que se está hablando de la posibilidad de que Putin extienda su amenaza hacia países que a diferencia de Ucrania sí pertenecen a la OTAN y que por ende una eventual invasión nos situaría en un escenario distinto al que estamos presenciando en las últimas 24 horas. Casi con toda seguridad esto acabará en menos de una semana, pero las consecuencias para todos serán devastadoras.

lunes, 21 de febrero de 2022

Tenemos Sánchez para rato


Con la que está cayendo en estos momentos sobre el Partido Popular, y la imposibilidad de que VOX pueda formar gobierno si éstos se convierten en primera o segunda fuerza política (Salvo que Santiago Abascal logre mayoría absoluta), todo parece indicar que tendremos al actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez, al frente del gobierno de la nación para varios años, quizás décadas. Unas circunstancias insólitas que hacen que el jefe del ejecutivo solo tenga que acomodarse en su sofá de la Moncloa para ver pasar a los cadáveres políticos de sus adversarios mientras él sonríe tranquilo de su perpetuidad en el poder.

Jamás pensé que el tipo que llegó en junio de 2018 al gobierno de España con los peores resultados de su partido, y el cual ha llevado a cabo todo tipo de pactos con los enemigos del país, fuese a perdurar tanto en la gobernabilidad del Estado. Y es que todo se lo debemos a la irresponsable actitud que la dirección del PP ha estado ejerciendo hasta ahora. La última, como ya escribí ayer por aquí, la de investigar a Isabel Díaz Ayuso tras recibir la dirección popular un dossier sobre el hermano de ésta por parte de Moncloa. 

En toda esta crisis que se ha abierto como consecuencia del espionaje a Ayuso, lo más lógico es que dicha crisis afectara tanto al PP como al PSOE, ya que éstos son los que en estos momentos ocupan el gobierno de la nación y los únicos con capacidad de haber hecho llegar al PP la documentación sobre el hermano de Ayuso. Pero no ha sido así: Pablo Casado se está llevando toda la responsabilidad, y con razón, de esta crisis, mientras que en Moncloa Pedro Sánchez se ríe de la crisis que está llevando al PP a su extinción como partido político. 

Una afirmación como la que pronunció Isabel Díaz Ayuso el pasado jueves hubiese supuesto que en un país meridianamente serio y democrático se alzasen voces tanto para el gobierno de la nación como para el principal partido de la oposición, pero nada de eso ha ocurrido. El gobierno de Sánchez ha vuelto a salir indemne de un escándalo político que en otro lugar habría provocado la convocatoria de elecciones generales inmediatas y la renuncia de Pedro Sánchez a presentarse a esas elecciones tras su criminal y desastrosa gestión al frente del gobierno de España. 

Pero si por alguna razón Pedro Sánchez convoca elecciones generales será para aprovechar la crisis profunda que está atravesando el PP y ganar de forma relativa las elecciones con el objetivo de que los que queden del PP tras los comicios se arrodillen ante él y acepten o bien formar un gobierno de coalición junto al PSOE, o bien convertirse en su principal socio de gobierno. De esta forma Sánchez se quitaría de encima a los podemitas, etarras e independentistas y se echaría en brazos de un partido de centro, lo cual le daría cierto aire de moderación tras haber presidido durante cuatro años el gobierno más radical de este último siglo. 

También por otro lado, Sánchez tiene garantizada su estancia en Moncloa por una sola excusa: La de amenazar a la sociedad española con la llegada al gobierno de VOX, los cuales si se celebrasen elecciones generales a día de hoy se convertirían en la principal alternativa de Sánchez. Con Santiago Abascal convertido en el futuro líder de la oposición, Sánchez podría hacer y deshacer a su antojo desde el gobierno convencido de que bastaría una sola amenaza con el ya conocido eslogan de "Que viene la derecha" para garantizarse otros cuatro años más de presidencia. Algo propio de un sistema unipartidista y totalitario pero que por determinadas razones hemos acabado padeciendo en España. 

