lunes, 26 de octubre de 2020

Vuelta al Estado de Alarma

Hoy se ha producido por tercera vez en este año y por cuarta vez en la historia de España de estos últimos cuarenta años la aprobación del estado de alarma por el gobierno de Pedro Sánchez. Ante la segunda oleada de coronavirus que estamos sufriendo y ante la próxima llegada del invierno, el desgobierno actual ha publicado hoy un real decreto en donde se aprueba el estado de alarma en toda España, el cual lleva emparejado el toque de queda en todo el territorio nacional salvo en las Islas Canarias. Un estado de alarma que el gobierno desea prolongar ni más ni menos que hasta el próximo mes de mayo del 2021. Estamos hablando de un estado de alarma que supera en tiempo al aprobado en el mes de marzo y que lleva consigo el toque de queda entre las 23 horas y las 6 de la mañana. 

Para empezar cabe decir, ¿Hay alguien en este maldito desgobierno que sepa algo de Derecho Constitucional? Yo he dado Derecho Constitucional tanto en el grado de Ciencias Políticas y de la Administración como en el grado de Derecho, y es de primero de carrera el saber que el gobierno no puede utilizar el mecanismo constitucional del estado de alarma para limitar la libre circulación de las personas. Sucedió en marzo y está volviendo a suceder ahora. Solo con la aprobación por parte del congreso del estado de sitio sí se podría limitar la circulación de los ciudadanos, pero nunca bajo un estado menor como es el de alarma. 

Pero por si fuera poco, el gobierno ha pulsado el botón rojo del estado de alarma, pero se lleva consigo a los gobiernos autonómicos para que éstos decidan modificar la hora del comienzo y término del toque de queda nocturno. Y no solo eso, sino que también dichas administraciones tendrán potestad para llevar a cabo las restricciones oportunas dentro del actual estado de alarma. Es decir, el mando único no se establece esta vez como sí sucedió en el mes de marzo. Sánchez sabe que está bastante quemado por la criminal gestión que ha realizado en estos meses y prefiere compartir la gestión de la situación con las administraciones autonómicas antes que cargar con el muerto de toda la grave situación que estamos viviendo. 

En lo que llevamos de día me he preguntado varias veces una cosa ¿Por qué el toque de queda se produce desde las 23 horas de la noche hasta las 6 de la mañana?, ¿Acaso el Covid-19 es noctámbulo y sale a las calles de noche y no de día cual Drácula?, ¿Acaso puede haber una aglomeración de personas en un sitio determinado a las siete de la tarde sin que exista riesgo de contagio alguno?, ¿Por qué coño durante el día la situación será más o menos estable pero completamente restringible durante la noche? Sigo diciendo lo mismo que todos estos meses atrás: Se me escapa, o mejor dicho, se nos escapa algo en todo esto que tanto el gobierno de España como el resto de gobiernos del mundo prefieren ocultar. 

Solo el hecho de que dentro de dos meses estaremos en Navidad y las calles estarán repletas de personas para ver los adornos navideños en las calles, ¿Cómo pretende el gobierno gestionar esta situación? A menos que nuestro querido ejecutivo, tan laico y renegado de las costumbres cristianas españolas decida prohibir los adornos en las zonas públicas para así evitar las tan temidas aglomeraciones. De hecho el gobierno autonómico andaluz de Juanma Moreno ha decretado ya la prohibición de reuniones de más de seis personas tanto en las calles como, atención, en las propias casas. ¿Acaso va el gobierno, nacional o autonómico, vigilar y entrar en nuestras casas sin una orden judicial previa para detener a aquellas personas que en su hogar acojan a más de seis personas?

A partir del 9 de noviembre deberá procederse a la prórroga del estado de alarma, esta vez aprobado por mayoría del congreso. Ya sabemos que VOX ha anunciado que votarán en contra, Ciudadanos ha anunciado que votarán a favor, mientras que el nuevo PP, sumiso y siervo del PSOE, Podemos y restantes partidos que forman el Frente Popular no se ha pronunciado aún sobre su intención de voto. De todas formas, haga lo que haga o diga lo que diga el PP es indiferente, ya que la izquierda tiene la mayoría necesaria, incluyendo a Ciudadanos, para sacar adelante cuantas prórrogas desee hasta el mes de mayo. Más de medio año de estado de alarma en el que el gobierno hará y deshará a su antojo y modificará a su libre albedrío cuantas normas desee, por no hablar de aquellas que pueda crear o anular durante este periodo. 

