No me gusta absolutamente nada escribir esta entrada, y mucho menos cuando se trata de algo relacionado con el mundo cofrade, pero como todos saben, hace cerca de 24 horas se ha producido aquí en Sevilla lo que para mí es no un acto de vandalismo sino un acto indiscutible de enaltecimiento del terrorismo con el objetivo de poner en riesgo la vida de las personas. Sobre las 4 de la madrugada del pasado 14 de abril, unos malnacidos han interrumpido las procesiones de nuestras hermandades de la capital andaluza para provocar el pánico entre la población. Lo grave no es ya esto en sí, ya que por desgracia desde el famoso año 2000 se han producido varios altercados durante la Madrugá sevillana, sino el fondo de la cuestión que tiene un acto tan deplorable como vomitivo. Los sinvergüenzas que antes he hecho mención han llevado a cabo una serie de altercados en diversos puntos de Sevilla lanzando petardos como simulación de bombas entre el público, han lanzado mochilas entre la gente al grito de "Alá es grande", y han lanzado consignas en favor de ETA. Pero esto no es lo peor, lo peor es que un nazareno de la hermandad del Gran Poder ha fallecido sobre las 7 de la mañana ha causa de un infarto que con toda probabilidad ha sido como consecuencia de los sucesos, otra persona se encuentra en la UCI del hospital Virgen del Rocío debatiéndose entre la vida y la muerte debido a un traumatismo craneoencefálico producido por las avalanchas, y cerca de una veintena de personas han resultado heridas como consecuencia de estos altercados.
Voy a ser muy sincero; Esto no ha sido obra de dos o tres niñatos de 15 años. Estamos ante unos actos criminales producidos por unos auténticos hijos de puta que según algunos datos son personas que rondan los 50 años y que tienen mujer, hijos, trabajo, etc... según ha anunciado el ayuntamiento de Sevilla, tres de estos tipejos han sido detenidos y enviados a prisión (No se sabe por cuánto tiempo) mientras que un senegalés involucrado y responsable del altercado relacionado con la mochila lanzada al grito de "Alá es grande" ha sido puesto en libertad. De momento se han detenido a un total de ocho personas y no se descarta que haya más detenciones. Detenciones entre las que se encuentra un impresentable el cuál el ayuntamiento de Sevilla condujo dentro del edificio municipal, ya que según informaron "La seguridad del detenido estaba en peligro". Se ve que el ayuntamiento sevillano le preocupa más la seguridad de aquellos que atentan contra la vida de los demás, que la de los ciudadanos desprotegidos que acudimos a ver las procesiones religiosas de nuestra ciudad. Respecto a la identidad de estos sinvergüenzas, desde hace unas horas está apareciendo por las redes sociales y por Whatssap los perfiles de unos niñatos de 15 años que supuestamente también están detrás de todo esto. No dudo de que esos despreciables hayan tenido algo que ver en lo ocurrido, pero desde luego sí que puedo asegurar que ellos solos no han sido los que han llevado a cabo esta locura. Tres niñatos no consiguen lo que han conseguido los autores de estos actos, que ha sido llevar a Sevilla a una situación de pánico y terror como no se recordaba desde la Madrugá del año 2000, cuando se produjeron sucesos muy parecidos a los de anoche.
Hasta ahora lo ocurrido en abril del 2000 ha sido el acto vandálico más importante que se recuerda en la Semana Santa sevillana, pero ni aun lo sucedido hace 17 años tuvo como consecuencias el fallecimiento de alguien, o el ingreso hospitalario de personas en estado graves. Desde los impresentables medios de comunicación locales, regionales y nacionales, se han hablado de "Carreras, caos, tensión social..." pero en ningún momento se ha hablado de la muerte de este nazareno de la hermandad del Gran Poder, ni de la grave situación del paciente ingresado. La prensa achaca que el fallecido murió después de completar la estación de penitencia y que por ende no guarda ninguna relación con lo ocurrido, mientras que de la persona ingresada no se sabe ninguna información acerca de ella, más allá de que había mejorado hace unas horas. Esto demuestra que los periodistas de esta ciudad, de esta región y de este país son unos verdaderos impresentables que acaban posicionándose a la altura de los delincuentes. No todo vale señores, no por decir la verdad de lo que ha ocurrido se va a manchar el nombre de Sevilla y de su Semana Santa. No por reconocer que estamos ante una estampida que ha tenido como consecuencias un fallecimiento y varios heridos se va a poner fin a nuestra Semana Mayor. Y no por decir que "Aquí no ha pasado nada" van a salir la gente a la calle como si nada hubiera pasado, porque por desgracia sí ha pasado algo y muy grave esta pasada madrugada en la capital de Andalucía. Salgan de ese mundo alterno en el que viven tanto ustedes como las autoridades concernientes al Ayuntamiento municipal, al Consejo de Hermandades y al Arzobispado de Sevilla, y digan de una vez el alcance de la gravedad de lo ocurrido y tomen de una puñetera vez cartas en el asunto. No se olviden que aunque ustedes no lo quieran reconocer ha habido víctimas mortales en este asunto, y no pueden seguir dándoles la espalda a la ciudadanía ante un acto con unas consecuencias tan graves como este.
