Cuando escribí hace escasas semanas sobre las 100 entradas de mi blog dije que seguiría escribiendo muchas más en donde plasmaría mi visión de la Historia. Sólo tres entradas después estoy escribiendo una que describe mi punto de vista del que es sin lugar a dudas uno de los sucesos históricos más importantes y graves ocurridos en la historia reciente de España; La declaración unilateral de independencia de Cataluña producida el pasado y ya histórico viernes 27 de octubre. Mi idea principal era haber escrito sobre lo ocurrido el mismo día que ocurrió la proclamación oficial de la República catalana, pero he querido dejar pasar este fin de semana para ver cómo se iban desarrollando los acontecimientos a medida que pasaban las horas. A estas horas de la noche, lunes 30 de octubre de 2017 a las 2:30 de la madrugada, siento vergüenza y asco de todo lo que estamos viviendo. Han pasado ya más de 48 horas desde que el parlamento catalán proclamase la independencia catalana y Puigdemont se dirigiese desde las escaleras del parlamento a los catalanes en presencia de más de un centenar de alcaldes independentistas. Han pasado también más de 48 horas desde que el Senado diera luz verde a la aplicación del artículo 155 para intervenir la autonomía catalana. Una intervención que todo el mundo (Yo incluido) esperaba que se realizase en los términos que se había anunciado hace una semana. Pues bien, después de la DUI y la aprobación en el Senado del 155, Mariano Rajoy aparece y anuncia la destitución del gobierno catalán y la convocatoria inmediata de elecciones en Cataluña el día 21 de diciembre (Jueves). Posteriormente y tras todo lo ocurrido, aparece en el día de ayer Carles Puigdemont (En ese momento siendo ya expresidente destituido de Cataluña) y anuncia en una declaración institucional grabada que ellos no se consideran cesados por nadie y que siguen siendo el gobierno legítimo de Cataluña. ¿Surrealista, verdad? Pues más surrealista si cabe después de todo esto (Que ya es gravísimo) es que este sujeto y todos sus secuaces que le acompañan en este golpe de estado estén a estas horas de la noche en libertad, paseándose por las calles entre vítores de los catalanes y anunciándose así mismos todavía como "El gobierno legítimo de la nueva República catalana".
En estos momentos, Cataluña es para los independentistas una República declarada desde hace 48 horas con un gobierno "nacional" presidido por Puigdemont. Para la inmensa mayoría de los españoles y del resto de la comunidad internacional, Cataluña es ahora mismo una región de España intervenida por el Estado y gestionada por el gobierno español. Ningún país en todo el mundo ha reconocido hasta estos momentos la declaración efectuada el pasado viernes, ya que la consideran ilegítima y no tiene cabida en el ordenamiento jurídico. Lo cual, como no podía ser menos, es completamente cierto. La cuestión ahora es; ¿Después de ésto, qué? porque el gobierno cree de manera cobarde e irresponsable que la grave situación que estamos viviendo se resolverá como por arte de magia el 21 de diciembre si ganan las elecciones los constitucionalistas (PP, C's, PSC). Dicho esto, lo que habría que preguntarse es; ¿A quién coño se le ocurrió la "brillante" idea de convocar unas elecciones en una región a poco después de 50 días de un golpe de estado perpetrado en ese territorio?. ¿Quién asegura que esas elecciones se van a celebrar? Porque recordemos que según los independentistas, un "país extranjero" no tiene potestad para convocar elecciones en otro territorio que ya es independiente según ellos. ¿Qué harán los independentistas?, ¿Boicotear las elecciones, impedir por la fuerza que se celebren esas elecciones "impuestas desde un gobierno extranjero"?, ¿Qué harán los independentistas?, ¿Se presentarán a unas elecciones convocadas por ese "gobierno extranjero" si ellos ya han declarado la independencia?, ¿O renunciarán a presentarse, dejando con ello que el bloque constitucionalista gane mientras ellos mantienen de forma paralela su "gobierno republicano nacional"? Y la pregunta más importante de todas; ¿Qué pasaría si los independentistas anuncian su candidatura y ganan por mayoría absoluta? pues que para empezar el Estado y el gobierno de Rajoy quedarán en el más espantoso de los ridículos a nivel nacional e internacional, ya que peor respuesta no se ha podido dar por parte del Estado. El gobierno tendría que haber intervenido la autonomía catalana, haber hecho una limpieza general y reconstituido la legalidad en Barcelona, y una vez llevado a cabo todo esto, convocar elecciones en el plazo de 1 año y medio/2 años. En lugar de eso se lleva a cabo una intervención mínima con unas elecciones en medio de todo el "follón" dentro de dos meses, en las que para más inri el gobierno anuncia que la presencia de Puigdemont en esos comicios serían un "agrado" por parte de Moncloa. Ni el peor enemigo de España hubiese dicho cosa semejante...