Vivimos pues en la antesala de un cambio de régimen en España en donde el Covid-19 es la excusa perfecta de algunos para hacer efectivo lo que tanto tiempo llevan deseando hacer: Controlar y aumentar su poder en todos los sectores sociales, políticos y económicos del país. Y lo peor es que aquí nadie reacciona ante este escenario tan surrealista como terrorífico. Ya ha pedido Sánchez que los ciudadanos vuelvan a salir a los balcones para aplaudir a los profesionales sanitarios. Un escenario que seguramente volvamos a ver viendo cómo de imbécil y manipulable es el personal aquí en España. Y todo ello mientras los hospitales se saturan por los posibles contagios. Un escenario que se está dando ya y que empeorará conforme avance el otoño y llegue el invierno, y con él la gripe, los resfriados, etc. Todo un escenario de caos el cual el gobierno no tiene ni puñetera idea de cómo afrontarlo, pero eso es lo de menos para ellos. El hecho de tener el control de todos los poderes bajo el estado de alarma es lo único que a estos psicópatas criminales les importa.

En definitiva: Volvemos a la situación de marzo, aunque en este caso la responsabilidad de lo que ocurra va a ser compartida. Y ya se sabe lo que ocurre cuando en un escenario hay varios responsables: Que finalmente no es culpable ninguno. De esta forma el personal se echará mutuamente la culpa mientras los ciudadanos españoles y del resto del mundo seguimos a la espera de la llegada de la tan esperada y ansiada vacuna que nunca llega. Cabe recordar que estamos a solo una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Quizás el desenlace de todo esto se produzca una vez que se sepa quién ganará el próximo 3 de noviembre. Hasta entonces, control férreo y confinamiento para todos. Eso sí, sin manifestación alguna por parte de la oprimida clase obrera, que sale a las calles para manifestarse cuando la derecha lleva a cabo medidas de protección sanitarias y sale a los balcones a aplaudir cuando es la izquierda la que impone sus medidas, algunas contrarias al ordenamiento jurídico. Ni Berlanga podría haber rodado jamás un escenario tan surrealista en esta España que traga con todo lo que le echa su amada izquierda. 

viernes, 23 de octubre de 2020

La moción de la vergüenza

En los cuarenta años que España lleva viviendo en el sistema constitucional del 78 han existido cinco mociones de censura. La primera la presentada hace justo cuarenta años, cuando en 1980 Felipe González censuró al ya moribundo gobierno de Adolfo Suárez y presentó su programa de gobierno. La segunda en 1987, cuando el recién nombrado presidente de Alianza Popular, Antonio Hernández-Mancha se quiso dar a conocer ante los españoles y presentó una moción contra el gobierno del PSOE, con Felipe González ya en el gobierno. El resultado fue un desastre absoluto para el candidato a la presidencia y un triunfo redondo para los socialistas. No sería ya hasta 2017 cuando el ahora vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias presentó su propia moción de censura contra el gobierno popular de Mariano Rajoy. Un debate que se caracterizó por el boom mediático que dicha moción acarreó y que supuso una derrota para el líder podemita frente a un Rajoy cada vez más debilitado por los casos de corrupción del partido. La cuarta fue al año siguiente cuando tras la famosa sentencia sobre el caso Gürtel, Pedro Sánchez presentó su propia moción contra un arrinconado Rajoy que veía cómo sus días al frente del gobierno llegaban a su fin. Dicha moción fue, para desgracia de España, la única que triunfó desde entonces. Y siempre he dicho y he mantenido que dicha moción no triunfó por arte de magia, sino por un acuerdo entre PP y PSOE para turnarse en el poder ante un Albert Rivera que se veía ya entrando triunfante en la Moncloa a tenor de los grandes resultados que las encuestas le daban a la formación naranja. 

