Cuando escribo este artículo en la noche del 21 de abril de 2020, España lleva ya más de 20.000 fallecidos por el Coronavirus, los españoles llevamos ya más un mes confinados en nuestras casas, y el gobierno ha llevado a cabo un golpe de estado a través del Estado de Alarma que el próximo día 22 se volverá a aprobar para que continúe en vigor hasta el 10 de mayo de este año. Por si todo esto fuera poco, las graves declaraciones de ayer del Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, en la que ha afirmado abiertamente desde Moncloa que están "Minimizando" las críticas a la gestión del gobierno de PSOE-Ps suponen todo un escenario totalitario en el cual se encuentra sumida España.
Y es que no era un secreto que el gobierno del Frente Popular del siglo XXI nos iba a llevar a esta situación. Pero jamás pensamos, al menos yo, que lo fuesen a hacer en estas gravísimas circunstancias en las cuales se encuentra sumida España y el resto del mundo. Con una crisis sanitaria sin precedentes, tras haber cruzado el Rubicón y comenzado la peor crisis económica que se recuerde, y en medio de un Estado de Alarma, el cual ya nadie cree que es de Alarma sino de Excepción, el desgobierno actual de España ha comenzado a pasos gigantescos a restringir las libertades y los derechos de los españoles con la complicidad de los medios de comunicación y ante el silencio de la oposición, la cual debería de haber presentado hace ya más de una semana una moción de censura acompañada de una moción de responsabilidad criminal contra el presidente del gobierno, sus vicepresidentes y algunos de sus ministros. En lugar de eso, la oposición se dedica únicamente a mostrar desde las redes sociales, Twitter, para ser más exactos, su rechazo ante las medidas totalitarias y dictatoriales de este gobierno repleto de criminales y asesinos.
Un gobierno que ha visto en la crisis del Coronavirus su mejor oportunidad para implantar sus políticas, aislar a la oposición, y convertir a España en un estado dictatorial bajo el bipartidismo formado por PSOE y Podemos. Un bipartidismo que reniega de cualquier tipo de acuerdo con la España "Fascista, franquista y retrógrada" como ellos mismos definen a todos aquellos que no comulgamos con sus ideales totalitarios. Estamos pues ante la mayor crisis política que recuerda España en los últimos años, y no será porque en esta última década no hemos vividos crisis políticas de una gravedad sin precedentes. Pues cuando todo parecía que se había visto, el gobierno de Pedro Sánchez va diez pasos más allá y decide romper con la agonizante constitución de 1978 a través de la propia constitución.
Como diría el que fuera una de las figuras más relevantes de la transición, Torcuato Fernández Miranda, "De la ley a la ley pasando por la ley". Eso y no otra cosa es lo que están llevando a cabo el gobierno izquierdista del PSOE y Podemos. Un cambio hacia un nuevo sistema político que cuenta con la bendición de las grandes empresas españolas, los medios de comunicación e incluso la propia monarquía. Sí, esa monarquía que algunos imbéciles que todavía pululan por la derecha creen que nos va a salvar de este escenario que cada vez se vislumbra más grave y complicado.
Estamos pues ante un gobierno de psicópatas que han decidido "Echarse al monte" e iniciar un cambio de sistema bajo un escenario donde más de 20.000 personas han muerto por culpa de la inactividad e irresponsabilidad de este gobierno de cobardes, el cual ha dado un golpe de estado que ha rematado al agonizante sistema constitucional de 1978. Un golpe de estado que igual que el que perpetró el propio PSOE en 1934 va acompañado de la mano de los enemigos de España (ERC, PNV, Bildu, PdCAT, etc). A diferencia del golpe de estado que condujo a la Revolución de Asturias y al golpe de estado en Cataluña perpetrado por Lluís Companys, éste tiene todas las papeletas para culminar con éxito, para beneficio de la izquierda fascista española, y para desgracia de todos los españoles que vemos cómo no ya el sistema constitucional sino el propio país se cae a pedazos con la colaboración activa del gobierno miserable de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Un gobierno el cual ya ha dejado más que claro que le importan una mierda todas las víctimas habidas y por haber en esta crisis, así como sus familias. Un gobierno que ni siquiera se ha dignado a declarar luto nacional por las miles y miles de vidas que se está llevando esta pandemia desde hace un mes, y un gobierno que no ha mostrado comprensión ni solidaridad ninguna con los ciudadanos, a los cuales está tratando poco menos que como si fuésemos estiércol.
