viernes, 12 de diciembre de 2014
Sevilla
Esta noche quiero rendirle un pequeño homenaje a una ciudad situada al suroeste de la Península Ibérica, a una ciudad en la que el sol luce como bandera los 365 días del año, a una ciudad en la que sus gentes tienen como insignia el arte y la alegría, a una ciudad donde cada rincón está rodeado de misterio y de embrujo, a una ciudad donde su río hace de frontera entre su barrio más popular y el resto de la metrópolis, una ciudad cuyos habitantes rezan cantando a Dios y a su Madre cada primavera por sus calles perfumadas de azahar e incienso, a una ciudad cuyos habitantes lucen en el mes de abril sus mejores galas acompañada de esa perfecta fusión que da el albero y el cante, a una ciudad donde las castañas asadas y los villancicos flamencos son la mejor manera de conmemorar la llegada de la Navidad, y a una ciudad donde la rivalidad se entiende entre el rojo pasión y el verde esperanza. Sí, este homenaje va dirigido a ti, que me has visto nacer y crecer estos 22 años de mi vida, este homenaje va dedicado a ti, Sevilla...
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