La quinta y última moción de censura es la que hemos vivido los españoles tanto en la jornada de hoy como en la de ayer. Una moción de censura registrada por VOX contra el gobierno criminal de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Decía ayer el candidato a la presidencia, en este caso Santiago Abascal, que nunca una moción de censura había estado tan justificada como esta última, y no le falta razón. La situación en España es cuanto menos igual de delicada que la que se vivía en nuestro país en los años 30. El gobierno de Sánchez ha perdido por completo el control (Si es que alguna vez lo tuvo) de la gestión del coronavirus. La intervención por la fuerza del gobierno de España en la Comunidad de Madrid para aplicar el estado de alarma y la posibilidad de que el ejecutivo anuncie el toque de queda en España ante la segunda ola de la pandemia es señal de que estamos cayendo ya por el precipicio al que nos han llevado estos miserables a lo largo de todo este tiempo. La apropiación del gobierno y de la izquierda española del sistema judicial a través de la sectaria y totalitaria reforma del CGPJ da muestras de que estamos ante un proceso de toma de control en todas las instituciones por parte del gobierno, lo cual nos conduce a un escenario predictatorial. Las negociaciones y acuerdos alcanzados en secreto entre el gobierno y las fuerzas independentistas catalanas y terroristas vascas para aprobar los PGE de 2021 es otro indicador más de por dónde van los tiros en el palacio de la Moncloa. Todo ello mientras España vive un escenario de tensión política y social como no se había visto desde la II República. Un escenario del cual el gobierno es el principal responsable y vertebrador, lo cual, unido a otros factores hacen más que justificable la moción de censura que hemos visto en estas cuarenta y ocho horas los españoles.

Una moción de censura que por mi parte se puede catalogar con una simple palabra: Vergonzosa. Y no lo digo por los promotores, los cuales han cumplido su papel de presentar una alternativa de gobierno en estos difíciles momentos que sufre la sociedad española, sino por la parte que corresponde al resto de formaciones políticas con representación en el congreso de los diputados. De 350 diputados solo han votado a favor de la moción de censura los 52 diputados de la formación de VOX, mientras que los otros 298 restantes han votado en contra de la propuesta que hubiese llevado al cese del gobierno del Frente Popular 2.0 y a la designación de Santiago Abascal como nuevo presidente del gobierno. 

Y es que no hay que ser un experto en matemáticas (Yo no lo soy, todo lo contrario) para saber que los números no daban para que la moción presentada por VOX pudiese concluir con éxito. Aun así yo he defendido, y en entradas anteriores se puede comprobar cómo yo he exigido que la oposición presentase una moción de censura cuanto antes contra el peor gobierno que ha tenido España, no digo ya en 80 años, sino en toda su historia, me atrevería a decir. Insisto, ¿Daban los números? No, ya que el gobierno de PSOE-Podemos tiene mayoría junto con los terroristas vascos e independentistas catalanes para seguir en el poder. Pero éllo no era motivo suficiente como para que la oposición no cumpliese el deber que tenía frente a la ciudadanía a la hora de pararle los pies a un gobierno que está completamente al margen de la ley y que ha tomado la vía rápida para hacer caer a una España que comenzó a fragmentarse hace 16 años con los atentados del 11-M y la llegada contra todo pronóstico de José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del gobierno. 

Pues bien, ante la postura tomada por parte de los diputados de VOX para detener esta locura ¿Cuál ha sido la reacción del resto de formaciones políticas? Increpar a dicho partido, arremeter contra sus dirigentes e insultar a los cerca de cuatro millones de ciudadanos que votaron en noviembre del año pasado a esta formación. Una reacción nada democrática que solo corrobora la situación insostenible que padece España en estos momentos. 

