domingo, 2 de abril de 2017

La libertad de expresión; Instrumento del radicalismo

Si hace unas semanas era (Y sigue siendo aún) el famoso autobús de HazteOír tema de debate nacional, estos días la actualidad se ha centrado en la famosa sentencia que la Audiencia Nacional ha dictado contra la famosa tuitera Cassandra Vera por sus "chistes" sobre el atentado mortal que ETA perpetró contra el ex presidente del gobierno, Luis Carrero Blanco. La susodicha tuitera ha sido condenada a un año de cárcel (Pena que no cumplirá al no tener antecedentes penales) y a siete años de inhabilitación para ejercer cualquier cargo público. Como es de suponer, el colectivo progre se ha echado en masa para poner el grito en el cielo y protestar ante una sentencia que según ellos consideran como mínimo un retroceso a cuarenta años atrás y una vergüenza nacional.

Pues bien, como yo no comulgo con la sociedad progre (Gracias a Dios), tengo que añadir que personalmente sí veo muy justa la sentencia dictada. La cuestión no es que esta "señorita" haya insultado a un fallecido político franquista por una red social. La cuestión es que ha llevado a cabo un enaltecimiento del terrorismo en toda regla, así como una serie de "bromas" de muy mal gusto sobre el atentado terrorista en el que murió esa persona que anteriormente he citado. Porque aunque haya un sector de la sociedad española que no lo vea así, Carrero Blanco fue una víctima del terrorismo etarra como muchísimas otras que por desgracia han sido asesinadas en atentados terroristas perpetrados por la banda criminal e independentista vasca. Sí, ya sé que para muchos progres, las personas asesinadas por ETA durante el Franquismo no eran víctimas del terrorismo, ya que según ellos, ETA era por entonces una organización que luchaba contra el franquismo y a favor de la democracia, y que los asesinados por ellos durante el gobierno de Franco eran unos fachas a los cuales no había que tener consideración ninguna cuando fallecían en un atentado terrorista porque se lo tenían merecido. Ese es el impresentable argumento (Entre otros muchos) de ciertos individuos miserables a la hora de defender a personajes como esta tipa, Cassandra, cuando alguien hace humor negro sobre el atentado que le costó la vida al almirante franquista en diciembre de 1973.

Pero la cuestión de fondo con la susodicha va más allá, ya que ésta ha arremetido varias veces en su cuenta personal de Twitter contra varios políticos como Mariano Rajoy, Cristina Cifuentes, e incluso contra el torero José Tomás, y no precisamente para lanzarles buenos deseos. Su hemeroteca en la red social no deja indiferente a nadie. Una prueba más de la radicalidad de la tuitera y de la forma de pensar que tiene esta joven que no es ni más ni menos que la representación de lo que por desgracia piensan un colectivo destacado dentro de la juventud progre en España. El simple hecho de ver cómo las redes sociales se han echado en masa para apoyarla nos da una idea del radicalismo al que está llegando una parte de la sociedad española que dentro de unos años será quienes tomen el relevo generacional en nuestro país, sin duda algo bastante preocupante viendo el panorama actual.

Desde amplios sectores del progresismo se ha hablado de que la condena a Cassandra Vera es un ataque contra la libertad de expresión. Ahora yo pregunto; ¿Acaso no es un ataque contra la libertad de expresión cuando se impide que un grupo de personas quieren sacar un autobús diciendo textualmente algo tan real como "Los niños tienen pene y las niñas vulva"?, ¿Acaso aquellos que no piensan de una manera concreta sobre el asunto de la transexualidad son unos seres que merecen lo peor, mientras que aquellos que hacen mofas sobre atentados terroristas y desean la muerte de todos aquellos que no piensan igual que ellos son por el contrario unas víctimas del sistema y unos referentes de la libertad de expresión? Ya está bien de dobles varas de medir en estos asuntos. Mientras a unos por un mensaje en un autobús se les agrede y se les persigue, a otros que lanzan mensajes agresivos por las redes sociales se les pone una alfombra a su paso.

Esta es la España que estamos viviendo en 2017. Una España en la que un sector determinado de la sociedad creen estar en posesión de la verdad absoluta y actúan del modo más totalitario contra aquellos que piensan lo contrario. No es de extrañar que dentro de unos años este país se encuentre ante un grave conflicto social debido al aumento del radicalismo entre ciertos sectores de la izquierda en España. Reitero que me parece una condena justa, y que esto no supone ni muchísimo menos un atentado contra la libertad de expresión. Todos podemos hablar de todo cuanto queramos con un mínimo de respeto y educación, pero cuando alguien se salta unos límites, y además lo hace en público mediante una red social, debe ser consecuente con sus actos y asumir sus responsabilidades. Unas responsabilidades que se ve que la condenada en cuestión no quiere asumir, ya que ni pide perdón por los mensajes escritos ni se siente culpable de nada. Para rematar la historia, la susodicha ha pedido por las redes sociales que todos aquellos que lo deseen contribuyan a pagarle la beca, ya que una de las consecuencias de la sentencia es la retirada de cualquier subvención pública. Todo un ejercicio de responsabilidad, qué duda cabe... para finalizar tengo que añadir que aunque ahora tiene inhabilitación durante siete años para ser docente de historia (Que es la carrera y la profesión que está estudiando), en un futuro puede que consiga su plaza y llegue a enseñar historia a sus alumnos, con lo que ya podemos irnos haciendo una idea de cómo enseñará esta "chica" a sus alumnos las clases que imparta, y lo peor de todo; el adoctrinamiento al que serán sometidos éstos y la manera en la que este tipo de adoctrinamientos influirá en la generaciones futuras de la sociedad española de aquí a cincuenta años.

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