viernes, 8 de septiembre de 2017

100 entradas; 100 historias

En noviembre de 2013 decidí empezar esta "aventura" de crear este blog y escribir en el mis opiniones sobre los sucesos que se producían en España y en el mundo. Hoy, después de cuatro años, escribo con esta entrada mi artículo número 100. Debo reconocer que me costó muchísimo trabajo decidirme a abrir "El Confesionario Nocturno". La idea de plasmar mis ideas en una página de Internet no me resultaba muy atractiva, sin embargo tras muchas insistencias y apoyos para embarcarme en ello decidí finalmente poner en marcha este blog en el que tantas noches a lo largo de estos cuatro años he expresado mis ideas sobre lo acontecido a nuestro alrededor. Tengo que reconocer que a día de hoy tomé una muy buena decisión, ya que el balance que hago de estos cuatro años sobre esta página me resulta más positivo de lo que jamás llegué a imaginar; Más de 9.700 visitas a lo largo de este tiempo, algunas procedentes de Europa, EEUU y Latinoamérica, además por supuesto de las realizadas desde España.

Ante todo quiero agradecer a todas aquellas personas que durante este periodo han depositado un momento de su tiempo para entrar en esta página y leer lo que éste que les escribe opina sobre los sucesos que se han ido desarrollando en estos años. Unos años en los que mi visión de ver las cosas han cambiado en muchos aspectos y en otros no. Unos años en los que hemos asistido a episodios históricos producidos en España y el resto del mundo. Unos episodios que yo he recogido de la forma que mejor he podido plasmando en las entradas escritas mi visión sobre ellas. Es por lo que creo sinceramente que este blog no recoge solamente las opiniones de un bloguero, sino la perspectiva personal de un ciudadano que ha recogido en este blog los acontecimientos más importantes ocurridos durante estos años; Desde los últimos coletazos del reinado de Juan Carlos I hasta el inicio del proceso independentista catalán, pasando por la llegada de Podemos a la escena nacional, la proclamación de Felipe VI al trono de España, el proceso judicial del caso Noos, el fin del embargo estadounidense a Cuba, la llegada de Donald Trump, el adiós del bipartidismo y la llegada del cuatripartidismo, la crisis política y constitucional producida en España tras las elecciones del 20-D, la grave situación política en el Reino Unido tras el Brexit y sus últimas elecciones generales del pasado mes de junio, la llegada del terrorismo islámico a Occidente, los atentados terroristas en Barcelona de hace un mes, etc. Toda una serie de sucesos históricos que nos llevan a catalogar la década del 2010 como una de las más tensas e históricas de la historia de la humanidad. Aún así no sólo de política se ha escrito. También la historia, la religión, la muerte, el amor, el ocio, los temas sociales, e incluso la Semana Santa sevillana han protagonizado muchas entradas a lo largo de este periodo.

Como he dicho antes, también desde el punto de vista personal he cambiado a lo largo de este tiempo. He defendido en su momento la vuelta de José María Aznar a la política, hoy por supuesto no la defiendo ni de coña. Aún partiendo de mis diferencias absolutas con las ideas de Podemos, he defendido a la formación de Pablo Iglesias debido al acoso que fue sometido en su momento por los medios, hoy no les defiendo ni aunque desde Moncloa y Atresmedia me lo supliquen de rodillas. He criticado al máximo el proceso secesionista en Cataluña, posteriormente he creído en la idea de un montaje entre Madrid y Barcelona en este asunto, y a día de hoy no sé exactamente qué pensar, pero por desgracia cada vez veo más preferible una ruptura entre Cataluña y el resto de España si con eso se puede salvar a lo que queda de nuestra desdichada nación del sistema político putrefacto que padecemos y de sus dirigentes. En resumen: han sido unos años en los que mi visión en muchos aspectos y sobre algunos individuos han cambiado y en otras por el contrario, los acontecimientos no han hecho más que corroborar mis tesis sobre determinados asuntos o sobre determinados personajes.