Ya en enero de 2017 escribí una entrada alegando que España se había convertido en un país unipartidista. Por entonces gobernaba Rajoy y nada ni nadie parecía que fuese a sacarlo de la Moncloa. Pero llegó la sentencia de la Gürtel y Rajoy tuvo que dejar el gobierno tras la moción de censura presentada por Sánchez. Ante esto cabe preguntarse ¿Cuál es la diferencia entre Rajoy y Sánchez? Que Rajoy ocupaba el poder sustentado por una débil mayoría, mientras que Sánchez tiene en estos momentos cualquier opción para poder mantenerse en el poder. Tiene a los podemitas, a los etarras y a los independentistas, por no hablar de C's, del PDeCAT o el PNV. Y tal y como están las cosas en el PP no es descartable que Sánchez se apoye en éstos, tal y como he comentado antes.

En definitiva, Sánchez tiene todas las de ganar. Ha asistido a la caída política de sus adversarios uno por uno, y a pesar de haber realizado una gestión criminal frente a la pandemia, y una política de enfrentamiento y división entre los españoles, las encuestas siguen dándole al actual jefe del ejecutivo la victoria en unas elecciones generales. Y en los supuestos en los que el PSOE pierde unas elecciones, ya se producen las circunstancias especiales para provocar que se hable de otra cosa que no sea la derrota de los socialistas en unos comicios, como ya hemos visto con la derrota estrepitosa del PSOE en Castilla y León. El PSOE pues nunca pierde, y si pierde se habla de los resultados del adversario en lugar de los suyos. 

Podemos decir pues que Sánchez tiene lo que en algunos países orientales se conoce como la Baraka. Esa especie de suerte que hace que con independencia de las circunstancias, él salga triunfante de las mismas. Se pudo corroborar por ejemplo cuando se produjo la famosa votación de la reforma laboral, donde de no haber sido por el no error del diputado del PP (El cual aún no ha sido cesado ni ha dimitido), la reforma del gobierno no habría salido adelante y en estos momentos puede que se estuviese hablando más que nunca de la convocatoria anticipada de elecciones y de la ruptura del pacto de gobierno con Podemos. Pero no fue asi, por un solo voto Sánchez consiguió su propósito y ahí sigue, reforzado por sus adversarios y tranquilo por la estabilidad de su gobierno a pesar de las circunstancias. 

Con el control de la mayoría de las instituciones y organismos del Estado, así como con el apoyo absoluto de los medios de comunicación, Sánchez tiene asegurada una presidencia puede que incluso más larga que la que en su día tuvo Felipe González. Se dice que Adolfo Suárez había advertido a sus más cercanos de permanecer en la Moncloa hasta el año 2010. Finalmente no fue así, ya que se vio obligado a dimitir en 1981. Aznar y Zapatero se retiraron tras dos legislaturas, mientras que Rajoy y González no están a día de hoy en el gobierno porque a ambos se les echaron. Sánchez, por ironías de la vida ha pasado de ser el presidente con el gobierno más inestable a ser un personaje que puede estar presente en la primera línea de la política por mucho tiempo. Por increíble que nos parezca solo dependemos de Sánchez para librarnos de Sánchez. Si el actual presidente, cansado de gobernar, decide un día dar un paso atrás será gracias a él y solo a él del hecho de habernos librado por fin de su presencia. Esta es la España de 2022. Una España que depende de la voluntad de un solo hombre para hacer y deshacer a su antojo. Y lo peor de todo es que incluso con su retirada, el partido que él lidera a día de hoy seguirá gobernando sine die, convirtiendo a España en la Cuba o Venezuela de Europa. 

domingo, 20 de febrero de 2022

Guerra absoluta en el PP


Escribí hace unos días en mi última entrada que con esta derecha no íbamos a ningún lado. Pues bien, no ha pasado ni un mes desde que la escribí y ya se ha podido corroborar que no ya la derecha, sino el Partido Popular no va ya ni de aquí a la vuelta de la esquina. ¿El motivo? La explosión interna del PP a raíz del espionaje de la cúpula directiva a Isabel Díaz Ayuso debido a la adjucicación que la Comunidad de Madrid hizo a una empresa en la que trabajaba el hermano de la presidenta madrileña durante la peor parte de la pandemia en 2020. 

