Han pasado ya 24 horas del resultado de unas elecciones que sin duda han dado un vuelco en el panorama político español. Me refiero por supuesto a las elecciones madrileñas del 4 de mayo, las cuales han dado un triunfo absoluto a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y ha supuesto el punto y final a la carrera política de Pablo Iglesias.
Un triunfo el de la joven presidenta madrileña más que merecido, ya que si ha habido alguien acosado por la izquierda política y mediática en estos dos años esa ha sido Isabel Díaz Ayuso, la cual ha sabido crearse su propio perfil político y diseñado una forma de hacer política desde la Comunidad de Madrid que ha convencido a una mayoría aplastante de madrileños que han sabido darle su reconocimiento electoral en la noche de ayer.
Una noche la de ayer que supone un punto y aparte en la política española y que ha puesto fin a una campaña electoral que personalmente considero que ha sido la campaña más agresiva y violenta desde las elecciones generales de 1977. Con una izquierda cada vez más extremista y totalitaria, la cual ha hecho uso hasta de las balas y las amenazas de muerte para atacar al bloque de la derecha, la campaña se ha visto salpicada por toda clase de escándalos. Una campaña en la que aun siendo estas unas elecciones regionales han sido de facto un ensayo de lo que puede estar por venir a nivel nacional si las cosas siguen como están.
Y es que desde que el ya retirado Pablo Iglesias decidiese dejar sus cargos en el gobierno para medirse electoralmente frente a Ayuso se sabía ya que aquí estaba en juego algo más que la comunidad madrileña. Estaba en juego la gestión que por una parte había realizado Ayuso al frente de Madrid y por otro lado la gestión criminal y miserable que han realizado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias desde la Moncloa. De hecho tras el anuncio de la candidatura de Iglesias, Ayuso advirtió que en estas elecciones se disputaba entre optar por la libertad o por el totalitarismo agresivo que representaba Iglesias, el cual ha hecho su campaña más violenta, sucia y barriobajera desde que diese el salto a la política.
Pues bien, con el resultado de anoche se abre un nuevo periodo dentro de la política española. La derecha, representada por el PP y VOX ha arrasado en Madrid mientras que la izquierda se ha hundido. El PSOE es desde anoche la tercera fuerza política madrileña, por detras de Más Madrid, la cual ha conseguido hacerse con el liderazgo de la oposición, y Ciudadanos ha perdido toda representatividad en la asamblea regional. La cuestión una vez visto los resultados es ¿Y ahora qué?
Una de las consecuencias de la victoria de Ayuso ha sido la derrota sin paliativos del presidente del gobierno, el cual se había tomado estos comicios como algo personal al verse frustrado su intento de obtener los gobiernos de Murcia, Madrid y Castilla y León a través de las mociones de censura pactadas con C's. Es por esto por lo que Sánchez se ha llevado al terreno personal estas elecciones y ha salido perdiendo estrepitosamente. Lo lógico hubiese sido que después de la derrota de Ángel Gabilondo, si alguien debía salir de la ejecutiva federal del PSOE para dar explicaciones, ese era Pedro Sánchez, pero como buen cobarde que es decidió que debía de comparecer ante los medios un inexpresivo Abalos para adelantarse a los medios y decir que estos resultados no debían extrapolarse a nivel nacional.
Pero por si todo esto no fuese poco, hoy ha salido la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo Poyato para comparar a los ganadores de estas elecciones con los nazis y sus exterminios en los campos de concentración. Claro, uno escucha estas cosas y lo primero que sueltas es un "Menuda hija de la gran puta", pero luego te vas deprimiendo cuando recaes en que semejante tipeja es profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba. Con la presencia de semejantes individuos en las instituciones educativas uno comprende porqué el sistema educativo lleva ya treinta años yéndose a la mierda. Que estas afirmaciones se las permita realizar una vicepresidenta del gobierno nos hace una idea del peligro en que nos encontramos al estar gobernados por semejante pandilla de fascistas y psicópatas.
Una pandilla a la que hay que hacer frente cuanto antes y que con los resultados de anoche sobre la mesa la oposición debería de exigir cuanto antes la convocatoria de unas elecciones anticipadas. Pero lo más que ha exigido el líder de la oposición, Pablo Casado, ha sido la convocatoria del debate sobre el estado de la nación. Desde luego está visto y comprobado que este chaval no sabe ni por dónde le da el sol. Solo hay que ver cómo ayer se intentó apropiar de una victoria que solo y exclusivamente le corresponde a Ayuso, la cual los tiene mejor puestos que él y sabe mejor que éste qué proyecto le conviene a España y con qué socios. Personalmente si por mí fuera apostaría desde ya por Isabel Díaz Ayuso como candidata del PP a las próximas elecciones generales, algo que por desgracia creo que no veremos. Aún así, Ayuso se ha coronado anoche como Isabel III de España al obtener el respaldo mayoritario de los madrileños y también el de millones de españoles que ven en ella un proyecto de gobierno del que carece el actual líder del PP.
Por otra parte quiero comentar la retirada del que hasta hace poco era el vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias. Un tipo que ha pasado de codirigir el gobierno de España a irse al paro en menos de dos meses. Eso sí, un paro que nos costará a los españoles 5.000 euros mensuales durante los próximos catorce meses, ya que el líder podemita no ha renunciado a la pensión que le corresponde como exvicepresidente del gobierno. Se ve que al marqués de Galapagar se le ha pegado aquello de lo que en su día denominaba como "Los lujos de la Casta" y de los que ahora también él quiere aprovecharse. Y es que las cosas como son, Pablo es al igual que Sánchez un totalitario criminal, pero no es gilipollas. Sabe vivir bien y sabe cómo hacerlo mientras le toma continuamente el pelo a los fascistas de sus votantes.
La retirada de Iglesias de la política es el desenlace de una carrera que empezó allá por 2014 con el famoso lema de "La casta del PPSOE" y que tuvo su culmen el año pasado al convertirse en la mano derecha de Sánchez en el gobierno. Todo una meteórica carrera de alguien tan falto de vergüenza como de principios, moralidad y respeto. Aquí acaba la carrera de Iglesias, aquí acaba la hipocresía de aquél profesor de Vallecas que un día se creyó el regenerador de la vida política española y que ha acabado convertido en el marqués de Galapagar. Nadie te echaremos de menos, Pablito. Tanta paz lleves como descanso dejas. Aún así no sería de extrañar que este sujeto volviese en un futuro a la política, ya que es de eso y no de otra cosa de lo que sabe vivir. De momento se habla de su futuro próximo como presentador de un programa de televisión, pero me extraña que semejante sujeto vaya a vivir de esto el resto de su miserable vida.
Ahora, tras la caída de Iglesias solo cabe esperar la caída de Sánchez, la cual se ve algo más complicada teniendo en cuenta que el jefe del gobierno tiene hasta 2023 el sillón de la Moncloa asegurado gracias al apoyo de los propios podemitas, etarras e independentistas. Los resultados de anoche pueden ser un punto y seguido en la presidencia de Sánchez, pero no será por desgracia el punto y final de su criminal presidencia. Tras esto Sánchez hará como hizo ayer tras votar en medio de abucheos, hacer oídos sordos y aguantar todo lo que le echen hasta que lleguen las próximas elecciones generales. ¿Qué sucederá hasta entonces? Más división, más crispación y más totalitarismo en esta España que no aguanta más y que sin embargo le queda todavía por delante dos años de Sanchismo como mínimo. Lo que venga después de las próximas elecciones generales es toda una incógnita, o quizás no...