El cobarde, inepto y traidor gobierno que tenemos tendría que haber ordenado la detención inmediata de los golpistas el pasado día 27 de octubre. En lugar de eso sólo llevan a cabo su destitución y les otorga la capacidad de presentarse de nuevo. ¿Con esto quién es mayor traidor a España; Puigdemont, Rajoy, o los dos por igual? Yo me inclino más por lo último. ¿Alguien se imagina por ejemplo a Theresa May suspendiendo la autonomía de Escocia tras producirse una declaración de independencia en dicha región y anunciar posteriormente que vería de buen agrado que aquellos que han llevado a cabo un golpe de estado se presenten a unas futuras elecciones en ese territorio? Sinceramente no doy crédito a lo que estoy viendo y oyendo durante todo este mes. Cuando Lluis Companys declaró el "Estat Catalá" en octubre de 1934, el gobierno de la II República española, presidido por entonces por Alejandro Lerroux, tardó pocas horas en detener al entonces presidente de la generalitat y llevarlo a prisión. En la declaración de independencia de 2017, el gobierno de Rajoy no sólo no detiene a los responsables de esta sedición sino que le piden al destituido y golpista presidente catalán que reconozca que ha sido cesado "porque sino no podrá cobrar su pensión de expresidente". Ni una película de Berlanga hubiese llegado tan lejos en todo este surrealista escenario vergonzoso y vomitivo. Todo esto me lleva a preguntarme; ¿Qué tienen que ocultar desde Madrid para tratar de este modo a unos sinvergüenzas que se han declarado en rebelión abierta contra el Estado? Algo muy turbio que el resto de los ciudadanos se nos escapa tienen que tener entre manos algunos desde sus despachos en Barcelona cuando desde el gobierno en Madrid se le pone una alfombra a aquellos que han llevado a cabo la autodeterminación de una parte del país de manera ilegal. Personalmente jamás pensé que los independentistas tuviesen los cojones suficientes para proclamar la independencia. Lo han hecho aunque de una forma cobarde al votar de manera secreta. Aun así, el daño está hecho y lo más preocupante de todo es que algunos quieren pasar página cuanto antes haciendo los mínimos cambios posibles.
Todo el mundo daba por hecho que la independencia si se proclamaba no iba a tener reconocimiento alguno por parte del extranjero y quedaría sin efecto jurídico alguno, como así ha sido. Pero el hecho de que se haya llegado hasta esta gravísima situación por parte de la acción de unos y de la omisión de otros, es de justicia pedir que caigan políticamente hablando cuantas cabezas sean necesarias. No se puede consentir que los golpistas estén un minuto más en las calles jactándose de su golpe de estado y atribuyéndose unos cargos que ya no les corresponde. Ni tampoco se puede consentir que sigan gobernando este país los mismos sujetos que ha permitido que una región de España haya declarado de manera unilateral la independencia. Esto no es cuestión de prudencia, como algunos afirman por ahí. Esto es una traición en toda regla a España y a la constitución que los personajes en cuestión juraron cumplir y hacer cumplir en el momento de su toma de posesión. Desde el famoso mitin en noviembre de 2003 de José Luis Rodríguez Zapatero (Principal responsable de lo ocurrido hasta ahora), pasando por la aprobación del inconstitucional estatuto catalán en 2006, la sentencia del Tribunal Constitucional con respecto a esta ley en 2010, y la posterior puesta en marcha del proceso independentista ante la indiferencia y pasividad del gobierno de Mariano Rajoy Brey, se han sucedido de manera constante toda una serie de traiciones a la constitución española y a la sociedad española perpetradas por el gobierno de la generalitat, y lo que es más grave, con el beneplácito del gobierno español. Se ha ido demasiado lejos y ahora se ha llegado a un punto de no retorno. No estamos ya al borde del abismo. Desde el pasado viernes estamos ya en el abismo, y lo peor de todo es que pase lo que pase, el principal perjudicado será el pueblo español. Algún día en el futuro, alguien publicará un libro de estos momentos históricos que estamos viviendo y explicará el porqué de esta traición y el cómo se llegó hasta aquí. Por desgracia ya será tarde para remediar nada, pero por lo menos la Historia podrá juzgar a aquellos que por acción u omisión traicionaron a esta nación y que desgraciadamente no serán juzgados en vida ante un tribunal por el enorme e irreparable daño que han causado.