El pasado jueves se produjo finalmente la reelección de Pedro Sánchez como presidente del gobierno al ser investido con los votos a favor de Sumar, Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG, CC, etc. Una reelección que culminó al día siguiente con la toma de posesión de Sánchez ante el rey por tercera vez consecutiva. Por cierto, un rey al que se le vio con cara de enfadado mientras Sánchez tomaba nuevamente posesión de su cargo. Supongo que será por indicaciones de sus asesores de Zarzuela para que parezca que le preocupa la situación y le importa España. Por otro lado debo añadir que con esta toma de posesión, Sánchez consigue igualar a Adolfo Suárez y a Felipe González como uno de los presidentes del gobierno que más veces ha tomado posesión de su cargo, ya que José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy lo hicieron dos veces, mientras que Suárez lo hizo tres veces consecutivas (Al igual que Sánchez) y González cuatro. Sólo Leopoldo Calvo Sotelo juro el cargo una única vez.
Dicho esto debo felicitar a Pedro Sánchez, ya que ha conseguido por sus santos cojones salir reelegido contra viento y marea, aunque ello suponga la destrucción de España. Pero como ya he dicho en otras ocasiones, eso a él le trae sin cuidado, ya que lo único que le importa a su persona es el poder y solamente el poder. Un poder que veremos a ver cuánto le dura, ya que el escenario sobre la amnistía parece que no va a ser un camino de rosas para el jefe del gobierno. Que la amnistía va a salir adelante está fuera de toda duda, otra cosa es lo que sucederá tras la aprobación y posterior sanción del rey de dicha amnistía. Porque aunque todavía a algunos monárquicos a ultranza no lo asimilen, éste va a firmar todo lo que le pongan por delante con tal de permanecer en el trono y no arruinar el futuro de su hija.
De momento hoy se ha producido en el Parlamento Europeo un debate sobre la misma que, en mi opinión, lo único que ha provocado es dejar aún más por los suelos la imagen de España de cara al exterior. A mí como español me ha dado vergüenza propia y ajena ver parte de este debate, ya que éste sólo ha servido para lanzarse todo el personal una serie de descalificaciones y reprimendas en vivo y en directo, las cuales se han visto desde toda Europa; mientras desde la Comisión Europea se ha afirmado de una forma completamente tibia que "Se van a vigilar los pasos que dé el gobierno español con respecto al futuro del Estado de Derecho en España". En definitiva, discursos que caen en saco roto y que sólo ha servido para intuir lo que yo ya afirmé en mi última entrada: La Unión Europea no nos va a sacar las castañas del fuego. Algunos se han empecinado en exteriorizar la grave situación que vive España para denunciarlo ante las instituciones europeas y sólo han recibido una respuesta fría e insuficiente por parte del comisario de Justicia, Didier Reynders.
Ya dije, y lo vuelvo a decir hoy, que la única forma de paralizar esta locura es a través del Poder Judicial; y si éste finalmente permanece inactivo podemos darnos ya todos por jodidos. Pero que nadie se crea que la solución a la grave crisis política que vive España en estos momentos va a venir desde Europa. De hecho, y si me apuran, espero y deseo que la solución no venga del exterior, ya que el problema que padece España es una cuestión interna y debemos ser los españoles los que busquemos la solución, sin necesidad de recurrir a instituciones supranacionales de las que deberíamos de estar ya más fuera que dentro. Que nadie se engañe, ni desde Bruselas ni desde Estrasburgo se va a mover un solo dedo para frenar un problema que es nuestro, no de ellos.
Y reitero que si desde el Poder Judicial no se produce ninguna actuación que paralice todo esto, entonces quedará confirmado que el problema es el propio sistema político y judicial en sí, el cual no otorga ningún mecanismo nítido, independiente y eficaz para hacer frente a los abusos que desde el poder se realiza por parte de los individuos que lo conforman. No puede ser que el presidente del gobierno de España haga y deshaga a su antojo como si de un monarca absolutista se tratase y aquí nadie pueda hacer nada para detener a este individuo. Cuando llegamos al punto de que el personal se pregunta "¿Es que nadie puede parar a este tío?" significa que las cosas han ido ya demasiado lejos. Y eso es un problema cuyo origen está en la Constitución y en el resto de la legislación española al no prever este tipo de escenarios, los cuales deja a la ciudadanía desamparada frente a la actitud déspota y tiránica de los gobernantes de turno. De momento ya nos hemos llevado hoy una humillación en vivo y en directo desde Europa, veremos a ver qué será lo siguiente.
Volviendo a la reelección de Sánchez debo decir que me resultó curioso cuando el presidente anunció antes de ayer la composición de su nuevo gobierno. Algunos comentaban que iba a haber muchas sorpresas con los nombres de los nuevos ministros, pero nada más lejos de la realidad. Quitando el nombramiento de Óscar Puente como ministro de Transportes (Es descarado que Sánchez le ha devuelto a su leal palmero la defensa férrea que éste realizó en nombre de su jefe en el debate de investidura de Feijóo), los demás nombramientos son los de personajes desconocidos, inexpertos y aduladores de un tipo que no desea bajo ningún concepto que nada ni nadie le haga sombra. Algunos, incluido yo, creí en los rumores que señalaban al nombramiento de Zapatero como vicepresidente del gobierno o ministro de Asuntos Exteriores, como se ha comentado por ahí; pero es natural que ningún presidente (No sólo Sánchez) quiera fichar como vicepresidente o ministro a un ex-presidente del gobierno, ya que eso le quitaría protagonismo al actual jefe del ejecutivo, y eso es algo que ningún inquilino de la Moncloa está dispuesto a aceptar, y Sánchez mucho menos.
