lunes, 30 de octubre de 2017

En el abismo

Cuando escribí hace escasas semanas sobre las 100 entradas de mi blog dije que seguiría escribiendo muchas más en donde plasmaría mi visión de la Historia. Sólo tres entradas después estoy escribiendo una que describe mi punto de vista del que es sin lugar a dudas uno de los sucesos históricos más importantes y graves ocurridos en la historia reciente de España; La declaración unilateral de independencia de Cataluña producida el pasado y ya histórico viernes 27 de octubre. Mi idea principal era haber escrito sobre lo ocurrido el mismo día que ocurrió la proclamación oficial de la República catalana, pero he querido dejar pasar este fin de semana para ver cómo se iban desarrollando los acontecimientos a medida que pasaban las horas. A estas horas de la noche, lunes 30 de octubre de 2017 a las 2:30 de la madrugada, siento vergüenza y asco de todo lo que estamos viviendo. Han pasado ya más de 48 horas desde que el parlamento catalán proclamase la independencia catalana y Puigdemont se dirigiese desde las escaleras del parlamento a los catalanes en presencia de más de un centenar de alcaldes independentistas. Han pasado también más de 48 horas desde que el Senado diera luz verde a la aplicación del artículo 155 para intervenir la autonomía catalana. Una intervención que todo el mundo (Yo incluido) esperaba que se realizase en los términos que se había anunciado hace una semana. Pues bien, después de la DUI y la aprobación en el Senado del 155, Mariano Rajoy aparece y anuncia la destitución del gobierno catalán y la convocatoria inmediata de elecciones en Cataluña el día 21 de diciembre (Jueves). Posteriormente y tras todo lo ocurrido, aparece en el día de ayer Carles Puigdemont (En ese momento siendo ya expresidente destituido de Cataluña) y anuncia en una declaración institucional grabada que ellos no se consideran cesados por nadie y que siguen siendo el gobierno legítimo de Cataluña. ¿Surrealista, verdad? Pues más surrealista si cabe después de todo esto (Que ya es gravísimo) es que este sujeto y todos sus secuaces que le acompañan en este golpe de estado estén a estas horas de la noche en libertad, paseándose por las calles entre vítores de los catalanes y anunciándose así mismos todavía como "El gobierno legítimo de la nueva República catalana".

En estos momentos, Cataluña es para los independentistas una República declarada desde hace 48 horas con un gobierno "nacional" presidido por Puigdemont. Para la inmensa mayoría de los españoles y del resto de la comunidad internacional, Cataluña es ahora mismo una región de España intervenida por el Estado y gestionada por el gobierno español. Ningún país en todo el mundo ha reconocido hasta estos momentos la declaración efectuada el pasado viernes, ya que la consideran ilegítima y no tiene cabida en el ordenamiento jurídico. Lo cual, como no podía ser menos, es completamente cierto. La cuestión ahora es; ¿Después de ésto, qué? porque el gobierno cree de manera cobarde e irresponsable que la grave situación que estamos viviendo se resolverá como por arte de magia el 21 de diciembre si ganan las elecciones los constitucionalistas (PP, C's, PSC). Dicho esto, lo que habría que preguntarse es; ¿A quién coño se le ocurrió la "brillante" idea de convocar unas elecciones en una región a poco después de 50 días de un golpe de estado perpetrado en ese territorio?. ¿Quién asegura que esas elecciones se van a celebrar? Porque recordemos que según los independentistas, un "país extranjero" no tiene potestad para convocar elecciones en otro territorio que ya es independiente según ellos. ¿Qué harán los independentistas?, ¿Boicotear las elecciones, impedir por la fuerza que se celebren esas elecciones "impuestas desde un gobierno extranjero"?, ¿Qué harán los independentistas?, ¿Se presentarán a unas elecciones convocadas por ese "gobierno extranjero" si ellos ya han declarado la independencia?, ¿O renunciarán a presentarse, dejando con ello que el bloque constitucionalista gane mientras ellos mantienen de forma paralela su "gobierno republicano nacional"? Y la pregunta más importante de todas; ¿Qué pasaría si los independentistas anuncian su candidatura y ganan por mayoría absoluta? pues que para empezar el Estado y el gobierno de Rajoy quedarán en el más espantoso de los ridículos a nivel nacional e internacional, ya que peor respuesta no se ha podido dar por parte del Estado. El gobierno tendría que haber intervenido la autonomía catalana, haber hecho una limpieza general y reconstituido la legalidad en Barcelona, y una vez llevado a cabo todo esto, convocar elecciones en el plazo de 1 año y medio/2 años. En lugar de eso se lleva a cabo una intervención mínima con unas elecciones en medio de todo el "follón" dentro de dos meses, en las que para más inri el gobierno anuncia que la presencia de Puigdemont en esos comicios serían un "agrado" por parte de Moncloa. Ni el peor enemigo de España hubiese dicho cosa semejante...