En lo que respecta a Cataluña debo decir algo; En la entrada de esta noche no tenía intención de hablar sobre ningún tema en concreto, ya que creía que una cifra tan redonda como son las 100 entradas escritas bien merecían un balance, pero tengo que reconocer que las circunstancias gravísimas que se están viviendo en el noreste de España me obligan a hacer una pequeña excepción y dedicar un par de frases a este asunto: Lo sucedido en la noche de ayer y en la noche de hoy (Aprobación de la ley del referéndum, convocatoria del 1-O y la aprobación de la constitución provisional catalana) confirma que pase lo que pase, es decir, haya referéndum o no haya referéndum, haya independencia o no haya independencia, el resto de España debe de hacer una reflexión muy profunda sobre la continuidad de este sistema y sus instituciones, ya que lo que está en gravísimo peligro en estos momentos no es la democracia, como algunos están afirmando, sino la mismísima unidad territorial del país. Lo ocurrido estos dos días seguidos es de tal gravedad, lo más grave que ha conocido España desde la Guerra Civil, que independientemente de que esto sea un montaje o no por parte del Gobierno y de la Generalitat, confirma que el modelo de convivencia que se fraguó en el año 1978 con la constitución española ha saltado definitivamente por los aires y que bajo ningún concepto la solución puede venir ni desde dentro de este sistema ni por parte de los dirigentes actuales. Dios quiera que la cosa no se caliente en las calles y que esto no provoque un "Derramamiento de sangre" como algunos están avisando desde algunos sectores más radicales. Ocurra lo que ocurra, una cosa está clara con lo que está produciéndose en las últimas horas: España, tarde o temprano está condenada a desaparecer para desgracia de todos los que amamos y creemos en nuestro agonizante país.

Volviendo al tema que nos ocupa esta noche, sólo añadir que esta experiencia ha supuesto para mí todo un enriquecimiento personal, y que visto ahora el resultado de estos cuatro años creo que la puesta en marcha en su día de esta página bien ha merecido la pena. Soy una persona conservadora, siempre lo he dicho, incluso he afirmado en estas entradas que ideológicamente me posiciono más a la derecha que a la izquierda. No sé si echando un vistazo a todas las entradas, uno puede parecer un "facha" o un "rojo". En estos momentos incluso no sé exactamente cómo definirme en el aspecto ideológico, quizás sea más de derechas de lo que yo pensaba, o quizás puedo ser más de izquierdas de lo que yo jamás he supuesto. Lo que sí tengo claro es que independientemente de las ideologías, una persona no puede verse limitada en dar su opinión por miedo a la incongruencia con sus ideas políticas. La oportunidad de pensar y de decir lo que a uno le dé la real gana es lo que nos hace verdaderamente libres e independientes. En el momento en el que una persona tenga miedo de expresar sus opiniones por temor a reprimendas sociales o al cargo de conciencia es cuando esa persona se vuelve esclava de sí misma y de la sociedad. Es por ello por lo que herramientas como estas páginas son los que nos ayudan a despojarnos de esas cadenas de la esclavitud. Comencé este blog con Juan Carlos I como rey de España y ahora está Felipe VI. Empecé con Obama en la Casa Blanca y ahora se encuentra en ella Trump. Inicié esta página con un país en crisis económica y hoy se encuentra al borde de la extinción. Puse en marcha esta herramienta con Reino Unido integrada en la UE y hoy se encuentra negociando su salida de ella. Eché a andar en este proyecto con Rajoy como presidente, y a día de hoy... sigue Rajoy como presidente. Ahora sí, fuera ironías. Para terminar quiero agradecer nuevamente a todos aquellos que han visitado"El Confesionario Nocturno" a lo largo de estos cuatro años y que espero y deseo que sigan visitándolo muchos años más. 100 entradas ya, quién lo diría cuando comencé... Ahora toca ir a por otras 100 entradas en las que nuevamente tocará acudir al confesionario durante la oscuridad de la noche para hablar de los hechos que nos esperan a la vuelta de la esquina y que prometen ser apasionantes a la vez que intrigantes. Toca seguir escribiendo la Historia...

miércoles, 6 de septiembre de 2017

15 años de la boda de la tercera infanta

Hoy se han cumplido 15 años de una de las bodas más polémicas ocurridas en España en lo que llevamos de siglo: La boda entre Ana Aznar y Alejandro Agag. Una boda que no tendría nada de particular si no fuera por el gran despliegue y controversias que provocó el enlace entra la hija del entonces presidente del gobierno y el empresario madrileño. ¿Qué tuvo de polémico este evento? Para empezar el trato que se le quiso dar por parte de los propios padres de la novia al acontecimiento en sí, es decir, mediatizar y convertir la boda de su propia hija en toda una boda que sólo sería capaz de protagonizar una infanta de España. José María Aznar y Ana Botella otorgaron a un evento prácticamente familiar el carácter de una boda de estado. El lugar donde se celebró el enlace matrimonial no fue otro que el mismísimo Monasterio de El Escorial, un lugar en el que sólo se celebran bodas los fines de semana, pero que ese día abrió excepcionalmente las puertas a la familia del presidente del gobierno aún siendo jueves, ya que cómo dijo uno de los responsables del propio Monasterio, "La boda era casi una cuestión de estado". La persona que ofició la ceremonia no fue ni más ni menos que el por entonces Cardenal Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela. Por si todo esto no fuera poco, lo verdaderamente impactante fueron los invitados al enlace; Desde el gobierno en pleno de Aznar hasta los mismísimos reyes de España, que presidieron la boda, pasando por las Cortes Generales, representadas por sus presidentas de entonces; Luisa Fernanda Rudi por el Congreso, y Esperanza Aguirre por el Senado, los presidentes de las CCAA en manos de los populares, los presidentes del Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y el Consejo de Estado. Varios jefes de gobiernos internacionales también fueron invitados, como el primer ministro británico Tony Blair y su esposa Cherie, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el primer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, mientras que por la República de El Salvador fue invitado su presidente, Fernando Flores y por Colombia fue invitado el hasta un mes antes presidente de dicho país, Andrés Pastrana. Por supuesto aquí no acaba la lista, ya que más ex jefes de gobiernos y de estados fueron invitados a la ceremonia, así como los ex presidentes del gobierno de nuestro país, Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo. Y para terminar, los propios testigos de la novia fueron ni más ni menos que una parte del núcleo duro del gobierno de Aznar, entre los que se encontraban el hoy presidente del gobierno y por aquel entonces vicepresidente del gobierno, Mariano Rajoy, el casi seguro por entonces sucesor de Aznar y flamante ministro de economía, Rodrigo Rato, el ministro del interior, Jaime Mayor Oreja, el primer ministro británico, Tony Blair, el presidente fundador del PP, Manuel Fraga, así como otros personajes que a día de hoy están imputados por el caso Gurtel.