Y es que no exagero si digo que nos encontramos ante la peor crisis que ha podido vivir el Partido Popular desde su refundación por Manuel Fraga en 1989. Una crisis peor que la vivida tras los atentados del 11-M, los cuales provocaron la salida del gobierno del PP en 2004 a través de las elecciones generales. Peor incluso que la situación vivida durante 2018 cuando salió la sentencia sobre el caso Gürtel, la cual provocó la salida del gobierno del PP a través de la moción de censura. Una crisis que no ha sido provocada por ningún factor externo, sino por la incapacidad, inutilidad y envidias de sus líderes. Me estoy refiriendo al todavía presidente del PP, Pablo Casado, y a su secretario general, Teodoro García Egea. Los cuales han hecho lo posible y lo imposible por apartar a Ayuso de la primera línea política desde que ésta ganase por mayoría las elecciones madrileñas de mayo del año pasado. 

Unas envidias que han provocado que por razones personales de sus líderes, el principal partido de la oposición esté probablemente en estos momentos en los que escribo esta entrada situado ya como tercera fuerza política en favor de VOX, lo cual nos hace una idea de la desastrosa y gigantesca irresponsabilidad de Casado y Egea a la hora de abordar un asunto que supuestamente, según Ayuso, comenzó cuando Casado recibió un dossier de la Agencia Tributaria con los datos del hermano de la presidenta madrileña en la que supuestamente habría cobrado cerca de 300.000 euros de comisión a través de la adjudicación que le hizo la Comunidad de Madrid, lo cual supuso que la dirección del PP decidiese encargarle a uno de los fontaneros del partido, Ángel Carromero, que se encargase de la investigación a la propia Ayuso, a sus familiares, e incluso se ha podido saber, a sus ex parejas. Una investigación en la que en un momento dado, alguien decide chivarle a la presidenta de Madrid los métodos que la dirección de su partido estaban usando contra ella y su entorno.

Todo esto se publicó el pasado día 17, y ha ocasionado toda una tormenta política que amenaza con llevarse por delante al propio Casado, y quién sabe si también a la propia Ayuso, la cual ha reconocido que su hermano cobró como contraprestación por sus gestiones y no como comisión un total de 55.000 euros de forma completamente legal. Unas declaraciones que no han hecho más que abrir la veda para profundizar en las investigaciones de otros supuestos contratos que Isabel Díaz Ayuso realizó a la empresa en la que trabaja su hermano. Todo esto mientras desde la sociedad se observa cómo este tinglado ha sido orquestado desde la calle Génova con el objetivo de poner fin a la carrera política de Ayuso y entorpecer así una posible candidadura de ésta a la presidencia del partido a nivel nacional, y por ende a la Moncloa. 

Ya el pasado jueves hubo centenares de personas que se manifestaron frente a la sede del PP exigiendo las cabezas de Casado y Egea, al tiempo que ovacionaban a Ayuso, a la que consideran una víctima que en todo momento ha actuado con honorabilidad y que ha sido víctima de una operación política en la que podría estar incluido hasta el propio gobierno de Sánchez, ya que como he añadido anteriormente, la propia Ayuso confirmó el jueves que en una reunión mantenida con Casado en septiembre del año pasado, éste le confirmó que la información provenía de Moncloa. Una confirmación que el propio Casado desmintió el viernes al asegurar que la información de la Agencia Tributaria se la proporcionó "Un anónimo".