El cobarde, inepto y traidor gobierno que tenemos tendría que haber ordenado la detención inmediata de los golpistas el pasado día 27 de octubre. En lugar de eso sólo llevan a cabo su destitución y les otorga la capacidad de presentarse de nuevo. ¿Con esto quién es mayor traidor a España; Puigdemont, Rajoy, o los dos por igual? Yo me inclino más por lo último. ¿Alguien se imagina por ejemplo a Theresa May suspendiendo la autonomía de Escocia tras producirse una declaración de independencia en dicha región y anunciar posteriormente que vería de buen agrado que aquellos que han llevado a cabo un golpe de estado se presenten a unas futuras elecciones en ese territorio? Sinceramente no doy crédito a lo que estoy viendo y oyendo durante todo este mes. Cuando Lluis Companys declaró el "Estat Catalá" en octubre de 1934, el gobierno de la II República española, presidido por entonces por Alejandro Lerroux, tardó pocas horas en detener al entonces presidente de la generalitat y llevarlo a prisión. En la declaración de independencia de 2017, el gobierno de Rajoy no sólo no detiene a los responsables de esta sedición sino que le piden al destituido y golpista presidente catalán que reconozca que ha sido cesado "porque sino no podrá cobrar su pensión de expresidente". Ni una película de Berlanga hubiese llegado tan lejos en todo este surrealista escenario vergonzoso y vomitivo. Todo esto me lleva a preguntarme; ¿Qué tienen que ocultar desde Madrid para tratar de este modo a unos sinvergüenzas que se han declarado en rebelión abierta contra el Estado? Algo muy turbio que el resto de los ciudadanos se nos escapa tienen que tener entre manos algunos desde sus despachos en Barcelona cuando desde el gobierno en Madrid se le pone una alfombra a aquellos que han llevado a cabo la autodeterminación de una parte del país de manera ilegal. Personalmente jamás pensé que los independentistas tuviesen los cojones suficientes para proclamar la independencia. Lo han hecho aunque de una forma cobarde al votar de manera secreta. Aun así, el daño está hecho y lo más preocupante de todo es que algunos quieren pasar página cuanto antes haciendo los mínimos cambios posibles. 