Por lo que se refiere al acto en sí reitero que estamos en mi opinión ante un caso claro de enaltecimiento terrorista. No nos engañemos. No es lo mismo que una pandilla de gentuza intente estropear una jornada religiosa con avisos de un escape de gas o de peleas callejeras, a gritar vivas en favor de organizaciones terroristas nacionales e internacionales y simular los ataques de éstos contra la población. Que lo ocurrido no ha sido un atentado islamista, por supuesto, pero que este acto ha provocado que la Madrugá como la Semana Santa en sí se hayan ido al carajo, además de suponer un antes y un después en ella, también es un hecho. Sólo el hecho de que el hermano mayor de la hermandad de los Gitanos reconociese hace unas horas que si el Consejo de Hermandades se lo hubiese pedido, él habría estado dispuesto a suspender la estación de penitencia de su cofradía porque las circunstancias así lo exigían, nos dan una idea de la gravedad de lo vivido. Por no mencionar la cancelación de la estación de penitencia de la banda de la Cruz de Guía de la Esperanza de Triana debido a los daños que habían sufrido sus instrumentos musicales en las avalanchas, o la incorporación de uno de los implicados en los altercados debajo del paso del Cristo de las Tres Caídas para sembrar el pánico, entre otras muchas cosas que se están hablando en las últimas horas en la capital del sur de España. Personalmente tengo que añadir que a un servidor le pilló en una confitería situada en la Carrera Oficial, lo que produjo que gracias a Dios no me viese en ninguno de los puntos de la ciudad en los que han transcurrido los graves sucesos, y por lo tanto no sufriese ninguna avalancha aunque sí escuchase los gritos de pánico a lo lejos.
Si el pasado Lunes Santo fue nuestra vecina ciudad de Málaga la que sufrió las consecuencias del pánico generalizado por una pelea entre dos penitentes, anoche le tocó el turno a Sevilla, aunque en nuestro caso las consecuencias han sido mucho peores que la de nuestros vecinos malagueños. Tanto en una ciudad como en otra el temor a un atentado por parte del Estado Islámico han sido las protagonistas, con la diferencia de que aquí los autores sí han querido utilizar como telón de fondo la cuestión terrorista. Tanto en Málaga como en Sevilla la posibilidad de que un vehículo arrollase a las personas congregadas en el discurrir de las procesiones han sido el principal temor de los ciudadanos a la hora de producirse un ataque terrorista. Sólo hay que ver que tanto los habitantes de una ciudad como de otra han pensado que el motivo de los disturbios era en parte por la intromisión ante la población de un camión conducido por un terrorista islámico. Esperemos a ver en qué acaba todo esto, aunque temo que por desgracia estos perros serán puestos en libertad y no pagarán el sufrimiento que han causado a tantas familias. Ante este posible escenario cabe preguntarse de nuevo; Si con un fallecido de por medio las instituciones no toman las medidas oportunas, ¿Qué más esperarán que ocurra para detener esta locura? Ante los continuos intentos de intentar desestabilizar la Madrugá estos años atrás, siempre he dicho que si algún día alguien tomaría cartas en el asunto sería cuando por desgracia hubiese una tragedia mayor. Pues la desgracia ha ocurrido, y lo peor de todo es que todas las instituciones miran para otro lado. Aun así, independientemente de las medidas que tomen o no las instituciones a partir de ahora, una cosa sí que ha quedado clara, y es que hoy se ha abierto la veda, la cuestión es ¿Hasta cuándo durará esta pesadilla?
sábado, 15 de abril de 2017
domingo, 2 de abril de 2017
La libertad de expresión; Instrumento del radicalismo
Si hace unas semanas era (Y sigue siendo aún) el famoso autobús de HazteOír tema de debate nacional, estos días la actualidad se ha centrado en la famosa sentencia que la Audiencia Nacional ha dictado contra la famosa tuitera Cassandra Vera por sus "chistes" sobre el atentado mortal que ETA perpetró contra el ex presidente del gobierno, Luis Carrero Blanco. La susodicha tuitera ha sido condenada a un año de cárcel (Pena que no cumplirá al no tener antecedentes penales) y a siete años de inhabilitación para ejercer cualquier cargo público. Como es de suponer, el colectivo progre se ha echado en masa para poner el grito en el cielo y protestar ante una sentencia que según ellos consideran como mínimo un retroceso a cuarenta años atrás y una vergüenza nacional.