En el día de ayer, Santiago Abascal propuso su programa de gobierno y las razones por las cuales era urgente y necesario echar del gobierno a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Las replicas no tardaron en producirse y desde el gobierno hasta el grupo mixto se escucharon todo tipo de insultos y descalificaciones tanto para el candidato como para sus compañeros de partido. Un escenario vomitivo y despreciable que tuvo su culmen cuando los independentistas catalanes y vascos arremetieron contra el partido de Abascal. Los propios sujetos que asesinaron a cientos de españoles y dieron un golpe de estado contra el sistema constitucional se atrevieron a llamar "Fascistas" a los integrantes del partido de Abascal. Ante este escenario deplorable tuvo lugar el que en mi opinión ha sido el momento más emotivo de toda la moción de censura: El momento en el que Santiago Abascal pronunció uno por uno los nombres de las casi mil personas que ETA asesinó en su día. Un momento emotivo que se vio en parte enturbiado por el pasotismo tanto del Partido Popular, como de Ciudadanos y finalmente del PSOE, aunque de estos últimos no me sorprendió ni lo más mínimo su indiferencia.

A esto ha llegado España en este nefasto 2020. A presenciar cómo la clase política escupe con indiferencia sobre la tumba de las víctimas del terrorismo mientras cogobiernan la nación con aquellos que apretaban el gatillo. Esta es la España que gobierna Pedro Sánchez. Un Pedro Sánchez que tanto ayer como hoy estaba exultante, ya que veía cómo todos los partidos, incluido el Partido Popular se echaban como perros de presa ante Abascal ante la actitud cínica y chulesca del presidente del gobierno, el cual sabe perfectamente que tiene el camino despejado como mínimo hasta el año 2022. Sánchez sabe que la derecha está troceada y dividida completamente y que ésto es lo que provocará a su vez que la izquierda se mantenga durante muchos años más en el consejo de ministros. Ignoro cuál podrá ser el futuro de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias. Puede que continúen muchos años más liderando el gobierno, o puede que mañana mismo se produzca un vuelco que provoque la salida de ambos del ejecutivo. En estos tiempos que corren todo es improvisación e inseguridad. Pero de lo que no hay duda alguna es que con Sánchez o sin Sánchez, con Iglesias o sin Iglesias, la izquierda tiene por delante muchos años para seguir llevando a cabo su plan, que no es otro que el de la destrucción completa de España. 

Pero si ya habíamos visto suficiente ante la actitud chulesca tanto del presidente del gobierno, como de los portavoces de ERC o Bildu, el remate a este vergonzoso debate ha tenido lugar hoy, cuando el presidente del PP y líder de la oposición (O eso dice ser él), Pablo Casado, ha arremetido como nadie contra el presidente de VOX tanto en su faceta política como personal, negándole a su vez el voto de los diputados del PP para la moción de censura. Un Pablo Casado que ha enseñado hoy sus garras como nunca antes se le había visto. Ni siquiera con el presidente del gobierno que está destrozando España y que es el principal responsable indirecto de las más de 50.000 muertes que ha provocado el coronavirus ha sido Casado tan violento ni tan duro en sus ataques. Un Pablo Casado que es probable que hoy haya firmado su sentencia política al sumar los votos de su partido con los del PSOE, Bildu y el resto de formaciones independentistas. Una suma de partidos que ayer firmaron un manifiesto "En favor de la democracia y contra VOX". En resumen, todo un manifiesto político firmado por el Frente Popular del siglo XXI. 

Volviendo a Casado debo decir que no es consciente de la gravedad que hoy ha realizado, o quizás sí sea consciente pero le importe entre poco y nada, ya que como se ha visto en el debate, lo único que le importa es en mostrarse como el cortesano más fiel a la corona española. Un papel que, dicho sea de paso, se ha medido con Abascal para ver quién de los dos es más monárquico que nadie. Debo decir que en este sentido, este absurdo debate ha sido lo único de lo que ha pecado VOX en su cara a cara con Casado. Un Pablo Casado que ha rechazado dirigirse por el camino de la abstención y salvar los muebles del Partido Popular para así evitar la lluvia de críticas y bajas de afiliados que se están produciendo en estos momentos. Hubiese sido mejor para él y para su partido optar por el camino que estratégicamente optó Pedro Sánchez en 2017 cuando se produjo la moción de censura de Podemos contra Mariano Rajoy al optar el entonces secretario general del PSOE por la vía de la abstención. 

