martes, 8 de diciembre de 2020

Hacia el Nuevo Orden Mundial

Estamos a ocho de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, y todavía faltan veintitrés días para que acabe este fatídico año 2020 que a todos nos ha afectado de una forma u otra. Un 2020 que ha supuesto un antes y un después en nuestro modo de vida, y que de alguna forma nos ha advertido ya que nuestra existencia ya no volverá a ser lo que era hasta ahora. Esta pandemia que nos está azotando y que ha costado en España más de sesenta mil muertos, mientras que en el mundo ha sumado más de un millón y medio de fallecidos y un total de cerca de setenta millones de afectados en todo el planeta es la confirmación de que la especie humana ha entrado en una nueva era que fácilmente se puede atribuir a la predicción que hace solo ocho años vaticinaron los mayas con el famoso calendario que hablaba de un nuevo ciclo a partir de diciembre de 2012. 

Parece que aún con ocho años de retraso, la profecía maya se ha cumplido. La cuestión ahora es ¿Qué nos espera a los seres humanos a partir de ahora? Nadie, salvo la élite que maneja los hilos y que pueden ser los responsables de todo lo que está ocurriendo y ocurrirá sabemos a qué nos atenemos. De lo que no hay duda alguna es de que la élite mundial ya ha puesto en marcha su fase final para la instauración del Nuevo Orden Mundial. Ese Nuevo Orden Mundial que seguramente empezó a cocerse mucho antes pero que el entonces presidente Bush padre hizo público el 11 de septiembre de 1991. Diez años antes de que se produjese el mayor atentado terrorista del siglo XXI (11-S de 2001) y que supuso el inicio de ese plan maquiavélico y satánico que tiene como objetivo la gobernabilidad absoluta de unos pocos sobre el resto de la humanidad bajo un mismo sistema político, económico y social.

Ya he dicho hace unas pocas de semanas que estoy viviendo uno de los momentos más negativos de mi vida, y que ello ha llevado incluso a cuestionarme mis creencias religiosas, las cuales han sido uno de los pilares más fuertes de mi vida. Aún así, y como ya dije entonces, mi fe en Dios sigue latente pese a todo lo ocurrido en estos últimos tiempos. De hecho hace poco volví a leer, aunque por encima, el Apocalipsis de San Juan, el cual estoy seguro que muchos creyentes y no creyentes habrán consultado este año debido a la situación global que estamos padeciendo. Cuando volví a leer los pasajes escritos por San Juan en su destierro en la isla de Patmos comencé a hacerme a mí mismo una pregunta: ¿Y si Dios nos ha dejado a nuestra suerte? La teoría no es nada descabellada. Es probable que nuestro Creador haya llegado a la conclusión de que la raza humana es imposible que pueda ser reconducida hacia el buen camino y haya puesto nuestro futuro en nuestras propias manos para ser nosotros y no Él quienes demos por finalizada nuestra existencia como especie en la tierra.

Ante un escenario mundial en el cual el mal cada vez se acerca más hacia la obtención del poder absoluto y la humanidad permanece impasible ante su propia decadencia ¿Por qué Dios no ha actuado ya para hacer frente ante esta evolución imparable del mal sobre la tierra? Es un hecho que vivimos en una sociedad decadente, equiparable a las viejas Sodoma y Gomorra nombradas en el Génesis. Pero también es cierto que ambas ciudades fueron arrasadas por Yahvé por la decadencia y los graves pecados a los que sus habitantes habían llegado. En la actualidad no son solo dos grandes ciudades, sino toda la faz de la tierra la que se encuentra sumida en el caos ante el avance imparable del demonio a través de la élite mundial que gobierna el mundo y que ya habla sin disimulos sobre los planes que éstos tienen planeados hacia nosotros para medio y largo plazo. El Covid-19 es solo uno de los pretextos que los elitistas están utilizando para tener más sometido y controlado al ser humano, el cual es ajeno e ignorante a todo esto y prefiere vivir su vida de forma ajena a todo cuanto le rodea. 

En un mundo cada vez más decadente, con unos principios y valores perdidos, una fe religiosa cada vez más en peligro, un enfrentamiento cada vez mayor entre el hombre y la mujer, la imposición de la ideología de género, la pérdida de los conceptos como la familia, la educación, el amor, el respeto, y el enaltecimiento de valores nada éticos y comportamientos impropios sumido al grave escenario sanitario que ha sobrevenido este año hace que nuestra raza se encuentre hoy más que nunca al borde de su exterminio. Todo ello no es más que parte de ese plan ideado por el establishment mundial, el cual cuenta con el apoyo de la clase política, económica, científica, periodística, etc. Un plan en donde lo bueno es malo y lo malo es bueno. Un plan totalitario el cual deja en pañales el sistema cruel y extremista que nos mostró Orwell en su novela "1984". 