Estamos pues, como ya llevan vaticinando algunos "En las puertas de una nueva era". Una era que se caracterizará por el totalitarismo y el terror que desde los órganos de poder pretenden implantar una vez se complete este golpe de estado perpetrado una vez más por la izquierda española. Ya de hecho, como ha dicho el Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, están trabajando en silenciar a través de Internet y las redes sociales todas aquellas voces que supongan una oposición a la gestión del actual gobierno. Con lo cual no sería de extrañar que me acaben cerrando este blog un día de estos.
Un blog en el que desde hace ya casi siete años he criticado a los gobiernos de turno. Primero al de Mariano Rajoy y posteriormente al de Pedro Sánchez. A diferencia de lo vivido durante el gobierno del PP, en estas circunstancias es bastante probable que la censura impuesta por el gobierno del PSOE acabe arrasando con todas aquellas páginas web, blogs, perfiles en redes sociales, etc que supongan un estorbo a la hora de implantar este gobierno su agenda.
Por mi parte, aunque cambiaría los modales que en otros tiempos he utilizado, no cambiaría ni una sola coma de lo que he escrito en este blog desde hace seis años y medio. Podrán censurar este blog y el de miles de personas más así, como los canales de Youtube que no suponen más que la voz que los españoles usamos a través de este medio para criticar las medidas tomadas por los poderes públicos.
Estamos pues ante la fase final de aquello que se originó un 11 de marzo de hace dieciséis años y que provocó un cambio de ciclo en España con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero. Con el escenario actual, ese cambio se está consumando a través del golpe de estado que el PSOE de Pedro Sánchez ha llevado a cabo contra la constitución y contra los derechos fundamentales y las libertades de los españoles. La oposición por su parte tiene la carta de lanzar una moción de censura que ponga fin cuanto antes a esta pesadilla, pero por desgracia sabemos que no la van a llevar a cabo. Bien porque es sabido que no disponen de los apoyos suficientes, o bien porque ellos mismos también estén inmiscuidos en esta operación. Ya nada volverá a ser como antes. España ha cruzado la línea roja y se adentra en un peligroso escenario del cual ya no podrá salir de el. En manos de los españoles hemos tenido la oportunidad de parar esta locura, pero estábamos demasiado ocupados mientras aplaudíamos cada día a las ocho de la tarde. Lo que pase a partir de ahora será de todo menos bueno... nosotros mismos nos lo hemos buscado y aquí están ya las consecuencias. Adiós libertad, adiós España.
martes, 21 de abril de 2020
viernes, 3 de abril de 2020
Un gobierno moribundo ante un país agonizante
Cuando estamos otro año más en Viernes de Dolores de una nueva Semana Santa que por desgracia este año será inexistente tras suspenderse después de 87 años, la cifra de muertos por el llamado Covid-19, o lo que es lo mismo, el Coronavirus, ha alcanzado ya el escalofriante número de 10.000 muertos. 950 en solo las últimas 24 horas. Mientras todo esto sucede, los españoles permanecemos por tercera semana consecutiva confinados en nuestras casas mientras las cifras tanto de fallecidos como de infectados va subiendo cada día más. Es cierto que la cifra de recuperados también es alta, y que dicha noticia es buena si se tiene en cuenta que hay más recuperados que fallecidos, pero eso no es motivo suficiente como para comentar una situación de alarma social que al desgobierno de España se le ha ido completamente de las manos. Una situación en la que todo el mundo da por hecho que ha provocado un giro de 180 grados a la situación nacional que vivíamos hasta hace poco. Algunos dan ya por hecho que la legislatura ha estallado por los aires y que el todavía presidente del gobierno, Pedro Sánchez, no es ya más que un cadáver político andante, el cual se niega a reconocer como Bruce Willis en "El Sexto Sentido" que ya es solo un fantasma, es decir, lo único que ha sido toda su miserable vida.