Claro, uno escucha las declaraciones de este tipo y no cabe más que pensar "Este tío es gilipollas sí o sí, ya que está reconociendo en directo en un medio de comunicación que ha cometido un delito al recibir información procedente de la Administración Pública, la cual está tipificada con una pena de entre 1 y 3 años de cárcel. Eso por un lado, por otro hay que añadir ¿Quién cojones es "Un anónimo"? Nadie tiene acceso a los datos de los ciudadanos si no un miembro de la Administración Pública, y si Ayuso certificó el jueves que esa información procedía de Moncloa, dicho por boca del propio Casado en aquella reunión y ahora éste lo niega cabe preguntarse, ¿Qué tiene que esconder Casado para proteger y encubrir al gobierno de un delito? 

En mi opinión todo esto ha sido una operación orquestada desde Moncloa y Génova con el propósito de eliminar políticamente a Díaz Ayuso de la carrera por la presidencia del PP y de esta forma encumbrar a Casado como líder del partido. ¿Qué ha ocurrido? Pues que la subnormalidad profunda de Casado y el destape de la investigación hacia Ayuso ha provocado el efecto contrario en la sede de Génova: El PSOE sale airoso de todo esto, mientras que Casado se ha comido todo el pastel que él mismo junto con Sánchez habían preparado. La cabeza del actual presidente del PP está ahora más en peligro que nunca, y todos los militantes y simpatizantes, así como cargos relevantes del partido, están exigiendo ya la convocatoria de un congreso en el partido (Que se debe celebrar en verano) para poner fin a la era de Casado y proclamar a un nuevo líder en el Partido Popular. 

Un nuevo líder al que algunos comienzan a ponerle nombres y apellidos. Me estoy refiriendo al actual presidente de Galicia y eterno candidato, Alberto Nuñez Feijoó. Un nacionalista gallego que propaga el gallego en las escuelas en detrimento del español. Un tipo que se hace llamar "Liberal" y que es un firme partidario de la vacunación obligatoria. Un tipo envuelto en asuntos sucios de corrupción con el narcotráfico gallego. Cabe preguntarse ¿Es éste el líder que el PP necesita? Por supuesto que no. A pesar del escándalo que ha supuesto para ella, la única persona en estos momentos capaz de levantar el PP se llama Isabel Díaz Ayuso. Nadie más. Solo ella dispone del carisma y la capacidad de liderazgo suficiente para llevar a la derecha de nuevo al gobierno de España. Y si esa visión no es la que detectan los barones y demás cargos relevantes del PP es que están más desconectados con su electorado de lo que yo creía, que no era poco. 

Por otro lado hay quien piensa que qué importa ya el Partido Popular, ya que creen que es un partido que al igual que la UCD está condenado a la extinción en favor de VOX. Y es que según publica mañana OKDiario, VOX habría sobrepasado ya al PP en intención de voto y sería en estos momentos la segunda fuerza más votada en España, convirtiéndose los de Santiago Abascal en el principal partido de la oposición. De ser esto cierto no descarto en absoluto que Pedro Sánchez apueste por adelantar las elecciones y echarse en brazos ante un PP agónico en la próxima legislatura para dejar de encomendarse frente a los podemitas, etarras y los independentistas. ¿Qué va a ocurrir? No lo sé, pero de lo que estoy al 100% seguro es de que nos quedan Sánchez y PSOE para rato. Pero de eso ya hablaré en la próxima entrada.