Todo el mundo daba por hecho que la independencia si se proclamaba no iba a tener reconocimiento alguno por parte del extranjero y quedaría sin efecto jurídico alguno, como así ha sido. Pero el hecho de que se haya llegado hasta esta gravísima situación por parte de la acción de unos y de la omisión de otros, es de justicia pedir que caigan políticamente hablando cuantas cabezas sean necesarias. No se puede consentir que los golpistas estén un minuto más en las calles jactándose de su golpe de estado y atribuyéndose unos cargos que ya no les corresponde. Ni tampoco se puede consentir que sigan gobernando este país los mismos sujetos que ha permitido que una región de España haya declarado de manera unilateral la independencia. Esto no es cuestión de prudencia, como algunos afirman por ahí. Esto es una traición en toda regla a España y a la constitución que los personajes en cuestión juraron cumplir y hacer cumplir en el momento de su toma de posesión. Desde el famoso mitin en noviembre de 2003 de José Luis Rodríguez Zapatero (Principal responsable de lo ocurrido hasta ahora), pasando por la aprobación del inconstitucional estatuto catalán en 2006, la sentencia del Tribunal Constitucional con respecto a esta ley en 2010, y la posterior puesta en marcha del proceso independentista ante la indiferencia y pasividad del gobierno de Mariano Rajoy Brey, se han sucedido de manera constante toda una serie de traiciones a la constitución española y a la sociedad española perpetradas por el gobierno de la generalitat, y lo que es más grave, con el beneplácito del gobierno español. Se ha ido demasiado lejos y ahora se ha llegado a un punto de no retorno. No estamos ya al borde del abismo. Desde el pasado viernes estamos ya en el abismo, y lo peor de todo es que pase lo que pase, el principal perjudicado será el pueblo español. Algún día en el futuro, alguien publicará un libro de estos momentos históricos que estamos viviendo y explicará el porqué de esta traición y el cómo se llegó hasta aquí. Por desgracia ya será tarde para remediar nada, pero por lo menos la Historia podrá juzgar a aquellos que por acción u omisión traicionaron a esta nación y que desgraciadamente no serán juzgados en vida ante un tribunal por el enorme e irreparable daño que han causado.

jueves, 12 de octubre de 2017

12-O; La peor Fiesta Nacional

Al final me he tenido que tragar un medio owned después de lo ocurrido ayer en Cataluña. Y digo medio porque dije hace unos días que el presidente de la Generalitat catalana no iba a proclamar la independencia este martes pasado. Pues bien, ayer Carles Puigdemont declaró la independencia catalana para acto seguido suspenderla. Después de este surrealista momento se produce por parte del propio Puigdemont, Junqueras, Forcadell y compañía una declaración de independencia en toda regla sin suspensión alguna con la firma de todos éstos. Con lo que desde ayer nos hacemos la misma pregunta todos los españoles; ¿Ha proclamado Puigdemont la República Catalana sí o no? Yo personalmente considero que ha habido una independencia encubierta. ¿Qué quiere esto decir? Pues que Puigdemont ha querido dejar constancia hacia el extranjero que la proclamación de independencia queda suspendida hasta llegar a un acuerdo con el desgobierno español, pero a la misma vez ha activado la propia independencia primero proclamándola y luego plasmando con su firma el sello de esa declaración.

A día de hoy, jueves 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, las cosas siguen igual que hace 48 horas, aunque un poco más desconcertante. Cataluña sigue siendo a efectos legales una comunidad autónoma de España, pero de manera de facta es una república independiente suspendida de manera temporal. Todo esto ha ocurrido hace algo más de 24 horas. En estos momentos, el presidente catalán y la presidenta del parlamento no han sido detenidos por sedición ni rebelión contra el estado. En la mañana de hoy se ha celebrado un consejo de ministros extraordinario donde a su finalización ha comparecido Mariano Rajoy para preguntarle de forma surrealista a Puigdemont "Si había declarado o no la independencia". Esta respuesta (Si es que la hay) deberá de hacerla el de facto "presidente de la suspendida República Catalana" en un plazo que transcurre desde hoy hasta el próximo lunes. Con todo esto me hago yo la siguiente pregunta: ¿Qué pasa si Puigdemont no contesta? Porque no hay que olvidar que en teoría, el presidente catalán es el nuevo jefe de un estado independiente, con lo cual no debería de responder al requerimiento de un jefe del gobierno de un ya país extranjero, según ellos.

Otra cuestión que debe tener en cuenta Puigdemont es la respuesta que dé (Si es que da alguna respuesta). Si confirma el sí, nuestro querido Carlos se puede encontrar con una más que posible activación del artículo 155 de la constitución. Lo que podría llevar a nuestro amigo a pasar una temporada en la nueva república independendiente de su celda. Si por el contrario su respuesta es un no, nuestro William Wallace particular ya puede ir buscando a su Kevin Costner para que haga de guardaespaldas ante un más que posible intento de asesinato contra él por parte de algunos radicales independentistas que se sentirían traicionados (De hecho ya lo están) por lo que algunos ya consideran una bajada de pantalones, con calzoncillos y tanga incluido.