Y es que al igual que hace justo cuarenta años y hace solo diez, la situación del actual jefe del gobierno es similar, cuando no casi exacta, a las vividas en 1980 por el aún agónico presidente Adolfo Suárez y en 2010 por el entonces moribundo presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Pero Sánchez, a diferencia de Suárez y Zapatero no se va a ir dejando tras de sí la mayor crisis sanitaria, económica y social que haya padecido España y el mundo desde 1929, sino también una cifra descomunal de muertos como consecuencia de su delictiva gestión sobre el Coronavirus. Un Pedro Sánchez que si ya se encontraba en enero (Cuando tomó posesión por segunda vez como jefe del gobierno) en una situación insostenible, ahora se encuentra en una fase tan agónica como la que padece la propia España en estos instantes. La oposición liderada por el PP de Pablo Casado debe tomar la iniciativa política y actuar como el papel que le han otorgado los españoles en las urnas el año pasado por dos veces consecutivas; Los populares deben de dar un paso al frente y presentar por sentido de Estado dos mociones.
Por el lado penal, una moción de responsabilidad criminal contra el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Una moción que en mi opinión debería de llevar consigo la presentación conjunta de otras mociones de responsabilidad criminal, en este caso contra la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, el vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, su pareja y actual ministra de igualdad, Irene Montero, la ministra de sanidad, Salvador Illa, y el delegado del gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por delitos contra la salud pública. Por otro lado, y esta más concreta en el ámbito político, el PP tiene el deber y la responsabilidad pública de presentar una moción de censura contra el gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Una moción de censura cuyo candidato no debería ser el propio Casado, ni siquiera un miembro del Partido Popular. El candidato propuesto a la investidura debe de ser alguien que cuente con la simpatía y el respeto de un criminal Partido Socialista Obrero Español, el cual ha llevado a España a una situación de crisis absoluta por tercera vez en treinta años.
Si el PSOE se niega a apoyar estas mociones estará en su derecho (Como el mismo derecho que tendría que un futuro gobierno de la derecha se plantease la ilegalización del PSOE), pero el pueblo español necesita ya una reacción urgente tanto en lo penal como en lo político, y en estos momentos esa respuesta debe darla por obligación y por responsabilidad ante el país el propio PP. Y sobre todo, los españoles se merecen ahora más que nunca que cada uno se posicione y demuestre si apoya a un candidato propuesto con el simple objetivo de convocar cuanto antes unas elecciones generales, o mantener a un gobierno repleto de asesinos y criminales, los cuales han ocultado a la población información sensible sanitaria en pos de sus intereses políticos partidistas y de una manifestación totalitaria y sectaria, la cual se puede definir como la manifestación que mayor número de muertos ha provocado con efecto retroactivo. Por no hablar de la acción criminal de este desgobierno de negarle a la Comunidad de Madrid el material sanitario que desde el gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso se pedía insistentemente. Una acción inhumana que demuestra el nulo atisbo de sentimiento humano por parte de este gobierno y de su presidente no ya al adversario político, sino a los ciudadanos. Un gobierno el cual ya se ha encargado de otorgarle más de 15 millones de euros a las televisiones privadas mientras éstas se dedican a exculpar al gobierno del PSOE y Podemos de este holocausto y culpar a su vez al PP por los recortes sanitarios y la insostenible situación que se vive en los hospitales españoles en estas durísimas semanas.