Volviendo al tema que nos ocupa debo decir que la dirección actual del Partido Popular no puede seguir ni un minuto más. El jueves, García Egea anunció que se iba a expedientar a Ayuso por sus declaraciones ese mismo día. Hoy nos hemos enterado que el propio Casado ha decidido dar por finalizado su expediente y con ello la más que inminente expulsión del partido de Ayuso. En definitiva, todo un despropósito del que solo se puede salir a través de un congreso extraordinario que elija al sucesor de Casado y ponga fin a todo este sinsentido creado por unos irresponsables que han hundido y echado por tierra el futuro de un partido y las posibilidades de éste de convertirse en alternativa seria al peor gobierno que ha sufrido España en un siglo. Pero ellos solos se han encargado de acabar con esa posibilidad, convirtiendo al PP no solo en un aliado del gobierno sino también en cómplice. A partir de ahora todo lo que les suceda será la recogida de la cosecha que ellos mismos han sembrado. 

martes, 1 de febrero de 2022

Con esta derecha no vamos a ningún lado


Según se ha publicado hoy en un medio digital, el PP estaría dispuesto a ir de nuevo a unas elecciones en Castilla y León antes que pactar con VOX para formar gobierno en dicha región. Una noticia que sinceramente no me llama la atención, ya que si algo ha demostrado el PP últimamente es la falta de empatía y entusiasmo para llegar a algún tipo de pacto con los de Santiago Abascal. Algo que podría pasar desapercibido si no fuera porque tenemos enfrente al peor gobierno de la historia de España desde 1936 como mínimo. Es por ello por lo que el acercamiento de posturas entre PP y VOX no solo es un deber sino una obligación en este contexto tan trascendental para nuestro país. 

Y es que el PP de Pablo Casado sigue convencido, al igual que lo estuvo en un primer momento el PSOE de Pedro Sánchez, de que España sigue siendo un país bipartidista en donde las dos principales fuerzas políticas siguen controlando el cotarro tras más de cuarenta años de hegemonía socialista y popular. Y nada más lejos de la realidad: España es desde el año 2014/2015 un país multipartidista, para bien o para mal. Es verdad que el multipartidismo ha traído más incertidumbre a nuestro país, pero también es verdad que ese multipartidismo nació tanto a la derecha como a la izquierda por culpa del alejamiento de los partidos tradicionales para con sus votantes. 

¿Qué ocurre ahora? Pues que Pablo Casado se niega a llegar a ningún tipo de acuerdo con la formación que lidera Abascal, ya que cree que él y solo él es la alternativa capaz de echar a Pedro Sánchez de la Moncloa, y que si en algún momento VOX debe de ayudarle para alcanzar la presidencia del gobierno, el apoyo de éstos debería ser gratuito. Una actitud arrogante la de este tipo, el cual ya he dicho en varias ocasiones que no lo veo ejerciendo de jefe del gobierno de España en la vida, ya que le falta el carisma, la frescura y el liderazgo que sí posee por ejemplo la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, la cual se ha convertido en el principal enemigo interno por parte del actual presidente del PP, el cual ve en Ayuso a una rival con serias posibilidades de arrebatarle el liderazgo. Una paranoia de la que ya se ha encargado de echarle condumio el actual secretario general del PP, Teodoro García Egea, al cual muchos ven en éste al verdadero enemigo de Casado, el cual estaría provocando la rivalidad y por ello la división entre los partidarios de Casado y Ayuso con el fin de desgastar la imagen de su jefe y de esta forma provocar su caída. 

En definitiva, estamos asistiendo a una guerra de cuchillos entre los principales miembros del primer partido de la oposición, el cual cree que la victoria en las próximas elecciones generales está más que garantizada por el simple hecho de tener a unos criminales al frente del gobierno de España. Un partido que está inmerso en sus luchas internas y que no escucha las peticiones de la mayoría de su electorado para que se entienda de una vez por todas con VOX con el fin de echar de una maldita vez a la izquierda y a sus cómplices del poder. Pero por si todo esto no fuera poco tenemos de vuelta al ex presidente del gobierno, José María Aznar, arremetiendo contra el liderazgo de Casado. Algo que personalmente comparto, pero que no entiendo a estas alturas de la película, ya que cuando se produjo el congreso que cerró la etapa de la era Rajoy, Aznar apoyaba sin rechistar la candidatura de Casado para convertirse en el nuevo líder de la derecha española. ¿Qué ha pasado desde entonces? Que se ha visto que Casado nos la metió doblada a todos los que apoyamos su candidatura en 2018 (Me incluyo, ya que yo también lo apoyé entonces) y que ha pasado de ser un líder duro a ser un Mariano Rajoy 2.0, sin ideología, sin carisma, sin proyecto y sin ilusión entre los votantes y simpatizantes de su partido.