Yo personalmente, aunque mi primera reacción fue catalogar dicha actuación como un paso atrás digno de Michael Jackson, posteriormente llegué a la conclusión tras ver el acto de firma y la posterior publicación de ese escrito firmado, que Puigdemont no es tan tonto como algunos se creen y que ha jugado muy bien sus cartas. ¿Por qué digo esto? Por la sencilla razón de que ha suspendido temporalmente una república ya proclamada mientras tiene en su poder una declaración de independencia que puede hacerla pública en el boletín oficial de la generalitat en cualquier momento si el estado español interviene en caso de no parecerle muy convincente la respuesta que el propio Puigdemont dé en estos días. Varios juristas han declarado a lo largo de ayer por la noche y de hoy que la proclamación de independencia fue muy ambigua y que habría que analizarla detenidamente para constatar si hay delito o no en la actuación de Puigdemont, lo cual es un punto a favor del catalán ya que ha jugado a marear la perdiz con este movimiento.

En lo que respecta al desgobierno de España poco puedo decir, excepto que Rajoy debería de dar gracias a Dios por ser el presidente del gobierno de una España del año 2017 y no del año 1977. Si Rajoy hubiese gobernado nuestra nación durante la época del ahora sobrevalorado Adolfo Suárez, y su actitud ante una proclamación de independencia por parte de una recién reinstaurada generalitat catalana hubiese sido la de estas últimas horas, no sabría decir muy bien en qué mundo podría estar en estos momentos el jefe del gobierno español. Creo que ha llegado la hora de descojonarse por no llorar de impotencia y rabia ante la actitud mezquina, cobarde y traicionera que está tomando el gobierno del PP en estos momentos. ¿En qué país del mundo un gobierno deja que un golpista secesionista continúe en su cargo institucional después de haberse saltado la ley por la puerta grande?, ¿En que país del mundo el jefe del gobierno hace un requerimiento ante rebelde en vez de ordenar su detención? Creo sinceramente que este caso no sucedería ni siquiera en una república bananera perdida en un rincón del planeta.

Para más inri, el hecho de que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se reuniesen anoche en Moncloa y acordasen llevar a cabo una reforma de la constitución, nos da una idea de por dónde pueden ir los tiros a partir de ahora. En una famosa página web de un periódico digital, Vozpopuli, concretamente, aparecen los términos de lo que sería esa reforma constitucional pactada entre Rajoy y Sánchez y en la que según afirma el propio diario, el mismísimo Puigdemont estaría de acuerdo. Esta reforma consistiría en el reconocimiento pleno por parte de España hacia Cataluña como un "Estado libre asociado al Reino de España" con una representación internacional propia donde Cataluña sería considerada de cara al exterior como una nación, y donde tendría un régimen fiscal propio con su agencia tributaria, sistema de pensiones, seguridad social, etc. El diario también afirma que estas ventajas tendrán un coste económico para el resto de España de 60.000 millones de euros al año. Ahí es nada. Como se puede apreciar, si esta noticia se confirma estamos ante una bajada histórica de pantalones y una traición alta y clara con sus ocho letras. Esta sí sería una auténtica bajada de pantalones y no la que Puigdemont realizó ayer por la tarde. Personalmente debo añadir que me produce asco leer esta noticia, pero no me sorprende en absoluto. Ya he dicho muchísimas veces en este blog y vuelvo a decirlo hoy, que esta situación sólo se solucionará cuando la palabra mágica salga de los labios del presidente del gobierno; "Fiscalidad". Esta noticia y el hecho de que Rajoy y Sánchez estuviesen negociando anoche en Moncloa hasta las 5 de la mañana la reforma constitucional tras el "paso atrás" de Puigdemont, nos confirma que todo este conflicto político, que ya es también un conflicto social, tiene más que elaborado su propio desenlace.