Y todo esto transcurre mientras hoy conocemos los datos del paro del mes de marzo (El primero en plena crisis sanitaria), el cual da una cifra de más de 300.000 personas desempleadas, la mayor cifra jamás conocida en la historia de España. Una cifra que por desgracia será la primera de las muchas que iremos conociendo conforme avance la crisis sanitaria y económica. Por cierto, unas cifras desoladoras que no lo son tanto para la ministra podemita de trabajo, la cual ha comparecido hoy desde la Moncloa mientras lloraba a lágrima viva de las risas que le provocaban su confusión a la hora de definir qué era un ERTE. Unas risas que también ha sufrido en sus carnes el ministro de industria, José Luis Ábalos, el cual se le ha visto especialmente sonriente a lo largo de esta semana mientras las cifras de españoles muertos por el Covid-19 aumentaban a más de 500 personas por día. Me reitero nuevamente tras hacer mención a estos hechos asquerosos cuando afirmo que estamos ante el gobierno más insensible, criminal, totalitario y miserable que ha padecido España desde, como mínimo el siglo XIX. En otro país, los hechos criminales que ha ido llevando a cabo el gobierno de forma pasiva serían más que suficientes para que sus integrantes diesen con sus putrefactos huesos en la cárcel de por vida.
Por su parte, el gobierno ya da por hecho que tendrá que pedir al congreso una nueva prórroga para mantener el Estado de Alarma otras dos semanas más. En este caso hasta el 26 de abril. Una prórroga que no será la última, ya que todos sabemos que este Estado de Alarma que estamos padeciendo va a ir más allá del mes de abril, y puede que de mayo. Un Estado de Alarma el cual se ha convertido de facto en un Estado de Sitio, en donde se ha restringido la libre circulación de personas y el derecho de reunión, entre otros derechos fundamentales que escapan de las actividades que el gobierno puede aplicar en un Estado de Alarma. Vivimos ya en un estado socialista y policial en el que el Estado ha asumido todos los poderes, y ha dejado de forma indefinida a sus ciudadanos encerrados sine die en sus hogares hasta nuevo aviso. Un encierro que se ve coloreado por los medios a través de las convocatorias para aplaudir a los profesionales sanitarios y endulzado con una campaña de marketing de solidaridad y compromiso entre todos. Unas campañas muy emotivas sino fuera por las verdaderas razones que hay tanto a nivel nacional como a nivel global en esta pandemia mundial que estamos viviendo. Ya hay algunas voces que están avisando de que nada volverá a ser como antes tras el paso de esta crisis. Al igual que tras el 11-S, el mundo se encuentra otra vez a las puertas de un cambio de ciclo a todos los niveles. Un cambio que al igual que pasó en 2001 se intuye que no es un cambio para mejor...
Volviendo al terreno político, desde algunos sectores se habla de la posibilidad de formar un gobierno de "Salvación Nacional" el cual estaría presidido por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño y compuesto por miembros del PSOE, PP y VOX (Un cambio bastante curioso por parte de Abascal y compañía). Por otro lado se habla de realizar una serie de reformas de altísimo calado económico y social, que serían a su vez la antesala de unas elecciones generales a celebrar en 2021. Personalmente no sé qué es lo que va a ocurrir a partir de ahora, pero sí es un hecho que el gobierno de Sánchez ya está acabado y calcinado. La presidencia de Sánchez está tan agotada como su propia credibilidad, si es que alguna vez la tuvo. Al igual que Suárez y Zapatero en 1980 y 2010, Sánchez vive en este 2020 sus últimos meses en la Moncloa en medio de una crisis sin precedentes y con el país hecho cenizas tras haberlo incendiado en estos últimos dos años. Ahora solo queda esperar para ver cuál será en primer lugar el final que le depara a España tras este tsunami que ha arrasado con todos sus sectores sociales, económicos, sanitarios, laborales, políticos, etc. Y por último saber cuál será el desenlace de este gobierno, el peor en la historia contemporánea de España y el único que ha conseguido aniquilarla tras más de 500 años de historia. Lo que viene ahora no será fácil para ninguno de nosotros. España y el mundo se adentran en un terreno inexplorado hasta ahora en donde la crisis económica de 2008 será una comedia en comparación con el apocalipsis que nos espera. Por ello cabe decir, ahora más que nunca "Agárrense, que vienen curvas".