Buena prueba de que todo lo que se propone la élite lo consigue es por ejemplo el resultado de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde finalmente Joe Biden ha sido "elegido" presidente electo de EEUU, todo ello pese a la impugnación que Trump ha realizado, aunque ésta no le ha servido de mucho debido a los obstáculos que desde todos los frentes le están realizando. Ante este panorama la elección de Biden es un paso más para la imposición de ese Nuevo Orden Mundial. Y es que para la élite no hay plan que se les pueda venir abajo. Controlan la información, las instituciones, los bancos... nada hay que se le escape, ni siquiera el Vaticano, donde el actual papa Francisco es un claro referente del progresismo y por tanto de la élite y sus planes oscuros para instaurar ese sistema mundial, el cual ya era apoyado en los años 70 por el entonces papa Pablo VI. La diferencia entre los papas anteriores y este es que el actual habla abiertamente y se posiciona en público a favor de los intereses masónicos, illuminatis, etc. Todas ellas organizaciones que "casualmente" están controladas y dirigidas por judíos y familias banqueras y políticas como los Rockefeller, los Soros, los Kissinger, o los Rothschild. ¿Casualidad? Por supuesto que no. 

Estamos hablando de esa misma élite que Stanley Kubrick definió a la perfección en su última película "Eyes Wide Shut", cuyo montaje no pudo terminar el director al fallecer "misteriosamente" a causa de un ataque cardíaco. De nuevo, ¿Casualidad? la respuesta es obvia. Había demasiados mensajes subliminales en esa película como para que el director se librase sin más. Kubrick había retratado a la élite. Una élite compuesta por las mayores familias y personajes relevantes del mundo actual cuyas fiestas, orgías y rituales satánicos son para ellos su peculiar modo de divertirse. La misma élite que continúa su proyecto para lo que algunos llaman "El establecimiento del reino del Anticristo en la tierra". Personalmente debo añadir que el reino del Anticristo ya lleva establecido en el mundo mucho más tiempo del que nosotros creemos, solo que el objetivo ahora es el de unificar ese reino en uno solo en todo el planeta. Ahí es donde vuelvo a preguntarme ¿Por qué Dios no actúa ya antes de que el mal consuma todo el poder terrenal? Ya se sabe que los caminos del Señor son misteriosos y que Él y solo Él es quien sabe cómo, cuándo y dónde actuar. Quizás el fin de todo esté más cerca de lo que nosotros creemos, o quizás no. Jesucristo ya dijo que "Nadie, ni siquiera Él ni los Ángeles del cielo saben el momento. Solo el Padre". 

En definitiva, la humanidad ha llegado ya a una fase decisiva en la que está por ver si finalmente y para desgracia de todos el mal conseguirá asumir todo el poder de la tierra, o por el contrario Dios imponga su mano y decida entablar la llegada de su Hijo Jesucristo al mundo. Si ha habido algún momento en la historia de la humanidad que se pueda apreciar el fin de un ciclo y el comienzo de otro ése es este momento. Jesús ya lo dijo "¿Cómo es que no sabéis interpretar las señales de los tiempos?". En estos momentos de gran incertidumbre y caos mundial en donde ya se comienza a distribuir la vacuna contra el Covid 19, la cual algunos creen que en términos bíblicos representa la famosa "Marca de la bestia" que San Juan describiría en el Apocalipsis, todo es posible que suceda. En este año atípico en donde el confinamiento, el control férreo a la humanidad, la restricción de derechos y libertades, las medidas de "protección", el alejamiento, la muerte y por ello la propagación del mal han sido las protagonistas, no lo va a ser menos estas Navidades y la llegada del 2021. De hecho ya se comenta un suceso bastante curioso que tendrá lugar el próximo 21 de diciembre, día en el que los mayas pronosticaron que en 2012 tendría lugar el inicio de "Una nueva era". Ese día se producirá una alineación entre Júpiter y Saturno, la cual no se había producido desde hace más de 800 años y que algunos han catalogado ya como "La estrella de Belén". Otra vez, ¿Casualidad? Esperemos al día 21 a ver qué sucede. Aunque con independencia de lo que ocurra, que no creo en absoluto que ocurra nada, es una realidad que estamos avanzando de forma imparable hacia una nueva era, y que la transición final hacia el Nuevo Orden Mundial que la élite satánica controla ya ha comenzado, y con ello la lucha final y la victoria del bien o del mal en el mundo. La cuestión última es: ¿Originará todo esto la Segunda Venida de Jesucristo a la tierra? Solo el tiempo lo dirá, y ese tiempo ya ha llegado. Como dijo Cristo a Dios Padre antes de expirar en la cruz "En sus manos encomendamos nuestro espíritu".