martes, 14 de julio de 2015

Traición y desesperanza

Si hace una semana escribí acerca del referéndum con el que Grecia levantó la voz y dijo "Hasta aquí hemos llegado", ahora escribo acerca de uno de los acontecimientos políticos más abominables, bochornosos e impresentables que he tenido la oportunidad de ver desde que tengo uso de razón. Me refiero a la bajada de pantalones que se ha producido hoy por parte de uno de los mayores cínicos e hijos de puta que ha gobernado la nación griega en los últimos años, Alexis Tsipras.

Este "señor" llevó a cabo un referéndum hace una semana con el objetivo de preguntarle a la ciudadanía griega si estaban a favor o en contra de las propuestas que la Troika les había impuesto a cambio de su tercer rescate. Todo el mundo sabía que en ese referéndum no estaba solamente en juego esa cuestión sino la salida o permanencia del país heleno de la UE y la zona Euro. El resultado fue mayoritariamente a favor del NO. Los griegos habían dicho que era el momento de abandonar la mafia europea junto con su cancerígena moneda y todo aquello que guardase relación con las propuestas criminales de la Troika. De eso hace una semana, entonces felicité a los griegos y afirmé que Tsipras debía de seguir el mandato de su pueblo e ir preparando una salida ordenada de la UE y la zona Euro. Aquí comienza lo "gracioso". Este impresentable llamado Alexis Tsipras salió poco después de la abrumadora respuesta de sus compatriotas para afirmar que los griegos habían dicho SÍ al euro y a la UE, y que estaba dispuesto a seguir negociando todo lo posible con la Troika. En resumen, se paso por el arco del triunfo el mandato expresado mayoritariamente en las urnas por parte de su pueblo.

Con este guión hemos llegado hasta el día de hoy, donde Tsipras ha claudicado ante la señora Merkel y sin pestañear ha aceptado todas y cada una de las exigencias impuestas por la Troika para el tercer rescate. Las exigencias para este préstamo son las más duras de todos aquellos que Grecia ha solicitado, e incluso llegan a ser equiparables a las que sufrió la mismísima Alemania tras la rendición en la Primera Guerra Mundial, cuando el país en cuestión se vio obligado a aceptar las horribles condiciones impuestas en el Tratado de Versalles. Alexis Tsipras con este acuerdo ha vendido lo poco que quedaba de Grecia a la mafia de Berlín, Bruselas y Washington. Ha traicionado al pueblo griego y ha humillado públicamente a sus compatriotas obligándoles a aceptar unas condiciones infinitamente peores que las impuestas en el primer acuerdo que Tsipras llevó posteriormente a referéndum.

Para esto se ha llevado a cabo un corralito que todavía perdura y una tensión sin precedentes no sólo a nivel europeo sino a nivel mundial. Quizás el señor Tsipras consideró el NO del referéndum como un NO a unas exigencias muy suaves y pensó que el pueblo griego quería unas condiciones más duras que las ya impuestas. Pues bien, aquí tiene el resultado; un pueblo que está ya absolutamente condenado a los infiernos, y sin salida ni esperanza alguna para su futuro próximo y lejano. Un pueblo que en estos instantes carece de un partido que esté dispuesto a sacarlos de esta pesadilla a la que el señor Tsipras con tanto entusiasmo se ha apuntado para prolongar con más sufrimiento si cabe. En ocasiones, cuando todo el sistema político ha traicionado a su pueblo y no le ofrece garantías ni esperanza alguna para su futuro, debe ser el mismo pueblo el que tome la alternativa y hacerse cargo del timón del país. Esta es la única salida digna y honorable que le queda al país heleno antes de que esta pandilla de víboras acaben para siempre con sus vidas. Y confio en que así será, ya que Roma no paga a traidores, y Grecia tampoco.

Espero y deseo que el pueblo griego sepa salir adelante ante esta TRAICIÓN sufrida por el abominable señor Tsipras, que deja a Grecia ante la peor situación posible y les condena para siempre a unas condiciones de vida inhumanas y a un futuro cruel, incierto e injusto. Grecia es la "Cuna de la Democracia" y por ello debe de ser quien tome la iniciativa una vez más y de por fin ese paso al frente para plantarle cara de una vez por todas al régimen totalitario impuesto por la UE, el FMI y la señora Merkel. Europa está viviendo una dictadura, y ya sus dirigentes no disimulan ante dicha situación. Lo vivido hoy es un golpe de estado contra una nación que lo único que pedía hace una semana era ni más ni menos que la devolución de su soberanía, su libertad y su bienestar. Con la traición del gobierno griego no ha sido posible. Con este acuerdo pierde la Democracia y gana la tiranía de los burócratas, la cuestión es ¿Hasta cuándo van a aguantar las naciones europeas este régimen dictatorial? De la sociedad civil depende, ya que los ciudadanos estamos solos ante el peligro, y no hay absolutamente nadie que quiera ayudarnos ante esta pesadilla que no tiene final.

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