Y es que al igual que hace justo cuarenta años y hace solo diez, la situación del actual jefe del gobierno es similar, cuando no casi exacta, a las vividas en 1980 por el aún agónico presidente Adolfo Suárez y en 2010 por el entonces moribundo presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Pero Sánchez, a diferencia de Suárez y Zapatero no se va a ir dejando tras de sí la mayor crisis sanitaria, económica y social que haya padecido España y el mundo desde 1929, sino también una cifra descomunal de muertos como consecuencia de su delictiva gestión sobre el Coronavirus. Un Pedro Sánchez que si ya se encontraba en enero (Cuando tomó posesión por segunda vez como jefe del gobierno) en una situación insostenible, ahora se encuentra en una fase tan agónica como la que padece la propia España en estos instantes. La oposición liderada por el PP de Pablo Casado debe tomar la iniciativa política y actuar como el papel que le han otorgado los españoles en las urnas el año pasado por dos veces consecutivas; Los populares deben de dar un paso al frente y presentar por sentido de Estado dos mociones.
Por el lado penal, una moción de responsabilidad criminal contra el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Una moción que en mi opinión debería de llevar consigo la presentación conjunta de otras mociones de responsabilidad criminal, en este caso contra la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, el vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, su pareja y actual ministra de igualdad, Irene Montero, la ministra de sanidad, Salvador Illa, y el delegado del gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por delitos contra la salud pública. Por otro lado, y esta más concreta en el ámbito político, el PP tiene el deber y la responsabilidad pública de presentar una moción de censura contra el gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Una moción de censura cuyo candidato no debería ser el propio Casado, ni siquiera un miembro del Partido Popular. El candidato propuesto a la investidura debe de ser alguien que cuente con la simpatía y el respeto de un criminal Partido Socialista Obrero Español, el cual ha llevado a España a una situación de crisis absoluta por tercera vez en treinta años.
Si el PSOE se niega a apoyar estas mociones estará en su derecho (Como el mismo derecho que tendría que un futuro gobierno de la derecha se plantease la ilegalización del PSOE), pero el pueblo español necesita ya una reacción urgente tanto en lo penal como en lo político, y en estos momentos esa respuesta debe darla por obligación y por responsabilidad ante el país el propio PP. Y sobre todo, los españoles se merecen ahora más que nunca que cada uno se posicione y demuestre si apoya a un candidato propuesto con el simple objetivo de convocar cuanto antes unas elecciones generales, o mantener a un gobierno repleto de asesinos y criminales, los cuales han ocultado a la población información sensible sanitaria en pos de sus intereses políticos partidistas y de una manifestación totalitaria y sectaria, la cual se puede definir como la manifestación que mayor número de muertos ha provocado con efecto retroactivo. Por no hablar de la acción criminal de este desgobierno de negarle a la Comunidad de Madrid el material sanitario que desde el gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso se pedía insistentemente. Una acción inhumana que demuestra el nulo atisbo de sentimiento humano por parte de este gobierno y de su presidente no ya al adversario político, sino a los ciudadanos. Un gobierno el cual ya se ha encargado de otorgarle más de 15 millones de euros a las televisiones privadas mientras éstas se dedican a exculpar al gobierno del PSOE y Podemos de este holocausto y culpar a su vez al PP por los recortes sanitarios y la insostenible situación que se vive en los hospitales españoles en estas durísimas semanas.