También se mencionó nombres como los de Ada Colau y otros, pero igualmente han quedado en nada. Eso sí, lo más llamativo ha sido (Aparte del nombramiento de Puente), el nombramiento de Mónica García (Médica y madre según ella) y la confirmación de Felix Bolaños como nuevo hombre fuerte del gobierno. Bolaños ocupa desde ayer los ministerios de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. El hecho de que un solo ministro sea el encargado de las gestiones de Presidencia (Poder Ejecutivo), Justicia (Poder Judicial) y Relaciones con las Cortes (Poder Legislativo) demuestra hasta qué punto la separación de poderes en España es más ficticia que el gobierno honrado y trabajador que el gran Martin Sheen lideró como presidente de Estados Unidos en la célebre y mítica serie "El Ala Oeste de la Casa Blanca". Con esta vacilada por parte de Sánchez con respecto a la separación de poderes, el presidente del gobierno se sitúa a la altura de su archienemigo interno, Alfonso Guerra, cuando el entonces vicepresidente del gobierno pronunció aquella polémica frase "Montesquieu ha muerto" tras aprobar el PSOE la Ley del Poder Judicial, la cual se cargaba de forma clara la independencia de los jueces en España.
Por otro lado, Yolanda Díaz se mantiene como vicepresidenta segunda a la vez que, acordado previamente con Sánchez, se ha quitado de en medio a Ione Belarra e Irene Montero y ha rematado definitivamente a Podemos al expulsarlos del gobierno. De esta forma Sánchez, a través de Díaz, ha conseguido fulminar a los de Pablo Iglesias y dejarlos en la irrelevancia más absoluta, algo impensable hace apenas cuatro años. Y es que Pedro Sánchez agranda su listado de enemigos abatidos por él, esta vez con aquellos con los que él dijo una vez que "No podría dormir tranquilo si los tuviese en el gobierno". Todo esto con la ayuda de su querida Yolanda. Una relación la de estos dos sujetos que, debo confesar sinceramente, que cada vez me deja más dudas sobre hasta qué punto llega. Sólo hay que ver la foto que he subido con esta entrada para ver la emoción y las ganas con las que Yolanda (Como la llama el propio Sánchez en público) se abalanza para abrazar, besar y tocar al jefe del gobierno cada vez que tiene ocasión. Yo si fuese Begoña me andaría con cuidado y agacharía la cabeza al pasar por las puertas de la Moncloa.
Con respecto a los pactos ya hablé sobre ello en mi última entrada. Mientras Sánchez haga efectivo sus pactos con Puigdemont, Junqueras y el PNV, la legislatura seguirá su curso. Si por el contrario Sánchez se echa atrás en un momento dado, la convocatoria de elecciones generales estará asegurada como consecuencia de la retirada de apoyo de sus socios. Ya he dicho que no doy a Pedro Sánchez más de dos años al frente del nuevo gobierno, aunque todo podría ocurrir y sorprendentemente Sánchez acabe disfrutando del Falcon hasta 2027 para postularse nuevamente en los próximos comicios y mantenerse en el poder tras ellos (Con independencia de que gane o pierda), lo cual nos llevaría a la perpetuidad del Sanchismo hasta el año 2031.
Y con respecto a Alberto Núñez Feijóo debo decir que aunque parezca que tiene los días contados (Que los tiene), no va a tirar la toalla tan fácilmente. Aunque Feijóo llegó en su momento para ir a la Moncloa y no a la oposición, también es consciente de que viene una legislatura infernal en la que están en juego muchas cosas, lo cual le dará la excusa perfecta para ir ganando apoyos mientras se mantiene al frente del PP afirmando que él garantiza la estabilidad y la tranquilidad. Pero por supuesto eso serán palabras que se llevará el viento si en algún momento Isabel Díaz Ayuso decide dar el paso y mandar a Feijóo de vuelta a Galicia, algo que no parece que vaya a ocurrir ni a corto ni a medio plazo.
En definitiva, tras vender España a cambio de los siete votos que le faltaban para lograr la investidura, Sánchez consigue salir reelegido mientras nombra un nuevo gobierno de aduladores e inútiles. Todo ello mientras las protestas en las calles comienzan a menguar, la tramitación del proyecto de ley de amnistía sigue su curso y ya se comienzan a elaborar los Presupuestos Generales del Estado mientras los socios del PSOE comienzan a prepararse para exigir el resto del botín a cambio de su aprobación; y sin dejar de lado el intento de asesinato contra Alejo Vidal-Quadras, donde uno de sus sicarios ha sido asesinado en un piso de Granada cuyo propietario es militante del PSOE. Comienza pues una legislatura en la que España se juega su futuro y su unidad territorial mientras Sánchez, como hizo con Feijóo durante el debate de investidura, se descojona vivo mientras la situación se le escapa de las manos. Como ya dije en mi última entrada, esto no ha hecho más que empezar, y viendo el desarrollo y la velocidad de los acontecimientos, nada presagia que vaya a terminar bien.