domingo, 18 de diciembre de 2022

Golpe de Estado


Agitado final el que está teniendo este 2022 y que supone ser solo un aperitivo de lo que nos espera para el 2023, año en el que la tensión política y social en España va a ir en aumento conforme vayamos adentrándonos en el mismo. Y es que lo ocurrido el pasado día 15 en el Congreso supone el fin de una etapa de la que ya hablé por aquí en mi última entrada. El fin del régimen del 78 se materializó con el pleno en las Cortes en el que se discutía la reforma del Código Penal que permite al gobierno hacerse con el control del Tribunal Constitucional, la derogación del delito de sedición y por último la reforma del delito de malversación, el cual pretende rebajar aún más las condenas de los independentistas catalanes, blanqueando la corrupción y en especial los casos en los que los cargos públicos se apropian del dinero del contribuyente en beneficio de razones personales y/o partidistas. 

Toda una ironía si tenemos en cuenta que el gobierno actual del PSOE llegó al poder en junio de 2018 como consecuencia del delito de malversación por el que se le condenó al PP y que ahora pretenden reformar en beneficio de todos los que han cometido este delito, en especial, como ya he dicho, de los independentistas catalanes y particularmente del ex presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, el cual sigue en la calle tan ricamente después de que en noviembre la Audiencia Provincial de Sevilla le diese a éste un plazo de diez días para ingresar en prisión. Como se puede apreciar, la Justicia no es igual para todos, sobre todo si eres socialista, terrorista y/o independentista.

Pues bien, con el pleno celebrado el pasado día 15 se revivió lo que ya vimos los españoles hace ahora cinco años en el Parlamento catalán, cuando el bloque independentista aprobó las leyes de desconexión y se situó por encima de la Constitución y el Ordenamiento Jurídico para, según ellos, cumplir con el "Mandato popular salido de las urnas". La misma excusa que en estos momentos está llevando a cabo el PSOE y sus socios a la hora de llevar a cabo este intento por asaltar todas las instituciones del Estado. Y es que desde el PSOE, pasando por Podemos y terminando por los etarras y los independentistas se está propagando la idea de que la soberanía popular reside en los diputados y senadores que salieron elegidos en las elecciones de noviembre de 2019, la cual le dio la mayoría a la izquierda para cometer todas las atrocidades que desde entonces venimos padeciendo. Esto supone que para la izquierda, el Poder Legislativo está por encima del Poder Judicial y de las leyes establecidas, lo cual les otorga la capacidad de hacer y deshacer a su antojo, ya que según ellos se está cumpliendo el mandato popular salido de las urnas, y nada ni nadie detendrá su tramitación y entrada en vigor.

Como se puede apreciar, estamos entrando en un terreno extremadamente peligroso en el que la izquierda no solo se autoproclama como los titulares de la soberanía popular sino que tilda a la oposición, en este caso al PP, VOX y C's, de golpistas al llevar a cabo éstos los recursos presentados ante el Tribunal Constitucional y que probablemente puedan ser aceptados el lunes, lo cual detendría por el momento los planes del gobierno de Pedro Sánchez por hacerse con el control de dicho organismo. Esto no quiere decir que el lunes se pondrá punto y final a la intentona golpista de la izquierda, todo lo contrario. Al paralizarse el trámite parlamentario la izquierda puede y va a decir que la derecha ha dado un golpe de estado en complicidad con los miembros del Tribunal Constitucional, paralizando con ello la "Voluntad popular". En este caso cabe preguntarse, si el TC tumba las reformas del gobierno ¿Qué va a hacer la izquierda? ¿Salir a la calle? ¿Detener a los Magistrados del TC e ilegalizar a los partidos de la oposición? ¿O directamente pasarse por el arco del triunfo aquello que dictamine el Constitucional y seguir adelante con el trámite parlamentario? Mucho cuidado con esto porque estamos entrando en terreno desconocido y no sabemos lo que Pedro Sánchez y compañía tienen pensado hacer si las cosas se tuercen el lunes. 