Y todo esto transcurre mientras hoy conocemos los datos del paro del mes de marzo (El primero en plena crisis sanitaria), el cual da una cifra de más de 300.000 personas desempleadas, la mayor cifra jamás conocida en la historia de España. Una cifra que por desgracia será la primera de las muchas que iremos conociendo conforme avance la crisis sanitaria y económica. Por cierto, unas cifras desoladoras que no lo son tanto para la ministra podemita de trabajo, la cual ha comparecido hoy desde la Moncloa mientras lloraba a lágrima viva de las risas que le provocaban su confusión a la hora de definir qué era un ERTE. Unas risas que también ha sufrido en sus carnes el ministro de industria, José Luis Ábalos, el cual se le ha visto especialmente sonriente a lo largo de esta semana mientras las cifras de españoles muertos por el Covid-19 aumentaban a más de 500 personas por día. Me reitero nuevamente tras hacer mención a estos hechos asquerosos cuando afirmo que estamos ante el gobierno más insensible, criminal, totalitario y miserable que ha padecido España desde, como mínimo el siglo XIX. En otro país, los hechos criminales que ha ido llevando a cabo el gobierno de forma pasiva serían más que suficientes para que sus integrantes diesen con sus putrefactos huesos en la cárcel de por vida.
Por su parte, el gobierno ya da por hecho que tendrá que pedir al congreso una nueva prórroga para mantener el Estado de Alarma otras dos semanas más. En este caso hasta el 26 de abril. Una prórroga que no será la última, ya que todos sabemos que este Estado de Alarma que estamos padeciendo va a ir más allá del mes de abril, y puede que de mayo. Un Estado de Alarma el cual se ha convertido de facto en un Estado de Sitio, en donde se ha restringido la libre circulación de personas y el derecho de reunión, entre otros derechos fundamentales que escapan de las actividades que el gobierno puede aplicar en un Estado de Alarma. Vivimos ya en un estado socialista y policial en el que el Estado ha asumido todos los poderes, y ha dejado de forma indefinida a sus ciudadanos encerrados sine die en sus hogares hasta nuevo aviso. Un encierro que se ve coloreado por los medios a través de las convocatorias para aplaudir a los profesionales sanitarios y endulzado con una campaña de marketing de solidaridad y compromiso entre todos. Unas campañas muy emotivas sino fuera por las verdaderas razones que hay tanto a nivel nacional como a nivel global en esta pandemia mundial que estamos viviendo. Ya hay algunas voces que están avisando de que nada volverá a ser como antes tras el paso de esta crisis. Al igual que tras el 11-S, el mundo se encuentra otra vez a las puertas de un cambio de ciclo a todos los niveles. Un cambio que al igual que pasó en 2001 se intuye que no es un cambio para mejor...
Volviendo al terreno político, desde algunos sectores se habla de la posibilidad de formar un gobierno de "Salvación Nacional" el cual estaría presidido por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño y compuesto por miembros del PSOE, PP y VOX (Un cambio bastante curioso por parte de Abascal y compañía). Por otro lado se habla de realizar una serie de reformas de altísimo calado económico y social, que serían a su vez la antesala de unas elecciones generales a celebrar en 2021. Personalmente no sé qué es lo que va a ocurrir a partir de ahora, pero sí es un hecho que el gobierno de Sánchez ya está acabado y calcinado. La presidencia de Sánchez está tan agotada como su propia credibilidad, si es que alguna vez la tuvo. Al igual que Suárez y Zapatero en 1980 y 2010, Sánchez vive en este 2020 sus últimos meses en la Moncloa en medio de una crisis sin precedentes y con el país hecho cenizas tras haberlo incendiado en estos últimos dos años. Ahora solo queda esperar para ver cuál será en primer lugar el final que le depara a España tras este tsunami que ha arrasado con todos sus sectores sociales, económicos, sanitarios, laborales, políticos, etc. Y por último saber cuál será el desenlace de este gobierno, el peor en la historia contemporánea de España y el único que ha conseguido aniquilarla tras más de 500 años de historia. Lo que viene ahora no será fácil para ninguno de nosotros. España y el mundo se adentran en un terreno inexplorado hasta ahora en donde la crisis económica de 2008 será una comedia en comparación con el apocalipsis que nos espera. Por ello cabe decir, ahora más que nunca "Agárrense, que vienen curvas".
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