En definitiva, esta moción de censura solo ha servido para fortalecer al Frente Popular, pero no por los motivos que ha esgrimido Casado, sino por el hecho de que él no ha querido no ya apoyar sino siquiera abstenerse en la votación de hoy. Una votación que le sitúa en el bando de Sánchez y compañía. La derrota era segura, pero el PP tenía la responsabilidad moral y política o bien de apoyar la moción de censura o en su defecto abstenerse. Ha optado por la peor de las opciones y esto y nada más es lo que ha reforzado a Pedro Sánchez. Un Sánchez que para más cinismo le ha ofrecido a Casado a última hora del debate aparcar la reforma del CGPJ que en Europa ya se estaba viendo con malos ojos y colaborar juntos en la elaboración de una nueva reforma. Hay que decir que todo esto sucedió mientras Casado asentaba con la cabeza como niño feliz al que le regalan un caramelo. Por fin se veía la luz. El bipartidismo vuelve a tomar el control del poder judicial, aunque esta vez haya que darle un aperitivo a Podemos en este nuevo reparto. Ese era el regalo que Sánchez le ha ofrecido a Casado por el hecho de reforzarlo políticamente al votar no a la moción de censura. 

VOX y Santiago Abascal han llevado a cabo lo que tenían que haber hecho: Presentar una moción que pusiese fin a este gobierno criminal, asesino y totalitario, aun sabiendo que dicha moción no tenía posibilidades de ganar. Con esta moción pierde parlamentariamente pero gana moralmente VOX. Con esta moción gana políticamente Sánchez y su Frente Popular. Con esta moción pierde Casado y el PP. Y con esta moción pierde definitivamente España y los españoles. VOX ha cumplido con su deber, que era el de hacer frente a este gobierno tiránico y déspota, pero los números están ahí y con las matemáticas no hay quien pueda. Y con los números también se ha retratado la posición de cada partido. Tanto los que componen el Frente Popular, que no buscan otro objetivo que el de destruir España, como el del Partido Popular, cuyo propósito no lo conoce ni el propio Casado. VOX también se ha retratado, y se ha retratado como el único partido capaz de plantarle cara al PSOE y Podemos frente a un PP que tras el 11-M supo cuál debía ser su postura, que no era otra que la de ejercer de derecha sumisa frente al plan de destrucción orquestado por el PSOE desde 2004. Con el resultado de la votación de hoy se corrobora que ese plan está más vivo que nunca. Un plan que sigue ejecutándose de forma consecutiva desde hace dieciseis años y que hoy ha vuelto a triunfar. Con esta moción pierde España y todos nosotros. 

martes, 6 de octubre de 2020

Cuestión de Fe

No sé si será porque estoy viviendo uno de los años más difíciles de mi vida, o porque ello me ha llevado a replantearme muchas cosas de mi vida a lo largo de estos meses. No sé si será por la situación que estamos viviendo a nivel mundial, o por el alto grado de decadencia al que estamos llegando. Quizás sea porque de las muchas cuestiones que me he estado replanteando en este año haya sido entre otras cosas mi propia fe y mis creencias. Quizás sea porque uno está viviendo eso que algunos llaman "Crisis existencial". Quizás sea por eso, o quizás sea por todo a la vez. El hecho es que desde hace algunos meses llevo planteándome el papel que Dios juega en nuestras vidas y en nuestro mundo a día de hoy. En un mundo en el que de siete días que tiene la semana, dos ríes y cinco lloras.

Muchos días, pero sobre todo noches, llorando a lágrima viva y acordándome mientras de aquella frase que jamás debí pronunciar en su momento y en la que pedí encarecidamente a Dios que ciertas personas "Llorarán lágrimas de sangre", se me viene al pensamiento que parece que Él decidió que esas lágrimas las vertiese yo a través de todos estos años, bien por cuestiones sentimentales, existenciales, familiares, personales, etc. El hecho es que tras reflexionar sobre ello muchas veces he llegado a la conclusión de que quizás nuestras esperanzas están depositadas en un Ente o Ser que quizás haya olvidado lo que en su día fue la creación del individuo al que Él dio vida.