En definitiva, "La boda real de la tercera infanta de España", como algunos llamaron por entonces el enlace de la hija del presidente del gobierno, fue toda una arrogancia y un ejemplo de despotismo absoluto por parte del propio José María Aznar, (Que se creía en aquél momento no ya jefe del gobierno, sino también jefe del estado con poder absoluto gracias a la mayoría aplastante obtenida en el año 2000), y de su mujer, Ana Botella, (Que había asumido plenamente el papel de primera dama de España, destronando a la reina Sofía). ¿Por qué? Porque una cosa es celebrar una boda, digamos medianamente "discreta" y como Dios manda, donde acuden las personas allegadas de las familias de los novios, y otra muy diferente es celebrar un matrimonio oficial donde el padre de la novia utiliza la boda de su propia hija para erigirse como un monarca europeo que casa a su hija cómo una princesa delante de todos los poderes del estado. ¿A cuento de qué vino invitar al rey Juan Carlos a la boda cuando todo el mundo era consciente de que las relaciones entre el jefe del estado y del gobierno eran más que pésimas? Por la sencilla razón de restregarle Aznar al por entonces rey que él podía perfectamente celebrar como él una boda por todo lo alto cuan presidente, no ya del gobierno, sino de una inexistente República. Es comprensible por supuesto que asistiesen políticos a la boda, ya que el padre de la novia era ni más ni menos que quien gobernaba en la España de la burbuja inmobiliaria en septiembre de 2002. Pero una cosa es invitar a políticos allegados y otra invitar a todas las autoridades a nivel nacional, e incluso autoridades a nivel internacional. De la presencia de famosos en la boda no digo absolutamente nada, puesto que muchos políticos al casarse o al casar a familiares han invitado a personas del mundo de la comunicación, música, cine, etc. 

A día de hoy se sabe que la trama Gurtel pagó parte de la boda, y que gran parte de los invitados a la ceremonia guardaban relación con el caso que ha destapado la corrupción en el PP. Hasta el momento no hay certeza de que la boda fuese costeada por el estado (Hasta ahí podíamos llegar, aunque no es de extrañar en nuestro país), pero sí que la trama de corrupción anteriormente citada y la boda guardan relación. De lo que no hay ninguna duda tampoco es de que la famosa boda del Escorial fue un acto impropio de un país que afirma ser una democracia representativa y consolidada en Europa con separación de poderes. Por ejemplo, ¿Alguien se imagina en aquellos años a Tony Blair casando a su hija en la Abadía de Westminster delante de la mismísima reina Isabel II y vacilando de su poder delante de la corona británica y de todas las instituciones del Reino Unido? En Londres por supuesto que no, pero en Madrid se pudo confirmar aquel día con este evento que nuestro sistema político dista mucho de lo que algunos llaman "Una democracia ejemplar". Y no lo digo sólo por el hecho de otorgarle de facto el rango de boda de estado al evento, sino por los innumerables casos de corrupción que salpicaron posteriormente a una gran parte de los invitados a la misma, y que a día de hoy salpican incluso la financiación de la propia boda. En resumen, los Aznar ejercieron de familia real, cómo dijo el propio asesor de Tony Blair, Alastair Campbell, y actuaron con soberbia en un acto que sin ellos saberlo sirvió posteriormente para abrir la caja de pandora que destapó en gran parte uno de los mayores casos de corrupción en España. Traducido en una frase, la que podemos aplicar en España a este y a todos los sucesos ocurridos en el pasado y que ahora marca nuestro presente; "De aquellos polvos, estos lodos...".