Se habla de que desde el gobierno ya tienen preparado un plan B por si el TC no les da la razón pasado mañana, lo cual quiere decir que esta gentuza no se va a detener ante nada ni nadie por muchos impedimentos legales con los que puedan cruzarse por el camino. Eso en el "Mejor" de los casos, ya que si por el contrario el TC falla en favor del gobierno, éste verá consumado su asalto al mismo ante la mirada atónita de la oposición y de la sociedad española, que verá cómo los magistrados de dicho organismo se doblegan ante el PSOE y sus socios sin oponer resistencia, obteniendo el gobierno con ello el beneplácito para llevar a efecto todas las tropelías que junto con sus socios se disponen a realizar para llevar a cabo la voladura controlada del sistema constitucional.

Ante esta situación cabe preguntarse: ¿Qué va a ocurrir? No lo sé, pero suceda lo que suceda el lunes esto no va a acabar bien. El PSOE de Sánchez está ya situado abiertamente fuera de la legalidad y al frente de los independentistas y terroristas, mientras que éstos acusan a la derecha de ser ellos los que se encuentran fuera de la ley. De hecho, en el pleno del pasado día 15 se pudo escuchar cómo desde las filas socialistas acusaban a la derecha de dar nuevamente un golpe de estado, acusando a éstos de estar detrás del 23-F. Cabe recordarle a la izquierda que si alguien estuvo detrás del 23-F y la llamada Operación Armada fueron precisamente ellos, ya que en el supuesto gobierno que el general Alfonso Armada tenía pensado formar estaban los nombres de Felipe González, Javier Solana y Enrique Múgica. Pero bueno, eso ya es lo de menos. Lo importante aquí y ahora es que España se encuentra en una situación límite y en medio de una crisis constitucional gravísima que no sabemos qué efectos va a tener. 

De momento ya son muchas las voces que critican el hecho de que el rey no se haya pronunciado aún sobre los graves acontecimientos que estamos viviendo, lo cual está indignando a más de uno. Pero seamos claros, el rey no va a intervenir bajo ningún concepto en todo esto, y eso lo sabemos todos. Si Felipe VI interviniese, como es su obligación según la Constitución, la izquierda lo interpretaría como una intromisión ilegal del rey en los asuntos políticos, lo cual podría hacer que Sánchez y compañía vayan decididamente contra la monarquía, con lo que los días de Felipe VI como jefe del Estado estarían contados. Aun así sería muy ingenuo pensar, por parte de Felipe VI, que el hecho de no enfrentarse a la izquierda le permitirá seguir al frente de la Corona. Nada más lejos de la realidad. Después de que Sánchez asalte el Poder Judicial irá a por la monarquía, con lo cual la familia real se verá camino del exilio junto a Juan Carlos I, poniendo punto y final a trescientos años de Borbones en España. El final que se merece una familia que en nada ha ayudado para con el progreso y bienestar de nuestro país, sino todo lo contrario. 

Y en lo que respecta a la oposición debo decir que aunque están llevando a cabo los recursos correspondientes ante el Tribunal Constitucional, en términos políticos siguen haciéndose de rogar a la hora de articular un mecanismo que pare los pies a este gobierno totalitario. De momento la moción de censura de VOX sigue sin presentarse, e incluso algunos hablan ya de presentarla en enero. Por otra parte, nadie se atreve a activar el artículo 102 de la Constitución para llevar a Sánchez ante el Tribunal Supremo, aunque de sobra sé que en ambos casos no dan los números. Pero ante estas graves circunstancias el movimiento se demuestra andando, y pocos e insuficientes me parecen los pasos que está dando la oposición ante la deriva absolutista que está realizando este gobierno. Por el contrario se pide a la sociedad española que salgan a las calles para detener la acción del ejecutivo, algo que yo también comparto plenamente, pero ¿Por qué pedir a la población española que dé la cara por su país cuando la oposición no está haciendo lo suficiente por detener esta locura y el rey ni siquiera se molesta en cumplir su papel constitucional?

Mientras escribo esta entrada recuerdo que hace cinco años escribí por aquí un artículo en el que hablaba sobre si España se dirigía hacia un Estado fallido. Estamos hablando de agosto de 2017 y por aquel entonces faltaba poco para los acontecimientos que acabaron desencadenando el referéndum del 1-O y la posterior declaración unilateral de independencia en Cataluña. Entonces me preguntaba si España podría considerarse un Estado fallido en caso de alcanzar los catalanes la independencia. Como todos sabemos, la independencia finalmente no se hizo efectiva y por lo tanto nuestro Ordenamiento Jurídico prevaleció sobre los golpistas. Pero ahora que el escenario se repite a nivel nacional vuelvo a preguntarme lo mismo: ¿Estamos encaminados hacia un Estado fallido en el que el Estado de Derecho, la separación de poderes y el respeto a la Ley sean cosa del pasado? En un país en donde el gobierno ampara la corrupción, liquida la poca independencia judicial que ya existía y el Poder Legislativo se autoproclama titular de la soberanía nacional, saltándose con ello la Constitución y nuestro Ordenamiento Jurídico ¿Cómo habría de denominarse pues a este Estado?

