Hoy se ha producido por tercera vez en este año y por cuarta vez en la historia de España de estos últimos cuarenta años la aprobación del estado de alarma por el gobierno de Pedro Sánchez. Ante la segunda oleada de coronavirus que estamos sufriendo y ante la próxima llegada del invierno, el desgobierno actual ha publicado hoy un real decreto en donde se aprueba el estado de alarma en toda España, el cual lleva emparejado el toque de queda en todo el territorio nacional salvo en las Islas Canarias. Un estado de alarma que el gobierno desea prolongar ni más ni menos que hasta el próximo mes de mayo del 2021. Estamos hablando de un estado de alarma que supera en tiempo al aprobado en el mes de marzo y que lleva consigo el toque de queda entre las 23 horas y las 6 de la mañana.
Para empezar cabe decir, ¿Hay alguien en este maldito desgobierno que sepa algo de Derecho Constitucional? Yo he dado Derecho Constitucional tanto en el grado de Ciencias Políticas y de la Administración como en el grado de Derecho, y es de primero de carrera el saber que el gobierno no puede utilizar el mecanismo constitucional del estado de alarma para limitar la libre circulación de las personas. Sucedió en marzo y está volviendo a suceder ahora. Solo con la aprobación por parte del congreso del estado de sitio sí se podría limitar la circulación de los ciudadanos, pero nunca bajo un estado menor como es el de alarma.
Pero por si fuera poco, el gobierno ha pulsado el botón rojo del estado de alarma, pero se lleva consigo a los gobiernos autonómicos para que éstos decidan modificar la hora del comienzo y término del toque de queda nocturno. Y no solo eso, sino que también dichas administraciones tendrán potestad para llevar a cabo las restricciones oportunas dentro del actual estado de alarma. Es decir, el mando único no se establece esta vez como sí sucedió en el mes de marzo. Sánchez sabe que está bastante quemado por la criminal gestión que ha realizado en estos meses y prefiere compartir la gestión de la situación con las administraciones autonómicas antes que cargar con el muerto de toda la grave situación que estamos viviendo.
En lo que llevamos de día me he preguntado varias veces una cosa ¿Por qué el toque de queda se produce desde las 23 horas de la noche hasta las 6 de la mañana?, ¿Acaso el Covid-19 es noctámbulo y sale a las calles de noche y no de día cual Drácula?, ¿Acaso puede haber una aglomeración de personas en un sitio determinado a las siete de la tarde sin que exista riesgo de contagio alguno?, ¿Por qué coño durante el día la situación será más o menos estable pero completamente restringible durante la noche? Sigo diciendo lo mismo que todos estos meses atrás: Se me escapa, o mejor dicho, se nos escapa algo en todo esto que tanto el gobierno de España como el resto de gobiernos del mundo prefieren ocultar.
Solo el hecho de que dentro de dos meses estaremos en Navidad y las calles estarán repletas de personas para ver los adornos navideños en las calles, ¿Cómo pretende el gobierno gestionar esta situación? A menos que nuestro querido ejecutivo, tan laico y renegado de las costumbres cristianas españolas decida prohibir los adornos en las zonas públicas para así evitar las tan temidas aglomeraciones. De hecho el gobierno autonómico andaluz de Juanma Moreno ha decretado ya la prohibición de reuniones de más de seis personas tanto en las calles como, atención, en las propias casas. ¿Acaso va el gobierno, nacional o autonómico, vigilar y entrar en nuestras casas sin una orden judicial previa para detener a aquellas personas que en su hogar acojan a más de seis personas?
A partir del 9 de noviembre deberá procederse a la prórroga del estado de alarma, esta vez aprobado por mayoría del congreso. Ya sabemos que VOX ha anunciado que votarán en contra, Ciudadanos ha anunciado que votarán a favor, mientras que el nuevo PP, sumiso y siervo del PSOE, Podemos y restantes partidos que forman el Frente Popular no se ha pronunciado aún sobre su intención de voto. De todas formas, haga lo que haga o diga lo que diga el PP es indiferente, ya que la izquierda tiene la mayoría necesaria, incluyendo a Ciudadanos, para sacar adelante cuantas prórrogas desee hasta el mes de mayo. Más de medio año de estado de alarma en el que el gobierno hará y deshará a su antojo y modificará a su libre albedrío cuantas normas desee, por no hablar de aquellas que pueda crear o anular durante este periodo.
Vivimos pues en la antesala de un cambio de régimen en España en donde el Covid-19 es la excusa perfecta de algunos para hacer efectivo lo que tanto tiempo llevan deseando hacer: Controlar y aumentar su poder en todos los sectores sociales, políticos y económicos del país. Y lo peor es que aquí nadie reacciona ante este escenario tan surrealista como terrorífico. Ya ha pedido Sánchez que los ciudadanos vuelvan a salir a los balcones para aplaudir a los profesionales sanitarios. Un escenario que seguramente volvamos a ver viendo cómo de imbécil y manipulable es el personal aquí en España. Y todo ello mientras los hospitales se saturan por los posibles contagios. Un escenario que se está dando ya y que empeorará conforme avance el otoño y llegue el invierno, y con él la gripe, los resfriados, etc. Todo un escenario de caos el cual el gobierno no tiene ni puñetera idea de cómo afrontarlo, pero eso es lo de menos para ellos. El hecho de tener el control de todos los poderes bajo el estado de alarma es lo único que a estos psicópatas criminales les importa.
En definitiva: Volvemos a la situación de marzo, aunque en este caso la responsabilidad de lo que ocurra va a ser compartida. Y ya se sabe lo que ocurre cuando en un escenario hay varios responsables: Que finalmente no es culpable ninguno. De esta forma el personal se echará mutuamente la culpa mientras los ciudadanos españoles y del resto del mundo seguimos a la espera de la llegada de la tan esperada y ansiada vacuna que nunca llega. Cabe recordar que estamos a solo una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Quizás el desenlace de todo esto se produzca una vez que se sepa quién ganará el próximo 3 de noviembre. Hasta entonces, control férreo y confinamiento para todos. Eso sí, sin manifestación alguna por parte de la oprimida clase obrera, que sale a las calles para manifestarse cuando la derecha lleva a cabo medidas de protección sanitarias y sale a los balcones a aplaudir cuando es la izquierda la que impone sus medidas, algunas contrarias al ordenamiento jurídico. Ni Berlanga podría haber rodado jamás un escenario tan surrealista en esta España que traga con todo lo que le echa su amada izquierda.