Llegados a este punto quiero añadir que si la solución a este golpe de estado es un acuerdo fiscal con distinción política añadida a Cataluña sobre el resto de España, ya puedo decir desde este instante que aquí tienen al más firme defensor de la independencia catalana. No se puede consentir que un golpe de estado se solucione con la entrega de una franja de billetes cuan escena digna de "El Padrino". No, señores. España es mucho más que una "Marca" o un "Pedazo de tierra" cuyos conflictos inconstitucionales se solucionan con la entrega de por medio de un maletín cargado de millones. Quien piense que este arreglo sólo es posible con este método y no con la aplicación de la ley está confirmando que posee la misma catadura moral que todos estos seres despreciables que se hacen llamar así mismos "Políticos", los cuales están a punto de meternos una reforma constitucional tan humillante para el resto de España, que la ofensa hacia Alemania tras firmar el Tratado de Versalles va a ser un chiste comparado con lo que nos espera a nosotros y que no deberíamos permitir bajo ninguna circunstancia.

Por desgracia se puede llegar a la conclusión de que hoy, 12 de octubre, si 525 años atrás Cristóbal Colón llega a saber lo que le depararía en el futuro a los reinos que con su matrimonio fusionaron Isabel y Fernando, seguramente éste se hubiese quedado a vivir con los indígenas al llegar a América. Para terminar quiero felicitar a todos los españoles de bien en este nuestro día de la Fiesta Nacional, quizás el más triste en muchísimos años, y decir que aunque el poder lo ostenten los sinvergüenzas, los ladrones y los miserables, siempre habrá algo que no nos podrán quitar, y ese es el verdadero y orgulloso sentimiento de ser y sentirse español.

lunes, 9 de octubre de 2017

Una semana para la Historia

El pasado domingo se produjo lo que todos sabemos ya en Cataluña, y esta semana han ocurrido cosas bastante singulares tanto allí como en el resto de España. Mi idea principal era la de no escribir sobre este asunto hasta que la Generalitat llevase a cabo la DUI (Declaración Unilateral de Independencia). Como sé de antemano que esa DUI no se va a producir porque Puigdemont y el PDeCAT se han acojonado vivos tras las masivas fugas de empresas en estos días, creo que ya ha llegado el momento de hablar sobre lo ocurrido en esta semana. Una semana en la que hemos pasado de un conflicto político a un conflicto social nunca visto en España desde la Guerra Civil, y todo gracias a la sedición de unos y a la traición de otros. Es por ello por lo que ésta que hemos terminado ha sido una semana crucial en nuestro país, la cual en su día se estudiará y mucho en la Historia.

Lo ocurrido el pasado domingo fue ni más ni menos que un golpe de estado y una rebelión abierta contra el estado español. Por mucho que el desgobierno de España anunciase una y otra vez que el referéndum del 1-O no se iba a producir, al final se produjo. Por supuesto no de la forma en la que se celebra un referéndum con todas las de la ley, pero sí hubo referéndum aunque ésta fuese una pantomima. Puigdemont, Junqueras, Forcadell y compañía llegaron hasta el final. Muchos colegios electorales se abrieron tras la toma de éstos por parte de los padres de los alumnos dos días antes, otros no llegaron a abrir, y otros abrieron pero cerraron al poco tiempo. Los Mossos llegaron hasta el final y Trapero y los altos mandos de la policía catalana se rebelaron contra el Estado al no impedir la celebración del referéndum y hacer la "Vista gorda" ante los sucesos que se estaban produciendo. Tras ver la Policía Nacional y la Guardia Civil destinada en Barcelona que los Mossos los habían traicionado, se produjo la intervención por parte de éstos para garantizar la ley y el orden en el territorio catalán. Los resultados ya han salido más incesantemente esta semana; disturbios entre la Policía y los independentistas y algún que otro herido. ¿El desenlace de todo esto? La retirada de las fuerzas y cuerpos de seguridad y la victoria moral del independentismo catalán, que pudieron realizar sin problema alguno su referéndum pudiendo votar en cualquier centro en un surrealista sufragio universal. Por supuesto el resultado de ese referéndum fue, como era de prever, un sí como una catedral. Pero ahora no quiero hacer un resumen de lo ocurrido estos días, quiero hacer un análisis de los sucesos históricos que hemos observado atónitos los españoles desde el pasado domingo. 