Pero volviendo a Aznar quería comentar ¿A cuento de qué viene ahora este hombre para quejarse de nada? Durante el periodo de Rajoy ya se encargó de criticar su gestión y ahora parece hacer lo mismo con Casado, o mejor dicho, fraCasado. Vamos a ver, señor Aznar, usted tuvo su oportunidad durante catorce años al frente del PP y ocho al frente del gobierno de España, si usted quería a un líder a imagen y semejanza suya haberse quedado usted en la primera línea política. En noviembre del año 2013 escribí una entrada pidiendo la vuelta de Aznar cuando Rajoy derrochaba la mayoría absoluta en no hacer absolutamente nada, pero Aznar criticaba y criticaba sin dar nunca el paso decisivo. Ya su momento pasó y lo mejor que puede hacer es mantenerse callado y dejar de echar más mierda sobre su partido, que bastante tiene ya encima. 

¿Cuál es mi apuesta? La convocatoria de un congreso extraordinario en el PP tras las elecciones en Castilla y León y la proclamación por unanimidad como nueva líder del partido a Isabel Díaz Ayuso, la cual atraería gran parte de los votos perdidos y estaría dispuesta a iniciar negociaciones con VOX tras las próximas elecciones municipales y autonómicas, así como tras las generales. Solo de esta forma la derecha española podría verse de nuevo unida y capacitada para volver a los principales ayuntamientos y gobiernos autonómicos, y finalmente al gobierno de España. De lo contrario nos quedará todavía Pedro Sánchez, PSOE, etarras e independentistas para rato. 

Lo que está claro es que con esta derecha y con este PP no vamos a ningún lado. Un PP que solo hace ascos a VOX y a sus votantes, muchos de los cuales son ex-votantes del PP, y un VOX que en muchas ocasiones traga y apuesta por cederles el poder a los populares como mal menor con el fin de que la izquierda no siga gobernando. Esto no puede seguir así, ya que los votantes de VOX exigen un cambio de políticas, no un cambio de siglas y de caras. Si VOX acepta convertirse en la muleta del PP y apoyar a los populares sin contrapartidas como quiere Casado, mal futuro les espera a los de Abascal. Si por el contrario se planta y exige un cambio de rumbo tal y como quieren sus votantes, entonces quizás consigan avanzar algo en la reunificación de la derecha española. 

La primera prueba la veremos el 13 de febrero en Castilla y León. Solo entonces se verá por dónde soplan los vientos y si el PP decide sentarse para negociar un verdadero cambio de políticas con VOX o deciden directamente irse al carajo repitiendo elecciones o incluso seguir gobernando gracias a algún apoyo por parte del PSOE. Después vendrán las elecciones aquí en Andalucía, donde esta por ver cuál será el desenlace en el sur de España si los populares repiten la misma estrategia que en Castilla y León. Sea cual sea el resultado, está visto y comprobado que la derecha española, tanto en el PP como en VOX, pero principalmente en el PP, sigue sin asumir que el futuro pasa por la unión entre ambos, del mismo modo que así lo entendieron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias por parte de la izquierda. Pero como siempre ocurre en España, cuando la derecha va, la izquierda vuelve, y quizás hagan falta todavía unos cuantos de años para que aquí el personal comience a darse cuenta de que solo unidos se podrá vencer al Frente Popular 2.0. Pero para eso hace falta que algunos recapaciten y dejen a un lado sus intereses personales para anteponer los intereses generales, y puede que cuando eso ocurra, si es que llega a ocurrir, sea demasiado tarde para todos y sobre todo para España.