La otra tarde, cuando veía a través de la televisión la salida del Gran Poder hacia la plaza de San Lorenzo con motivo del 400 aniversario de su hechura, veía la imagen del Aquél que todos conocemos como "El Señor de Sevilla" y me preguntaba interiormente a la vez que le preguntaba a él: ¿Por qué?. ¿Por qué todo ésto?, ¿Por qué ensañarte tanto conmigo? Seguramente nunca llegue a saber la respuesta, pero siempre se dice que Dios nos pone a prueba constantemente. Quizás no tenga tanto que ver Dios como la mala suerte que a uno le puede acarrear la vida en determinados momentos, aunque en algunos esa mala suerte se nos aparezca de forma más reiterada y constante que a otros. El hecho es que después de todo lo vivido por mí en este año y por todo lo que está ocurriendo a nivel mundial, uno se pregunta ¿Existe Dios?, y de ser afirmativa la respuesta ¿Por qué permite todo esto?

A lo largo de este año he llegado a plantearme muchas veces la posibilidad de que de ser cierta la existencia de Dios, para Éste no le sea tan primordial el bienestar o el futuro del ser humano. Un ser humano que cada vez está más alejado de Dios mientras que Él también se encuentra cada día más lejos de la raza que un día creó. Puede ser que simplemente hayamos dejado de ser primordiales para Dios, o que Él haya llegado al convencimiento de que la especie humana no tiene solución posible y que solo mediante su propia autodestrucción es como mejor se puede dar por extinguida la idea que Él tuvo en su día de poblar esta tierra por medio de una raza como la nuestra. 

¿Por qué permite Dios esta pandemia que lleva provocada cientos de miles de muertes y que es la excusa perfecta de algunos para controlar y cohibir al ser humano? ¿Acaso Dios no puede interceder y poner fin a todo esto?, ¿Acaso a Dios no le importa lo que su creación sufre en estos momentos tan terribles para el mundo? Puede ser que la respuesta a todas estas preguntas sea que Dios haya dado la espalda al ser humano y espere a ver cómo nosotros mismos reescribimos el Apocalipsis de San Juan pero sin su intercesión divina. Ya se sabe que Dios escribe recto con los renglones torcidos, y que sus caminos son misteriosos, pero ¿Acaso no habrá algún motivo más profundo que responda al distanciamiento de Dios con los hombres y a la inversa?

No hay duda de que estamos viviendo los momentos claves de la decadencia humana, y por ende estamos en la antesala de nuestra extinción. La pregunta es ¿Dónde está Dios? Lo mismo que Él intervino en la destrucción de Sodoma y Gomorra por el declive moral y la corrupción de sus habitantes, ¿Por qué no lo hace en estos momentos en el que la humanidad se encuentra en las puertas de su descomposición? Los creyentes más conservadores dirán "Dios ya viene. Éstas son las señales que nos demuestran que su llegada está cerca". A lo cual yo me pregunto ¿Acaso sabe el ser humano cuando Dios tiene pensado venir a la tierra? 

Llevamos desde la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo hace 2020 años afirmando que el fin se acerca. Un fin que parece que se hace de esperar, puesto que cada determinado tiempo hemos sacado una historia que parece ser la definitiva a la hora de descifrar la llegada del fin del mundo. ¿Qué ha ocurrido en todas ellas? Nada. La vida sigue su curso y el ser humano busca a la vez una nueva historia, excitándose posteriormente cuando por fin encuentra esa nueva profecía que revela una nueva fecha para su desaparición. 