Lo ocurrido desde el pasado domingo hasta hoy (Lunes, 9 de octubre), supone una derrota sin paliativos hacia el estado español, su sistema, sus leyes e instituciones. ¿En qué país de Europa se ha visto a un gobierno hacer una abdicación de sus funciones y permitir que una pandilla de radicales se salgan con la suya a la hora de encabezar un golpe de estado?. Cuando Mariano Rajoy salió por televisión y anunció con tic nervioso en el ojo izquierdo incluido, que "El Estado de Derecho ha triunfado", lo primero que me salió del alma decir fue ""Qué hijo de puta". Escuchar esas declaraciones después de que los independentistas triunfasen en su golpe de estado fue lo más bochornoso, indignante, deplorable y vergonzoso que he podido escuchar por televisión desde hace mucho tiempo. Cualquier persona honrada hubiese salido la noche del domingo y hubiese presentado su dimisión irrevocable ante la gravedad de la situación. Aquí por el contrario asistimos a una rueda de prensa impresentable donde el presidente del desgobierno de España afirmaba con todos sus cojones que "Él y su gobierno habían cumplido su función en este asunto". Hay que ser muy miserable para decir semejante barbaridad. Si de mí dependiese, la moción de censura para echar de la Moncloa a este peligroso sujeto estaría presentada desde la misma mañana del 2 de octubre. Aún así lo peor de todo no es esto (Que ya es bastante grave) sino la posibilidad de que con su traición, su inacción y su silencio, Rajoy salga fortalecido contra todo pronóstico y acabe ganando unas nuevas elecciones por mayoría absoluta ante un escenario de unidad nacional como el que estamos viviendo.

Lo ocurrido los días posteriores no se quedan atrás. Los acosos sufridos por la Policía y la Guardia Civil por parte de los independentistas así como la expulsión de policías y guardias civiles de los hoteles y de los pueblos catalanes debido a la "Tensión que éstos estaban generando con su presencia", es algo que produce vergüenza, estupor y repugnancia a la vez. La actitud del gobierno de no actuar en favor de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado debería de ser considerado como un delito de alta traición y motivo más que suficiente para abrir un proceso judicial contra todo el gobierno. Tanto los cuerpos anteriormente citados como la sociedad española en su conjunto han visto cómo el estado y el gobierno en particular se ha cruzado de brazos ante la crisis más grave producida en nuestro país desde la Guerra Civil. En todo momento ha sido la sociedad española y la catalana no independentista la que ha salido a la calle a defender sus derechos y la unidad de España. Ese es quizás el único factor positivo de esta semana y con el que quiero quedarme; la unidad de los españoles ante la amenaza inminente de la ruptura territorial de su nación.

Por si fuera poco, tras los graves sucesos producidos en Barcelona y la inacción del desgobierno, aparece en escena el rey la noche del martes. Felipe VI habla entonces al país y exige al gobierno y a las instituciones que forman el estado a parar los pies a los golpistas y poner punto y final a esta locura. Una intervención y una exigencia que el gobierno se pasa por el arco del triunfo y sobre la cual hace oídos sordos. Seis días después de ese mensaje, ni Puigdemont ni ningún otro de los golpistas han sido detenidos. La aplicación del artículo 155 de la Constitución no se vislumbra por ningún lugar, y sólo la fuga masiva de empresas fuera de Cataluña están provocando que el golpe se venga abajo. En lo que respecta al mensaje del rey, personalmente tengo que añadir que aunque no soy monárquico, sí vi bien la intervención de Felipe VI en televisión. El jefe del estado español no podía seguir de perfil mientras esta situación empeoraba a medida que avanzaban las horas. Un día antes o un día después tenía que dar la cara, y así lo hizo (Qué menos para lo poco que hace y lo mucho que cobra). Eso no excusa que la monarquía en España ha tenido gran responsabilidad en lo ocurrido durante todo este tiempo con respecto a Cataluña debido a su inacción e irresponsabilidad. Por ello aunque aplaudo el discurso del rey, no dudaría en votar en favor de abolir la institución que él representa si se presentase la oportunidad (Que no se va a presentar para desgracia de todos, y menos después de esto).