Pues bien, como yo no comulgo con la sociedad progre (Gracias a Dios), tengo que añadir que personalmente sí veo muy justa la sentencia dictada. La cuestión no es que esta "señorita" haya insultado a un fallecido político franquista por una red social. La cuestión es que ha llevado a cabo un enaltecimiento del terrorismo en toda regla, así como una serie de "bromas" de muy mal gusto sobre el atentado terrorista en el que murió esa persona que anteriormente he citado. Porque aunque haya un sector de la sociedad española que no lo vea así, Carrero Blanco fue una víctima del terrorismo etarra como muchísimas otras que por desgracia han sido asesinadas en atentados terroristas perpetrados por la banda criminal e independentista vasca. Sí, ya sé que para muchos progres, las personas asesinadas por ETA durante el Franquismo no eran víctimas del terrorismo, ya que según ellos, ETA era por entonces una organización que luchaba contra el franquismo y a favor de la democracia, y que los asesinados por ellos durante el gobierno de Franco eran unos fachas a los cuales no había que tener consideración ninguna cuando fallecían en un atentado terrorista porque se lo tenían merecido. Ese es el impresentable argumento (Entre otros muchos) de ciertos individuos miserables a la hora de defender a personajes como esta tipa, Cassandra, cuando alguien hace humor negro sobre el atentado que le costó la vida al almirante franquista en diciembre de 1973.
Pero la cuestión de fondo con la susodicha va más allá, ya que ésta ha arremetido varias veces en su cuenta personal de Twitter contra varios políticos como Mariano Rajoy, Cristina Cifuentes, e incluso contra el torero José Tomás, y no precisamente para lanzarles buenos deseos. Su hemeroteca en la red social no deja indiferente a nadie. Una prueba más de la radicalidad de la tuitera y de la forma de pensar que tiene esta joven que no es ni más ni menos que la representación de lo que por desgracia piensan un colectivo destacado dentro de la juventud progre en España. El simple hecho de ver cómo las redes sociales se han echado en masa para apoyarla nos da una idea del radicalismo al que está llegando una parte de la sociedad española que dentro de unos años será quienes tomen el relevo generacional en nuestro país, sin duda algo bastante preocupante viendo el panorama actual.
Desde amplios sectores del progresismo se ha hablado de que la condena a Cassandra Vera es un ataque contra la libertad de expresión. Ahora yo pregunto; ¿Acaso no es un ataque contra la libertad de expresión cuando se impide que un grupo de personas quieren sacar un autobús diciendo textualmente algo tan real como "Los niños tienen pene y las niñas vulva"?, ¿Acaso aquellos que no piensan de una manera concreta sobre el asunto de la transexualidad son unos seres que merecen lo peor, mientras que aquellos que hacen mofas sobre atentados terroristas y desean la muerte de todos aquellos que no piensan igual que ellos son por el contrario unas víctimas del sistema y unos referentes de la libertad de expresión? Ya está bien de dobles varas de medir en estos asuntos. Mientras a unos por un mensaje en un autobús se les agrede y se les persigue, a otros que lanzan mensajes agresivos por las redes sociales se les pone una alfombra a su paso.
Esta es la España que estamos viviendo en 2017. Una España en la que un sector determinado de la sociedad creen estar en posesión de la verdad absoluta y actúan del modo más totalitario contra aquellos que piensan lo contrario. No es de extrañar que dentro de unos años este país se encuentre ante un grave conflicto social debido al aumento del radicalismo entre ciertos sectores de la izquierda en España. Reitero que me parece una condena justa, y que esto no supone ni muchísimo menos un atentado contra la libertad de expresión. Todos podemos hablar de todo cuanto queramos con un mínimo de respeto y educación, pero cuando alguien se salta unos límites, y además lo hace en público mediante una red social, debe ser consecuente con sus actos y asumir sus responsabilidades. Unas responsabilidades que se ve que la condenada en cuestión no quiere asumir, ya que ni pide perdón por los mensajes escritos ni se siente culpable de nada. Para rematar la historia, la susodicha ha pedido por las redes sociales que todos aquellos que lo deseen contribuyan a pagarle la beca, ya que una de las consecuencias de la sentencia es la retirada de cualquier subvención pública. Todo un ejercicio de responsabilidad, qué duda cabe... para finalizar tengo que añadir que aunque ahora tiene inhabilitación durante siete años para ser docente de historia (Que es la carrera y la profesión que está estudiando), en un futuro puede que consiga su plaza y llegue a enseñar historia a sus alumnos, con lo que ya podemos irnos haciendo una idea de cómo enseñará esta "chica" a sus alumnos las clases que imparta, y lo peor de todo; el adoctrinamiento al que serán sometidos éstos y la manera en la que este tipo de adoctrinamientos influirá en la generaciones futuras de la sociedad española de aquí a cincuenta años.