En definitiva, estamos viviendo unas semanas cruciales para el futuro de España y posiblemente los últimos tiempos del régimen del 78, mientras los españoles asisten entre atónitos e indiferentes a la voladura controlada del sistema constitucional y el Estado de Derecho. Con independencia de lo que ocurra el lunes una cosa es segura: El gobierno ha roto ya todos los puentes y no hay marcha atrás. Tiene por delante un año para volar por partes el sistema político hasta las próximas elecciones generales, las cuales creo que ni serán limpias ni se ajustarán a la legalidad. La oposición por su parte espera ingenuamente que con los recursos realizados y con la aproximación de las elecciones, los españoles hagan el resto para echar a Sánchez y a los suyos, algo que mucho me temo, no va a ocurrir. Por su parte el rey continúa al margen preparando su discurso de Nochebuena (Quién sabe si el último) esperanzado en que no interviniendo en el golpe de estado perpetrado por el gobierno, éste le deje en paz y se olviden de él. Y mientras España desangrándose y encaminándose a paso ligero hacia un futuro incierto y un sistema totalitario. 

lunes, 12 de diciembre de 2022

Democracia finiquitada


Este pasado viernes se ha consumado uno de los episodios más negros y graves desde que se creó el sistema constitucional de 1978. Me estoy refiriendo, como ya sabemos todos, al asalto que desde el gobierno que preside Pedro Sánchez, compuesto por el PSOE y Podemos han perpetrado contra el Tribunal Constitucional. Un asalto llevado a cabo a través de las enmiendas que han registrado los partidos del gobierno y que tienen como objetivo la modificación a través del Código Penal de la elección de los miembros del propio Tribunal Constitucional, lo cual dará vía libre para que desde el ejecutivo se puedan realizar los nombramientos de los dos magistrados progresistas que desde hace tiempo quieren designar desde Moncloa. 

En definitiva, un golpe de estado en toda regla orquestado por Pedro Sánchez y su banda contra el sistema de elección de los miembros de este órgano constitucional, el cual se ha convertido en la última institución en ser asaltada por el gobierno en su maquiavélico plan por hacerse con el control de todos los poderes del Estado. Un golpe que resquebraja la separación de poderes, aniquila el Estado de Derecho y allana el camino para que, con un Tribunal Constitucional ya títere del gobierno, se dé luz verde a la realización de un nuevo referéndum de independencia en Cataluña y a la voladura controlada del sistema político de 1978, lo cual se dará más pronto que tarde viendo la velocidad en la que se están desencadenando los acontecimientos. 

Con todo esto queda corroborado una vez más que España está ya encaminada en un proceso de transición que tiene como fin la creación de un sistema político federal o confederal en el que la izquierda será la protagonista única y absoluta en este nuevo escenario. Y es que ya son muchas las voces que alertan de que tras el asalto del gobierno al Poder Judicial, las próximas piezas en caer serán la oposición y por último la monarquía. Una oposición y una monarquía que no están ejerciendo sus facultades constitucionales para detener este golpe de estado que se está perpetrando por partes. Mucho se ha hablado estos días del intento de golpe de estado que ha realizado el ya ex presidente de Perú, Pedro Castillo. Pero a diferencia de lo que está ocurriendo aquí, la democracia y el Estado de Derecho han prevalecido sobre cualquier intentona golpista en Perú. 

En España, sin embargo, la oposición ni está ni se le espera. Solamente VOX (Cuyo futuro legal como partido comienzan a cuestionar algunos) ha anunciado que comenzará a entablar conversaciones con los demás partidos (PP y Cs) para presentar una moción de censura con un candidato neutral que de salir elegido tendría como único fin la convocatoria de unas elecciones generales anticipadas. Pero a diferencia de VOX y Cs, el PP no quiere ni oír hablar de una moción de censura. Feijóo está esperando como agua de mayo las elecciones municipales y autonómicas del año que viene, las cuales él cree que le darán una victoria aplastante frente a Pedro Sánchez y que serán la antesala de una amplia victoria en las próximas elecciones generales.