En lo que respecta a Puigdemont, Junqueras, Forcadell y demás gentuza sólo diré que estos golpistas deberían de haber sido inhabilitados y detenidos hace mucho tiempo. Por el contrario ahí están, riéndose de todo un país y pidiendo "Por favor" un diálogo para llevar esto a buen puerto. ¿Qué diálogo? Aquí el único diálogo que se tendría que producir sería entre ellos dentro de prisión para matar el tiempo. Si tan decididos están en independizarse, que el próximo martes proclamen la DUI como ellos mismos establecieron en esa ley de transitoriedad que aprobaron hace un mes para vergüenza de todos los españoles y los catalanes de bien. ¿A cuento de qué viene esta bajada de pantalones después de haber dado un golpe de estado y dividido a una región y enfrentado a ésta contra el resto del país? No tiene sentido, al menos que se hayan echado atrás después de ver cómo el Sabadell, Caixabank y demás bancos y empresas han salido cagando leches de Cataluña por temor a lo que pueda pasar. Se ve que la independencia es muy deseada por ellos, a excepción de que el poderoso caballero don Dinero les de la espalda. Ahí ya entra el diálogo y las retracciones y desaparecen las banderas y las sediciones.

Por último quiero añadir que por muchas vueltas que se esté dando, la independencia no se va a producir. Los independentistas han visto que las cosas están empezando a joderse desde la fuga de empresas esta semana. Contaban con el respaldo económico de las élites catalanas y les ha salido el tiro por la culata. Puigdemont el martes no dirá nada ni proclamará la DUI aunque posteriormente la CUP convoque huelga general indefinida o provoquen algo más gordo. Puigdemont sabe que la DUI es lo que le separa de la detención y su paso por la cárcel una temporada, por eso se resistirá y no hará nada mientras solicita diálogo y acuerdo. Por mi parte tengo que añadir que si todo esto acaba en nada y Puigdemont continúa en su puesto y logra llegar a un acuerdo fiscal con el desgobierno de España, yo seré el primero que pida desde entonces la independencia catalana. Esto no se soluciona con un acuerdo ni con más dinero, sino con el cumplimiento de la ley y la detención de todos aquellos que han colaborado en este golpe contra España. En un país serio, los independentistas con Puigdemont al frente estarían ya entre rejas, el gobierno de la nación habría dimitido por alta traición y por incumplimiento de la Constitución, mientras que el rey ya iría haciendo las maletas ante semejante escenario. Por el contrario, todo sigue igual una semana después del 1-O, lo que me lleva a preguntarme como hace unos meses; ¿Estamos ante la actuación del siglo? Hay quienes dirán que semejante escenario de tal gravedad no puede ser obra de un teatro precocinado, pero si nos paramos a pensar y vemos que el desenlace de todo esto está siendo el repunte de la monarquía con Felipe VI, una posible y surrealista victoria de Rajoy que le permitiría seguir gobernando con una mayoría más amplia gracias a este conflicto social y político, y una Cataluña dentro de España a cambio de más dinero. Con estos vencedores y estos no vencidos cabe pensar; ¿Ha sido todo esto un nuevo 23-F, usando esta vez la unidad nacional como pretexto para garantizar la supervivencia del sistema político?, o lo que es lo mismo; ¿Nos la han vuelto a meter doblada? La respuesta, sólo el tiempo la dirá...