Un anteproyecto de ley que supone reabrir una vez más las viejas heridas que en su momento Zapatero abrió durante su primera legislatura. Un regreso al guerracivilismo que esta vez lleva consigo la expulsión de los monjes benedictinos del Valle de los Caídos, la exhumación de víctimas, la ilegalización de la Fundación Francisco Franco, multas de hasta 150.000 euros por ensalzar el régimen de Franco, la reconversión del panteón donde el general gallego estuvo más de cuatro décadas enterrado en una especie de "Cementerio civil", entre otros puntos completamente intolerables, surrealistas y propios de un sistema extremista.
Estamos pues ante una de las mayores leyes sectarias y totalitarias de los últimos cuarenta y dos años. Una ley que supone, al igual que la creada por Zapatero en su momento, ganar con ochenta años de retraso y a base de normativas jurídicas la guerra que en su día los rojos perdieron de forma humillante. Una ley que llega en el peor momento posible, ya que España es líder en estos momentos en contagios por el coronavirus y el número de muertos vuelve a subir de forma progresiva. Ante este apocalipsis sanitario, social y económico que estamos viviendo, ¿Qué mejor que volver a sacar a la palestra el as de Franco, la Guerra Civil y la dictadura? Ante una sociedad ignorante y estúpida, lo mejor que se puede hacer para desviar la atención en momentos graves como éste es el de entretener al populacho reabriendo las viejas heridas. De esta forma la gente no tienen en cuenta los más de 40.000 muertos que se han producido por la irresponsable y criminal gestión de este gobierno de asesinos, psicópatas y totalitarios.
Buena prueba de la ignorancia y el sectarismo por el que se caracteriza el pueblo español es la reacción que han tenido los madrileños ante las medidas de confinamientos parciales en algunas zonas de la comunidad de Madrid impuestas por Isabel Díaz Ayuso. Ante esta decisión han sobrado minutos para organizar manifestaciones en la Puerta del Sol y exigir la dimisión de la líder del PP en Madrid, llegando a afirmar algunos que estas medidas se toman en "Perjuicio de los barrios obreros". Parece que aquí algunos se han olvidado de las medidas inconstitucionales que ha tomado el gobierno de España en estos meses pasados y solo acuden a manifestarse cuando la derecha toma el control y no la izquierda.
Una izquierda que ha abdicado de sus responsabilidades sanitarias y solo está centrada en sacar adelante la ley de Memoria Democrática y los Presupuestos Generales del Estado. Todo con tal de aguantar hasta el año 2023 y mantener tres años más en la Moncloa a Pedro Sánchez, aunque éllo suponga la desestabilización absoluta de España y la confrontación social. Todo vale para estos dos engendros del mal llamados Pedro Sánchez Pérez-Castejón y Pablo Iglesias Turrión, los cuales están aprovechando la desastroza situación que vive España gracias a su gestión para imponer sus leyes totalitarias mientras los españoles se van muriendo sin solución alguna a raíz del coronavirus.
Solo espero que algún día alguien pueda sentar en el banquillo a estos dos criminales y que paguen entre rejas todo el daño moral, físico y psicológico que están ocasionando a través de su paso por el gobierno de España. Un daño que ya hicieron sus antepasados y que parecen haber olvidado a la hora de redactar este anteproyecto de ley. Me refiero a los actos criminales y golpes de estado que el gobierno del PSOE realizó durante la II República y que tan fácilmente ha conseguido la izquierda que el pueblo español lo olvide. La misma izquierda que blanquea y disculpa el terrorismo de ETA y los asesinatos que éstos cometieron entre otras víctimas a sus propios compañeros de partido.
En definitiva, vivimos en una situación insostenible y ante el peor gobierno de la historia de España. Un gobierno que ha dejado atrás esta terrible pandemia sin más y ha delegado en las Comunidades Autónomas la gestión de esta grave crisis sanitaria. Un gobierno que se ríe en la cara de los vivos, así como de los muertos del ayer, de los de hoy y de los que vengan mañana. Un gobierno sin escrúpulos y sin principios, cuyo único propósito es desangrar España en todos sus sectores, así como el de masacrar a impuestos a las clases medias y trabajadoras mientras desde Moncloa se descojonan a pierna suelta de la población que sufre sus políticas. Un gobierno que se despreocupa del peligroso escenario al que se enfrentan los más pequeños al ser obligados a ir a las escuelas en medio de este caos y ante el peligro de los contagios. Y un gobierno que se desentiende de la insostenible situación que se está viviendo en estos momentos en los hospitales. Esta es la España de Sánchez, el cual puede calificarse ya como el Francisco Largo Caballero del PSOE del siglo XXI. Un PSOE que si de verdad existiese una ley de memoria democrática debería de estar ya ilegalizado por el inmenso daño que ha hecho, hace y hará hasta conseguir su propósito, el cual está ya más cerca que nunca: La liquidación definitiva de España.