Pues bien, viendo todo este escenario solo puedo sacar como conclusión que Feijóo es un absoluto ignorante, el cual cree que heredará de aquí a un año el poder mediante unas elecciones generales límpias y sin mover ni un solo músculo. Pero parece que el líder del PP no se entera, o no se quiere enterar que no estamos viviendo ya en un escenario de normalidad democrática. El PSOE y Pedro Sánchez han sacado ya toda su artillería y están dispuestos a ir sí o sí hacia un cambio de régimen en el cual la derecha no tendrá cabida alguna. ¿Acaso no se está enterando Feijóo de nada de lo que se está cociendo? Parece ser que no, lo cual demuestra que además de cobarde es un ingenuo. 

Y en lo que respecta a la monarquía, más de lo mismo. ¿Qué está haciendo Felipe VI por defender la Constitución, la separación de poderes y el correcto funcionamiento de las instituciones? Nada. ¿Por qué? No lo sé, pero parece que lo único que espera ya el rey es a que Sánchez y su séquito vayan a por él y su familia como los bolcheviques contra los Romanov. Lo cual me lleva a reafirmarme en mi idea de que la monarquía en España es una institución inútil, y que los Borbones no son de fiar, como así lo han demostrado desde que empezaron a reinar en nuestra nación en 1700 con Felipe V a la cabeza. Según establece la Constitución, es deber del rey moderar el funcionamiento regular de las instituciones, lo cual me lleva a preguntarme de nuevo: ¿Por qué no lo hace? Quizás porque Felipe VI tenga más que asumido que su reinado ya no da más de sí y que su destino es el de acabar fuera de España, como su bisabuelo Alfonso XIII e incluso su padre Juan Carlos I. Por cierto, un Juan Carlos I que desde su exilio ha afirmado que no le da a la monarquía más de diez años de vida. Quizás le quede incluso menos, al paso que estamos viendo. 

Volviendo a la cuestión electoral debo decir que se confunde la oposición cuando hablan abiertamente de ir hacia unas elecciones generales anticipadas. No señores. España no debe de ir ya a unas simples elecciones generales, sino a unas elecciones constituyentes previa ilegalización de los partidos que están en estos momentos atentando contra el sistema político vigente. Lo ocurrido el pasado viernes es la gota que ha colmado el vaso y la derecha no puede seguir mirando hacia otro lado mientras la izquierda avanza en su proyecto totalitario de forma imparable. Pero parece que algunos no quieren ver la gravedad de la situación y creen que esto se soluciona con una mero relevo en el gobierno que nunca se va a producir. ¿O acaso han olvidado ya algunos las palabras del ex vicepresidente Pablo Iglesias afirmando que la derecha no volverá a gobernar en España nunca más? Todavía habrá quienes crean que esto lo dijo Iglesias en un momento de calentón parlamentario. 

Hemos llegado pues al final de una etapa y de un ciclo. El régimen del 78 ha llegado a su fin. Y ha llegado gracias a esa organización criminal llamada Partido Socialista Obrero Español, la cual fue la que puso fin al régimen de la Restauración en 1931 y al régimen de la II República en 1936. Una vez más lo han vuelto a hacer, pero ahora lo han realizado de una forma más pausada y calculada al milímetro. En esta ocasión el proyecto que ahora se consume se inició hace dieciocho años, concretamente el 11 de marzo de 2004, con los atentados de Atocha y la victoria inesperada de un tal José Luis Rodríguez Zapatero. Fue en ese momento cuando comenzó el principio del fin del régimen del 78, y ahora lo que estamos viendo es la parte final de ese proyecto. Ahora se entiende pues lo que Zapatero describió en 2004 como el inicio del "Cambio tranquilo". Una vez más un sistema parlamentario es finiquitado por un gobierno surgido por las reglas de juego de ese mismo sistema. Pero no nos debería de sorprender esto, ya que la República de Weimar fue finiquitada por el propio Hitler tras ganar éste unas elecciones democráticas en 1932. Ahora esa misma historia se repite en España, con un futuro oscuro y que no promete ser nada pacífico.