Quizás habría que plantearse directamente, ¿Y si no le importamos nada a Dios?, o incluso ¿Y si todo esto le resulta indiferente a Él? Ya lo dijo Isaías: "Mis caminos no son vuestros caminos, dice el Señor". Debemos dejar de pensar que en un universo en el que cada vez sabemos más y a la vez entendemos menos somos los únicos seres a los cuales Dios les dedica todo su tiempo. Rezamos y parece que nadie nos escucha. ¿Cuántas plegarias hemos realizado alguna vez en la vida por algo y no se nos ha concedido?, ¿Cuántas súplicas sin respuesta afirmativa por rogar a Dios para que ponga fin a un mal. Un mal que nunca cesa y al que se le suman sucesivamente otros más mientras uno va perdiendo la fe, la ilusión, la esperanza y las ganas de vivir a la vez que crecen las tragedias personales y familiares. Quizás haya que plantearse, como diría el gran José Luis Perales en su canción "Dime por qué te niegas a escuchar. Por qué nos has dejado solos". 

Puede que, como ya he dicho en otras ocasiones, seamos un experimento, una civilización que sirve como prueba para alguien con el objetivo de saber hasta dónde puede llegar. O puede que solo seamos puro entretenimiento para algunos. Ya en la Antigua Grecia se tenía esa idea de los dioses del Olimpo a la hora de "Jugar" con los seres humanos. Una idea que con el Cristianismo cambió al otorgar a Dios el papel de Ente superior que ama incondicionalmente al ser humano: "Tanto amó Dios al mundo que le entrega a su único Hijo, para que quién crea en Él no perezca y alcance la vida eterna." San Juan lo describe bien en este Pasaje Evangélico en donde Jesús habla acerca de la bondad, misericordia, y amor infinito de Dios hacia el hombre.

Pero ¿Y si Dios ha cambiado su percepción hacia nosotros?, o mantiene una idea neutral sobre sus hijos terrenales. O simplemente no exista y por ello el mal penetra en nuestras vidas con el propósito de quedarse para siempre entre nosotros, ya sea en nuestra vida particular, ya sea en nuestra sociedad. Para mí, que como ya he dicho he reflexionado mucho sobre este asunto muchas veces mientras lloraba por las noches tras apenarme por las cosas que en mi vida he podido hacer y no las hice, o a la inversa, debo confesar que aún dentro de mí, a pesar de mi escepticismo en estos momentos, creo en Dios, y al igual que Alejandro Sanz creo que seguramente entiende de emoción y comprende los porqués que tantas personas nos hacemos todos los días cuando miramos al cielo y no obtenemos respuesta. 

En la famosa película de "2012" se refleja una escena en la cual la profecía Maya confirma el fin del mundo para diciembre de ese año y recrea la destrucción del Vaticano, no sin antes mostrar una escena en la que se ve cómo la Capilla Sixtina y la Creación de Miguel Ángel se destruye rompiendo por la mitad el lugar exacto en donde se encuentran los dedos de Dios y de Adán, dando por hecho la ruptura del pacto entre Dios y el ser humano. Puede que ésa sea la realidad dura y fría que muchos se niegan a entender. Quizás Dios haya creado otra civilización más sumisa y más fiel a Él que la humana, dejando al ser humano a su suerte y con ello su propio final. 

No hay duda de que estamos viviendo un año de grandes acontecimientos en todo el mundo. De hecho no son pocos los sucesos paranormales que se han visto a lo largo de este año por el mundo: Ovnis, bolas de fuego, luces extrañas en el cielo, etc. Hay quien vincula todos estos fenómenos a la llegada inminente de Jesucristo. Aún así cabe preguntarse, si la historia de la civilización humana está llena de episodios oscuros, ¿Por qué esa llegada no se ha producido ya? Quizás todo se resuma a una sola cosa. El ser humano está desamparado y siempre tendrá en su vida cuestiones por las que llorará cotidianamente, y la civilización humana seguirá progresivamente su decadencia hasta que llegue el día en que todo llegue a su fin. Un día del que según Cristo, ni Él, ni los Ángeles del cielo conocen el día y la hora, solo el Padre. Aquél al que nos aferramos todos y al que en los momentos de tristeza, desesperanza y malos momentos pedimos que nos libere del mal y confiamos que a pesar de transitar por el valle de las sombras, Él estará con nosotros.