viernes, 31 de enero de 2014

Una situación agónica

Qué país señores... hace unas horas nos hemos enterado del cese de Pedro J. Ramírez como director del diario "El Mundo", despido que se ha producido por la larga mano que han tenido en este proceso, el rey de España y el presidente del gobierno, que se han visto salpicados por los casos de corrupción que ha destapado "El Mundo" recientemente, aunque las razones oficiales son por las perdidas que llevaba sufriendo últimamente el periódico que dirigía hasta hoy, el periodista riojano. Ante todo, mi total respeto y admiración por Pedro J. Ramírez por haber hecho su trabajo hasta el último momento, que no es otro que el de informar a la opinión pública de las fechorías que han llevado a cabo los mismos personajes que hoy habrán brindado sonrientes tras haber presionado por el despido del ya exdirector del diario que él mismo fundó hace 25 años. Para un periodista profesional e independiente que existe en este país, viene la casta política encabezada por el Borbón y se lo llevan por delante, esta gentuza preferirán a "periodistas" como el señor Marhuenda, que son fieles vasallos del partido político que mejor comulga con sus ideales y mueren matando mientras defienden a los lideres de estos partidos, aunque dichos políticos sean unos hijos de puta. No existe libertad de prensa en este país, y los pocos periodistas que ejercen su labor hasta el final se los están cargando los integrantes del Régimen del 78, esta es la triste realidad de un país que se está cayendo a pedazos por días y de un sistema agónico que ya ni se corta a la hora de intervenir en la libre información o de recortar derechos sociales mientras el partido en el gobierno se empieza a descomponer por la aparición de un "nuevo" partido político llamado VOX, que ha sido creado por exintegrantes del Partido Popular, que se presentan como gente nueva que vienen a aportar "regeneración" y "aire fresco" para nuestra Partitocracia, siendo ésta la misma gente que nos han llevado hasta la situación penosa y putrefacta que estamos padeciendo ahora, así que, menos lobos, Caperucita. Solo habrá aire fresco en este país cuando un nuevo partido político proclame una República en España que lleve consigo, la inhabilitación de todos los políticos que han vivido del erario publico hasta la fecha y la creación de un nuevo sistema político, social, económico y jurídico que respete la libertad de expresión, los derechos sociales, la independencia judicial del poder político y la unidad territorial entre todos los pueblos de España, hasta entonces, iros con vuestras milongas y vuestras palabras huecas a otra parte, porque vuestra "regeneración" no es la que este país necesita. España necesita una cosa que ustedes ni vais, ni queréis, ni podéis ofrecerle, CAMBIO.

domingo, 19 de enero de 2014

Una España nueva

Después de lo acontecido en Burgos esta semana, debo decir que he recuperado un poco la Esperanza en la sociedad española, sociedad castigada brutalmente por los recortes producidos por los gobiernos de Zapatero y Rajoy, por las subidas de impuestos, los casos de corrupción, etc, y que parece que de una vez por todas ha salido en defensa de sus derechos, aunque más tarde de lo que yo hubiera deseado. Sucesos como los ocurrido en Castilla y León, demuestran que la ciudadanía española puede conseguir todos sus objetivos si actúa como una sola voz y plantarle cara a la casta política que impera en España. Debo decir que me siento enormemente orgulloso de mi país por el respaldo social que han obtenido desde todas las provincias españolas, los vecinos de Gamonal y por la férrea lucha de los burgaleses a la hora de conseguir sus objetivos. Espero y deseo que el espíritu que ha nacido esta semana en Burgos no decaiga, y que aumenten las continuas protestas en todo el país, con el fin, no solo de luchar por nuestros derechos, sino también para desmontar por fin el régimen partitocrático del 78. Cuando el pueblo quiere, puede. Ni toda la clase política junta, puede hacer callar a una sociedad cuando esta se levanta y decide por si sola escribir su destino sin la ayuda de la élite que durante décadas ha trabajado para destruirla. Está naciendo una nueva España y entre tod@s debemos aunar esfuerzos para hacer de ella una España justa, igualitaria y democrática, en nosotros está ahora, más que nunca, el futuro de nuestra nación, no desaprovechemos esta oportunidad y luchemos por nuestro país en esta hora tan transcendental de su historia.

miércoles, 8 de enero de 2014

Una imputación real

Hoy, el juez Castro ha imputado por segunda vez consecutiva a la infanta Cristina por las "presuntas" acciones delictivas que tanto ella como su marido llevaron a cabo dentro del denominado "Caso Noos". Tengo que decir que para un servidor, el juez Castro ha tenido un par de cojones a la hora de llevar a cabo esta actuación contra la hija del rey y que, por mi parte, se merece todos mis respetos. Dicho esto, lo más probable es que, como el año pasado, el poder judicial al servicio del padre de la imputada, desimpute a la hija de su jefe, lo que conllevará a que la susodicha no tenga que hacer el famoso "paseíllo" ni testificar ante el juez Castro. La monarquía, con la ayuda del poder político y judicial, se están riendo en la cara de los 48 millones de habitantes que residimos en este, todavía, país, llamado España, y lo más grave es que a tod@s nos da exactamente igual. Si España fuese un país serio y no una Monarquía bananera, la justicia sería independiente del poder político y actuaría de manera justa e igualitaria con todos los españoles, la infanta seguiría imputada y condenada a pasar una temporada considerable de su vida entre barrotes al lado de su marido, al juez Castro se le reconocería el merito de su trabajo al frente de este caso y el rey abdicaría por todos los escándalos que han salpicado tanto a su familia como a él en los últimos años. No me voy a explayar más, solo espero y deseo que la imputación siga adelante y que por una puñetera vez en este país se imparta algo de Justicia en esta sociedad que ya está acostumbrada a ver en los telediarios, día sí, día también, casos de corrupción, y que este escándalo suponga el principio del fin de la institución monárquica que lleva liderando desde hace casi cuarenta años, este sistema partitocrático, burocrático y corrupto, al que ellos injustamente llaman, Democracia.