Pues bien, como yo no comulgo con la sociedad progre (Gracias a Dios), tengo que añadir que personalmente sí veo muy justa la sentencia dictada. La cuestión no es que esta "señorita" haya insultado a un fallecido político franquista por una red social. La cuestión es que ha llevado a cabo un enaltecimiento del terrorismo en toda regla, así como una serie de "bromas" de muy mal gusto sobre el atentado terrorista en el que murió esa persona que anteriormente he citado. Porque aunque haya un sector de la sociedad española que no lo vea así, Carrero Blanco fue una víctima del terrorismo etarra como muchísimas otras que por desgracia han sido asesinadas en atentados terroristas perpetrados por la banda criminal e independentista vasca. Sí, ya sé que para muchos progres, las personas asesinadas por ETA durante el Franquismo no eran víctimas del terrorismo, ya que según ellos, ETA era por entonces una organización que luchaba contra el franquismo y a favor de la democracia, y que los asesinados por ellos durante el gobierno de Franco eran unos fachas a los cuales no había que tener consideración ninguna cuando fallecían en un atentado terrorista porque se lo tenían merecido. Ese es el impresentable argumento (Entre otros muchos) de ciertos individuos miserables a la hora de defender a personajes como esta tipa, Cassandra, cuando alguien hace humor negro sobre el atentado que le costó la vida al almirante franquista en diciembre de 1973.
Pero la cuestión de fondo con la susodicha va más allá, ya que ésta ha arremetido varias veces en su cuenta personal de Twitter contra varios políticos como Mariano Rajoy, Cristina Cifuentes, e incluso contra el torero José Tomás, y no precisamente para lanzarles buenos deseos. Su hemeroteca en la red social no deja indiferente a nadie. Una prueba más de la radicalidad de la tuitera y de la forma de pensar que tiene esta joven que no es ni más ni menos que la representación de lo que por desgracia piensan un colectivo destacado dentro de la juventud progre en España. El simple hecho de ver cómo las redes sociales se han echado en masa para apoyarla nos da una idea del radicalismo al que está llegando una parte de la sociedad española que dentro de unos años será quienes tomen el relevo generacional en nuestro país, sin duda algo bastante preocupante viendo el panorama actual.
Desde amplios sectores del progresismo se ha hablado de que la condena a Cassandra Vera es un ataque contra la libertad de expresión. Ahora yo pregunto; ¿Acaso no es un ataque contra la libertad de expresión cuando se impide que un grupo de personas quieren sacar un autobús diciendo textualmente algo tan real como "Los niños tienen pene y las niñas vulva"?, ¿Acaso aquellos que no piensan de una manera concreta sobre el asunto de la transexualidad son unos seres que merecen lo peor, mientras que aquellos que hacen mofas sobre atentados terroristas y desean la muerte de todos aquellos que no piensan igual que ellos son por el contrario unas víctimas del sistema y unos referentes de la libertad de expresión? Ya está bien de dobles varas de medir en estos asuntos. Mientras a unos por un mensaje en un autobús se les agrede y se les persigue, a otros que lanzan mensajes agresivos por las redes sociales se les pone una alfombra a su paso.
Esta es la España que estamos viviendo en 2017. Una España en la que un sector determinado de la sociedad creen estar en posesión de la verdad absoluta y actúan del modo más totalitario contra aquellos que piensan lo contrario. No es de extrañar que dentro de unos años este país se encuentre ante un grave conflicto social debido al aumento del radicalismo entre ciertos sectores de la izquierda en España. Reitero que me parece una condena justa, y que esto no supone ni muchísimo menos un atentado contra la libertad de expresión. Todos podemos hablar de todo cuanto queramos con un mínimo de respeto y educación, pero cuando alguien se salta unos límites, y además lo hace en público mediante una red social, debe ser consecuente con sus actos y asumir sus responsabilidades. Unas responsabilidades que se ve que la condenada en cuestión no quiere asumir, ya que ni pide perdón por los mensajes escritos ni se siente culpable de nada. Para rematar la historia, la susodicha ha pedido por las redes sociales que todos aquellos que lo deseen contribuyan a pagarle la beca, ya que una de las consecuencias de la sentencia es la retirada de cualquier subvención pública. Todo un ejercicio de responsabilidad, qué duda cabe... para finalizar tengo que añadir que aunque ahora tiene inhabilitación durante siete años para ser docente de historia (Que es la carrera y la profesión que está estudiando), en un futuro puede que consiga su plaza y llegue a enseñar historia a sus alumnos, con lo que ya podemos irnos haciendo una idea de cómo enseñará esta "chica" a sus alumnos las clases que imparta, y lo peor de todo; el adoctrinamiento al que serán sometidos éstos y la manera en la que este tipo de adoctrinamientos influirá en la generaciones futuras de la sociedad española de aquí a cincuenta años.
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